CIUAD DE MÉXICO (proceso).- En marzo de 2019 una agencia de inteligencia del reino de Marruecos ingresó, en una plataforma del spy ware Pegasus, el número de uno de los dos teléfonos que Emmanuel Macron, presidente de Francia, utiliza regularmente desde 2017, lo que pudo implicar una tentativa de hackeo del dispositivo.
En caso de haberse instalado Pegasus en el celular –algo imposible de probar hasta el momento–, la agencia marroquí hubiera tenido acceso a prácticamente toda la vida privada del jefe de Estado, pudiendo consultar su agenda, sus mensajes de texto, sus correos –potencialmente confidenciales– y sus llamadas telefónicas. También habría tenido la oportunidad de prender el micrófono o activar la cámara para sacar una fotografía.
Macron es uno de los 14 jefes de Estado actuales cuyos números fueron ingresados en la plataforma Pegasus por una agencia de inteligencia extranjera y fueron identificados por 80 periodistas en 17 medios entre los más de 50 mil registros de clientes de NSO Group, en el marco de la investigación internacional Pegasus Undertaking, coordinada por Forbidden Tales con el apoyo técnico del Safety Lab de Amnistía Internacional.
La poderosa herramienta tecnológica desarrollada por la empresa israelí NSO Group no solo sirvió a algunos gobiernos autoritarios para vigilar voces críticas, sino se convirtió en una herramienta con potenciales consecuencias geopolíticas serias, prueba que la industria y el mercado privado de las tecnologías de espionaje de celulares se encuentra totalmente fuera de management.
Aparte del presidente galo, la agencia marroquí ingresó los números de Charles Michel, Edouard Philippe y Noureddine Bedoui, respectivos primeros ministros de Bélgica, Francia y Algeria, y dio un pasó más: en febrero de 2019, ingresó los números del propio rey Mohamed VI, quien dirige el país desde 1999, así como de Saad-Eddine Othmani, su primer ministro.
Un cliente ubicado en Ruando ingresó el número de Cyril Ramphosa, el presidente sudafricano, y de Ruhakana Rugunda, el primer ministro de Uganda; una agencia de Arabia Saudita seleccionó el celualr de Mostafa Madbouly, primer ministro de Egipato, así como de Bahram Salih, el presidente de Irak. El cliente de Emiratos Árabes Unidos, por su parte, ingresó el número de Saad Hariri, primer ministro de Líbano, y de Ahmed Obeid bin Daghr, primer ministro de Yemen.
Una agencia del gobierno de Narendra Modi en la India, que también ha atacado a periodistas y opositores políticos –entre ellos Rahul Gandhi, hijo de Mahatmata Gandhi y presidente del Partido del Congreso, y un círculo de amigos y aliados–, seleccionó por su parte el número de Imran Khan, el primer ministro de Pakistán, un país vecino con el que la relación bilateral está en tensión permanente.
De hecho, clientes de NSO Group en la India también tuvieron como objetivos a líderes separatistas de la región del Kasmir, diplomáticos pakistaníes, periodistas chinos, activistas Sikhs o empresarios, cuyos números fueron ingresados a partir de 2017, cuando Modi viajó a Israel, marcando así el primer viaje de un presidente de la India al país hebráico, que concluyó con las firmas de contratos de armas y equipamientos de defensa.
En un artículo publicado hoy, el Washington Put up recuerda que, en 2013, el exagente de la Agencia Nacional de Seguridad estadunidense (NSA) Edward Snowden reveló que la institución había intervenido un teléfono que usaba la canciller alemana, Angela Merkel, y que esta revelación enfrió de manera duradera las relaciones bilaterales entre Alemania y Estados Unidos.
NSO Group siempre ha afirmado que no puede controlar el uso que sus clientes hacen con Pegasus; en respuesta a un cuestionario enviado en el marco de esta investigación internacional, la empresa puso en duda la solidez de las bases de datos, pero subrayó que investigará “toda alegación creíble sobre abusos” perpetrados con Pegasus.
Y la investigación internacional documenta muchos: más de 180 periodistas, centenares de defensores de derechos humanos, así como funcionarios públicos y opositores políticos de Afganistán, Azerbaiyán, Baréin, Bután, Burundi, China, Congo, Egipto, Hungría, India, Irán, Kazajistán, Kuwait, Mali, México, Nepal, Catar, Ruanda, Arabia Saudita, Togo, Turquía, los Emiratos Árabes Unidos, el Reino Unido y los Estados Unidos.
