El fin de semana que acaba de pasar, cerca de cuarenta seres humanos murieron intentando saltar la valla que separa Nador de Melilla. Sabemos poco de cómo ocurrió la masacre, más allá de las imágenes de heridos amontonados y rodeados por policías marroquíes, o las de estas fuerzas de seguridad, ya en territorio español, agrediendo a quienes consiguieron cruzar. Las ONG han pedido investigaciones, mientras que el presidente Pedro Sánchez ha calificado la operación de “bien resuelta”.
Justo en este contexto, llega al Teatro del Barrio, el 1 y 2 de julio, otra obra que nos demuestra que el arte puede ser reflejo, refugio y rincón de pensar la realidad, y en concreto, este tema de la inmigración: Los papeles.
Su autor, intérprete y director es el artista libanés Anthony Kmeid, que defiende la creación artística no solo como un lugar reivindicativo, sino también donde embellecer la realidad, por cruda que ésta sea. ‘Los papeles’ es un trabajo autobiográfico en torno a la intolerancia: un mestizaje de teatro físico, danza, audiovisuales y texto que muestra esa Europa interminable en obstáculos burocráticos para personas de determinada nacionalidad, y que narra la homofobia de determinados países de Oriente Medio.
‘Los papeles’ cuenta una larga ruta que se dibuja de Beirut a Barcelona, huyendo de lo prohibido, hacia una utopía imaginaria. X mantiene una relación de amor que se considera ilegal en la tierra donde sus pensamientos están condenados. Para que él y su amor puedan salir de allí, se verán en la necesidad de conseguir muchos papeles. Beirut y Barcelona están apenas a unas horas en avión, pero este itinerario se volverá interminable.
Sobre Anthony Kmeid
Videógrafo y performer, nació́ en Chipre en 1989, donde su familia se refugió huyendo de la guerra civil. Se crió en el Líbano, donde su entorno religioso le ponía obstáculos a su pasión, la danza. Por este motivo, sólo pudo estudiar danza clásica y bailes de salón de forma discontinua. A pesar de todo, llegó a ganar el campeonato del Líbano en bailes de salón en 2003, y a bailar profesionalmente con grupos como Caracalla, Rahbani y Sami el Hajj.
En 2010 acabó su carrera de audiovisuales en Beirut (ALBA), donde el vídeo le permitió́ descubrir una nueva forma de comunicarse. Su trabajo siempre ha buscado reflejar un cuestionamiento y un enfrentamiento a su identidad étnica y de género; pero la censura a la que period sometido su trabajo y la situación política inestable en el Líbano le llevaron a trasladarse a París donde cursó un Máster de dirección de cine en 2012 (EICAR).
En 2014 se encontró́ en Barcelona donde hizo dos años de formación en Laboratorio Escuela de Teatro Corporal Dramático bajo la dirección de Jessica Walker. Allí́ aprendió́ a eliminar capas y a expresar todo lo que le period prohibido de una forma libre; exploró el estar presente en el escenario y la libertad de fusionar sus conocimientos para poder crear sin límites.
” Fuentes www.inoutviajes.com ”