Después del fracaso de la temporada 2021-2022 del programa de viajes del Imserso, en la que por diversos factores solo se dio salida al 66% de los viajes, los hoteleros, los partidos de la oposición y hasta voces de la parte socialista dentro del propio Ejecutivo plantean la modernización de un modelo social que ha dado resultados, pero que se diseñó hace 37 años. La gestión de estos viajes, para los que se licitan megacontratos -el último de 734 millones para tres temporadas-, reclama una remodelación prácticamente complete. El programa estuvo suspendido durante dos años por la pandemia y tras un pleito en los tribunales presentado por los hoteleros valencianos, los de la temporada 2021-2022 se retrasaron mucho más de lo ordinary y se iniciaron en enero de este año. El resultado ha sido catastrófico y 278.472 plazas han quedado sin ocupar.
El programa, que se gestiona por el Ministerio de Derechos Sociales y Agenda 2030, que dirige Ione Belarra, ha abierto una brecha con su homóloga del Ministerio de Industria, Comercio y Turismo, Reyes Maroto. Desde el sector turístico alzan quejas de la falta de diálogo con el ministerio encargado del Imserso, que no escucha sus preocupaciones sobre la descompensación del precio de los viajes con la subida de precios debido a la inflación, otro de los motivos por los que este año muchos hoteleros no han podido ofrecerse por falta de rentabilidad y que ha agravado un plan social de reactivación de la hostelería tocado de muerte.
Reyes Maroto se ha pronunciado en contra del precise programa para la tercera edad -2022-2023, instando a Derechos Sociales a negociar un nuevo programa que favorezca más al turismo y que atienda las quejas de los hoteleros. Tras el anuncio de que la secretaria normal de Podemos congelará los precios para la temporada que comienza ahora, a pesar de la situación del encarecimiento del mercado, la ministra de Turismo ha instado a una actualización. Mientras, las asociaciones de hoteleros han visto varias veces rechazada sus propuestas para mejorar la experiencia y la rentabilidad del sector. En la sesión de management del pasado miércoles, la ministra Belarra intentó tranquilizar asegurando la continuidad del programa, a pesar del fracaso de este año. Por su parte, Alicia García, diputada del Partido Widespread, pidió la dimisión de la ministra de Podemos, por dejar abandonados a los pensionistas en un año de recuperación necesaria tras la pandemia.
El PP ha pedido la dimisión de Belarra, que insiste en que no subirá un céntimo. Mientras, los hoteleros aseguran que la inflación no permite los precios de 2021
“Los viajes no subirán ni un céntimo” fueron las declaraciones de la ministra de Podemos y con la limitada e insuficiente presupuestación de este año, saltaron las alarmas de la estrategia efectiva que el Ministerio de Turismo iba a tomar ante la falta de tácticas de otro ministerio, el realmente competente del Imserso, el de Derechos Sociales. Aunque a primera vista esta promesa pueda ser positiva para los usuarios de la tercera edad, si el Estado no añade recursos, las empresas no podrán asumir la inflación y la calidad del servicio se pone en riesgo y se deteriora. En la actualidad, el modelo está planteado para que el 20% del coste de los viajes del Imserso sea financiado por el Estado y el resto, el 80%, lo sufraga el pensionista.
Se ha planteado el traspaso de competencias de la gestión del programa, teniendo en cuenta el impacto socioeconómico en las regiones turísticas, pero la naturaleza de la prestación social vinculada a la condición de pensionista no resulta adecuada de gestionar desde otra entidad distinta a la titular de prestaciones de la seguridad social, que en este caso es la entidad de Derechos Sociales. La Secretaría de Turismo solo podría colaborar en el despliegue físico del Imserso, pero no en los recursos económicos y en su organización. Desde el Ministerio de Derechos Sociales se defienden además acusando a las empresas adjudicatarias que son ellas las que fijan el precio que se paga a las compañías hoteleras, no el Imserso que no puede modificar legalmente el contrato en vigor.
La gestión de esta última temporada que ha llevado a pérdidas descomunales después de la mayor disaster en la historia del turismo español por la pandemia debería cambiar radicalmente para adaptarse a el marco precise del precio de los servicios de pensión completa, se lamenta Antonio Mayor, presidente de Hosbec. Es una de las muchas voces que reclama a Belarra un cambio en el sistema que se acerca a su autodestrucción. Estas quejas sí están siendo escuchadas por Maroto que coincide con el sector llegar a un diseño que prime la calidad y la excelencia para los pensionistas y un precio justo para los implicados, que actualmente se sitúa en 24 euros la noches en un establecimiento de 4 estrellas, algo inasumible para los hoteleros. El Ministerio de Turismo podrá sentarse a negociar con los afectados y el grupo de Belarra, pero lo hará con un rol negociador porque las licitaciones que se pactan cada dos años, es tarea propia del Ministerio de las prestaciones sociales, Reyes Maroto no podría gestionar tales trámites.
” Fuentes www.lainformacion.com ”