En un viaje a Madrid el pasado mes de marzo, Alba se encontró de repente con que las consignas para dejar las maletas en la Estación de Atocha estaban cerradas. Quería guardarlas allí para ver la ciudad cómodamente hasta coger su tren de vuelta, pero tuvo que dejarlas en el maletero del coche de una amiga.
A Pablo le ocurrió lo mismo en sus dos últimos viajes a Sevilla y Valencia. En su caso, recurrió a una empresa privada, donde las guardó pagando algo más que el que solía abonar en las consignas de estas estaciones.
Con la llegada de la pandemia y las restricciones sanitarias, la empresa pública de transportes Adif cerró el servicio de consignas que gestionaba en las principales estaciones de tren del país, y de momento no tienen previsto reabrirlas, tal y como indican varios agentes de la empresa pública a RTVE.es. Esto ha afectado a la Estación de Atocha en Madrid, la de Joaquín Sorolla en Valencia, la de María Zambrano en Málaga, y la de Santa Justa en Sevilla, entre otras.
Desde entonces, muchos viajeros han tenido que recurrir a otras empresas que ofrecen lockers o consignas privadas, que generalmente son más caras y casi duplican la tarifa que tenía Adif.
Sin embargo, a pesar de que el coronavirus sigue presente y las mascarillas son obligatorias para viajar en tren, muchos usuarios no entienden que este servicio aún siga cerrado, y Alba y Pablo, que lo utilizaban de forma routine, piden que se reabra “tal y como estaba”.
Con estas consignas cerradas, hay empresas que han abierto locales para ofrecer este servicio concreto en el centro de grandes ciudades. Además, otros negocios como tiendas de alquiler de vehículos, papelerías e incluso floristerías también han visto una oportunidad para ganar un dinero additional al mes y ofrecen espacio en sus locales para que los turistas puedan dejar sus maletas.
Comodidad, seguridad y precio: las ventajas frente a las consignas privadas
Una de las principales ventajas del servicio de consignas que ofrecía Adif, según sus usuarios, es que period barato, cómodo y seguro. Alba lo ha estado utilizando durante años en la Estación de Atocha, cuando iba en tren desde Lleida, algo que sigue haciendo cada cierto tiempo. Sin embargo, en marzo se topó con que estaban cerradas. “Yo no lo sabía, y tampoco lo indicaba en ningún lado”, nos cuenta, y “menos mal que me llevaba una amiga en coche, al final tuve que dejar la maleta en el maletero”.
Para ella, period muy práctico porque dejaba la maleta en la consigna de la estación y se iba a ver la ciudad sin cargas hasta coger, después, su tren de vuelta: “Valía la pena pagar cuatro o cinco euros por dejarlas allí e irte tranquilamente”.
““Hay que abrirlas otra vez. Cuando funcionaba había muchas consignas ocupadas, era algo que mucha gente usaba”“
Pero ahora, con el servicio inoperativo, tendría que recurrir a una empresa privada o pedir el favor a algún amigo para que se las guarde en su casa, algo que le resulta más incómodo. “Hay que abrirlas otra vez. Cuando funcionaba había muchas consignas ocupadas, era algo que mucha gente usaba”, señala.
“Si se quitan las restricciones, no entiendo por qué no funcionan las consignas”
Precisamente Pablo es otro de los viajeros que las utilizaba y que también se las encontró cerradas, primero en la estación de Valencia y, después, en la de Sevilla. “Tuve suerte porque el que me alquiló el piso me dejó guardarla en la buhardilla”, nos explica. Desde entonces, ha acudido a establecimientos privados y no tiene nada en contra de ellos, pero asegura que preferiría poder dejarlas en la estación como hacía antes, por el precio y por una mayor tranquilidad. “Si estuvieran ambas alternativas, no lo dudaría”, indica.
Aunque las tarifas de las empresas privadas varían en función del negocio, suelen ser más caras e incluso duplicar la tarifa del servicio que antes prestaba Adif, donde costaba 3,10 euros guardar una maleta pequeña todo el día, 3,60 la mediana y 5,20 la grande, tal y como indica la web de información turística del Ayuntamiento de Madrid.
Aparte del tema económico, a Pablo también le supone una tarea más dentro de la planificación para su próximo viaje: “Me voy a ir a Málaga y ya estoy pensando en dónde voy a dejar la maleta. Lo primero será desayunar y buscar un sitio para guardarla”.