Aunque NSO lo niegue, expertos y funcionarios de agencias de seguridad aseguran que la empresa israelí canaliza la información extraída de los celulares hacia el gobierno de Israel, que utiliza Pegasus como un arma diplomática. “Sería loco pensar que NSO no comparte información sensible de seguridad nacional con el gobierno de Israel”, cube un exfuncionario de inteligencia estadunidense a The Washington Put up.
Jefes de Estado
La agencia marroquí que acechó a Macron no se limitó en el jefe de Estado. Repitió la misma operación con 14 ministros en función del gobierno francés de aquel entonces, entre ellos el primer ministro Edouard Philippe, así como varios diputados, al menos dos asesores del mandatario y un diplomático: Xavier Driencourt, embajador de Francia en Argelia.
“Que haya habido infección o no, la presencia de este número constituye un acto hostil de Marruecos hacia el jefe de un Estado aliado y amigo cuyos servicios de inteligencia cooperan de manera cercana, entre otros en materia antiterrorista”, subraya Le Monde en un reportaje sobre este caso publicado hoy.
“Subraya la vulnerabilidad de la más alta autoridad del Estado ante este tipo de ataques ultrasofisticados, que hasta Apple es incapaz de evitar”, abunda el periódico.
Le Monde especula sobre las posibles motivaciones del Reino de Marruecos para infectar el celular de Macron; apunta a las manifestaciones que en ese momento brotaban en Argelia –país vecino de Marruecos, con el que la relación es extremadamente tensa y compleja–, o por las cumbres que se llevarían a cabo unos meses después: el G5 Sahel y una cumbre de la Unión Africana.
De los 50 mil registros telefónicos que sirvieron de base a Pegasus Undertaking, más de 15 –es decir, una tercera parte– corresponden a números de México, ingresados entre 2016 y 2017, lo cual convierte al gobierno de Enrique Peña Nieto como el cliente más destacado de NSO Group en la filtración.
De hecho, si bien el número de teléfono del presidente Andrés Manuel López Obrador no aparece en la base de datos –posiblemente porque no lo tenía en ese entonces–, clientes mexicanos de NSO seleccionaron los números de su círculo más íntimo, su esposa, tres hijos y tres hermanos, así como de sus aliados políticos de décadas. Los mismos clientes ingresaron en varias ocasiones los números telefónicos del expresidente Felipe Calderón Hinojosa.
Después de México aparecen más de 10 mil números de Marruecos, Argelia o Francia, que fueron ingresados por agencias de inteligencia marroquíes en sus plataformas Pegasus, lo cual posiciona al Reino como el segundo mayor cliente en volumen de selecciones de números después del gobierno de Peña Nieto.
Así, la agencia de seguridad atacó los celulares de periodistas franceses y marroquíes exiliados en Francia, pero también a decenas de altos funcionarios, militares, jefes de inteligencia o diplomáticos en función en Argelia, así como cientos de ciudadanos argelinos en lucha por la independencia del Sahara Occidental.
Aparte de seleccionar los números de los presidentes de Sudáfrica y Uganda, el gobierno de Ruanda, dirigido por el presidente Paul Kagame desde el 2000, se ensañó decenas de veces para infectar el celular de Carine Kanimba, hija de Paul Rusesabagina, célebre dueño del Resort de las Mil Colinas en Kigali, quien durante el genocidio de 1994 escondió ahí a mil 268 refugiados.
Rusesabagina es, también, uno de los más férreos críticos de Kagame; vivía exiliado entre Bélgica y Estados Unidos, hasta que en agosto de 2020 cayó en una trampa tendida desde los Emiratos Árabes Unidos, y se encuentra en la cárcel en su país, acusado de varios delitos, entre ellos de terrorismo.
Periodistas de Le Monde, Le Soir y Snack descubrieron, en el marco de Pegasus Undertaking, que existe una correlación entre las infecciones del celular de Kanimba y el arresto de su padre. En agosto de 2020, la mujer reservó, desde su celular, un avión privado que debía llegar su padre de Dubai a Bujumbura, en Burundi.
Sin embargo, cuando su padre descendió del aparato pensando estar en Burundi, se dio cuenta que estaba en Kibali, y que lo esperaban unos policías. Kanimba, mujer de 28 años, tenía ya evidencias de que los servicios de inteligencia ruandeses la vigilaban e intervenían sus comunicaciones, entre ellas las llamadas que realizó a funcionarios y diplomáticos europeos para pedirles ayuda en el caso de su padre.
” Fuentes www.proceso.com.mx ”