Las empresas de exploración espacial han encontrado un gran nicho de mercado con apenas competencia, se trata de la realización de exclusivos viajes en el cosmos. Asimismo, ha crecido la demanda de experiencias en súper yates para diferenciarse de las actividades de ocio más comunes y típicas que causan hastío. Las compañías Blue Origin y Axiom House han visionado la necesidad de estas peculiares peticiones y han comenzado a dar forma a una nueva forma de viajar.
A pesar de que exista una thought colectiva de que estos fantásticos recorridos solo se podrán realizar en un lejano futuro la realidad es que, según trabajadores que están desarrollando el concepto del yate espacial, se conseguirán materializar mucho antes de lo previsto. Los más optimistas fechan las primeras pruebas de este hito a lo largo del 2024.
Las agencias My Ocean Yachts y House Experiences han sido las pioneras en desarrollar el concepto que aúne los viajes por la vía láctea a bordo de un súper yate que posea todos los servicios que se puedan requerir durante la estancia. Además, la agencia de viajes House Experiences lleva ya tiempo colaborando con la motriz espacial de Jeff Bezos, Blue Origin, con la que ya se ha enviado a clientes privados a orbitar el planeta Tierra.
El presidente de la Sociedad del Turismo Espacial, John Spencer, ha querido dar un paso más en el desarrollo de los yates intergalácticos para diferenciarse de la inminente competencia. Su embarcación ha sido bautizada como Future, su itinerario orbitará la Tierra para disfrutar de las espectaculares vistas del planeta y destaca que se distinguirá por la tripulación encargada de salvaguardar el bienestar de los pasajeros, que estará compuesta únicamente por pequeños robots.
Un éxito asegurado
Los vuelos espaciales son una experiencia de lo más exclusiva y cara que habrá próximamente en el mercado, pero poseen un gran inconveniente que está frenando a los desarrolladores e ingenieros encargados de llevar a cabo esta nueva realidad. El miedo a un accidente puede suponer el fin inmediato del novedoso negocio puesto que son viajes muy complejos de realizar que necesitan un equipo técnico muy avanzado y que, incluso los astronautas más experimentados, continúan sufriendo.
Aun así, los deportes de riesgo llevan intrínseco el peligro y hasta la muerte como, por ejemplo, las increíbles listas de espera que hay para subir al Everest, por lo que, a pesar de su dudosa seguridad inicial, se augura un gran éxito.
Además, la inevitable colaboración entre el sector de los yates y el espacial será un éxito ya que los trabajadores que se dedican a ofrecer experiencias únicas a través del mar podrán considerar otros medios como opción para sus clientes, llegando así a un nicho de mercado más amplio.
” Fuentes www.economistjurist.es ”