Por ello, a pesar de que el coronavirus sigue presente, no comprende por qué las consignas siguen cerradas y pide que vuelva el servicio. “Si se quitan las restricciones, vuelven los viajeros y, en teoría, la “normalidad” con mascarillas, no entiendo por qué no funcionan las consignas”.
Una nueva oportunidad para las tiendas de las grandes ciudades
En este escenario, muchos negocios han identificado un nicho de mercado en estos viajeros que ahora buscan otros lugares donde poder dejar sus maletas.
““A mí este servicio me interesa porque es una fuente de ingresos y puede atraer clientela”“
Es el caso de María, dueña de una tienda de jabones situada en un mercado del barrio de Pacífico, cerca de la Estación de Atocha. Este verano, notó que cada vez más turistas pasaban por su native y le preguntaban dónde podían dejar sus maletas y, después de pensarlo, decidió monetizar esta necesidad de los viajeros y ofrecer 10 espacios dentro del almacén de su tienda. “A mí este servicio me interesa porque es una fuente de ingresos y puede atraer clientela”, nos cuenta, destacando que puede ser un buen reclamo porque cerca de su native hay bastantes pisos turísticos.
Jose, que lleva una tienda de alquiler de motos muy cerca de la Estación de Atocha, también se ha sumado a ofrecer este servicio. “Me fijaba en que los clientes no podían dejar las maletas en la estación”, nos cuenta, y ahora guarda alrededor de 100 bultos al mes, lo que le supone un impulso más a la economía de su negocio.
Marina tiene una tienda de alquiler de bicicletas cerca de la Estación de Joaquín Sorolla de Valencia y la Estación del Norte. Lleva tres años guardando el equipaje de los turistas y asegura que después de la pandemia “la afluencia ha aumentado una barbaridad”.
““Las consignas pueden suponer un 15% de lo que facturo al mes”“
En su native puede almacenar unas 50 maletas y, aunque la demanda varía mucho en función de los meses, los fines de semana acuden a su tienda más viajeros nacionales. Además, también colabora con negocios dedicados exclusivamente a las consignas para poder conseguir clientes internacionales. “Todos los días tengo maletas”, nos cuenta, y “con todo esto, las consignas pueden suponer un 15% de lo que facturo al mes”.
Marina nos cuenta que hace tres años ella fue de las primeras tiendas en ofrecer este servicio en su ciudad, pero ahora, con el servicio de la estación inoperativo y el aumento de turistas, está más extendido: “Todos los negocios que tengo alrededor ya tienen estas consignas”.
Adif busca renovar el servicio y estudia el caso privatizado de Barcelona Sants
RTVE.es ha intentado hablar con un portavoz de Adif, pero, al no haber ninguno disponible, nos han remitido una nota en la que indican que se encuentran trabajando para “renovar” y “modernizar” su servicio de consignas y adaptarlo a las nuevas necesidades de los viajeros.
“Adif está evaluando los modelos implantados en las principales estaciones europeas y en el sector aeroportuario” y “el proyecto piloto implantado en la estación de Barcelona Sants, donde se ha abierto la gestión de este servicio a una empresa especializada en este tipo de servicios”, explica en la nota enviada a RTVE.es. En todo caso, la entidad pública no indica cuándo tienen previsto reabrir el anterior servicio de consignas, y si será en las mismas condiciones, algo que también nos indican por teléfono varios de sus agentes.
En su nota, Adif hace referencia a la empresa Excess Baggage Company, actualmente es la única que ofrece el servicio de guardar maletas en la propia estación de Barcelona Sants, como nos cuenta uno de sus operadores. “Las taquillas se cerraron hace unos cuatro años y medio”, explica, y ahora los clientes pueden dejar allí su equipaje pagando 6 euros por bulto si lo guarda hasta dos horas, y 10 euros si tarda hasta un día, un importe que casi duplica la tarifa del anterior servicio de Adif. Extra Baggage Firm también presta servicio en el aeropuerto de Adolfo Suárez Madrid-Barajas.
Comparando ambos sistemas, las consignas de Adif eran automáticas y los clientes realizaban el pago en la propia máquina, al dejar la maleta, pagando una tarifa según su tamaño, y luego la recogían introduciendo un código que previamente se había generado al almacenarla.
El modelo privado de Barcelona Sants se basa en un espacio vigilado por sus trabajadores donde el usuario deja su maleta y recibe un ticket como señal para luego recogerla y pagar lo que corresponda según el tiempo que la haya guardado.
” Fuentes www.rtve.es ”