Los españoles pagan los precios más caros por viajar en autobús de toda Europa, abonando hasta un 88% más que los franceses o italianos, según un análisis realizado por el ‘think tank’ Funcas junto a la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia. El informe contrasta el modelo de concesiones, vigente en España y según el cual una única empresa explota una ruta determinada; frente al modelo liberalizado, donde varias empresas compiten en régimen competitivo, más extendido a nivel comunitario.
Elaborado por los investigadores Javier Asensio y Anna Matas, señala las bondades y aspectos negativos de cada sistema, con la vista puesta en el reto de mantener la cohesión del territorio, de forma que líneas no rentables que unen pequeñas poblaciones no queden abandonadas por el interés de las empresas de centrarse solo en las rentables. La CNMC ya propuso en 2018 liberalizar todas las rutas de más de 100 kilómetros.
Los cálculos del estudio fijan el precio medio por kilómetro recorrido en España en los 0,068 euros, un 88% más que los 0,036 de Francia o Italia; un 41% más que los 0,048 de Portugal; un 36% superior a los 0,05 de Alemania, o un 28% más sobre los 0,053 euros de Reino Unido. En el lado opuesto, el informe asegura que España tiene un mayor número de frecuencias que todos sus vecinos, hasta el punto de duplicar las de Alemania o Portugal: 5,6 al día frente a las 3,1 o 3,3 de estos dos últimos países.
La publicación coincide en el tiempo con el proyecto de renovación del transporte por carretera que ultima el Gobierno de España, que aboga por mantener el sistema concesional, aunque simplificará muchas de las rutas para fijar trayectos más rápidos y eficientes. Las regiones de la proclamada ‘España vaciada‘ se han mostrado contrarias a este proceso porque, a su parecer, eliminará muchas paradas en localidades pequeñas.
El Ministerio de Transportes ha propuesto que sean las comunidades autónomas las que se hagan cargo de estas rutas regionales, manteniendo la titularidad sobre las interregionales y liberalizando grandes rutas, como la Madrid-Barcelona. Esto permitiría mantener la cohesión territorial y garantizar la sostenibilidad del sistema; ya que en caso de liberalizarlo completamente, las líneas más rentables quedarían en manos de empresas privadas, mientras que las pérdidas de las lineas deficitarias tendrían que ser asumidas por el Estado.
El diseño del sistema concesional actual permite que los ingresos de los trayectos más rentables compensen los costes operativos de los no rentables, una subvención cruzada que produce un sobreprecio “no transparente” en las rutas más utilizadas que podría desincentivar el transporte en autobús. Los autores apuntan que, en caso de establecerse un sistema de libre competencia y que esas rutas deficitarias sean asumidas por la Hacienda pública, las empresas podrían ofrecer nuevas rutas, mejores horarios, servicios más innovadores o menores precios en aquellos trayectos que sí son rentables.
“El hecho de que sean los usuarios de autobús, que suelen contar con una renta inferior a la media y carecer de alternativas de transporte, quienes soportan el coste del servicio en las líneas no rentables puede tener implicaciones de equidad, frente a un sistema en el que las líneas no rentables se subvencionan a través de los presupuestos de las administraciones públicas”, concluyen Funcas y la CNMC.
” Fuentes www.lainformacion.com ”