De Eslovenia al desierto de Atacama pasando por Normandía con la boca abierta. Si buscas emociones fuertes, estos son cinco viajes que no olvidarás.
Dos paisajes atlánticos, uno europeo y otro africano. Un desierto rojo como el fuego y un país verde, verdísimo. Una isla mediterránea con un tesoro bajo el agua… Recorremos mundo y medio en busca de grandes aventuras.
Normandía en primavera
Monet, Dufy, Pissarro, Gauguin y los escenarios de sus cuadros. Los acantilados de Étretat, la catedral de Rouen, las playas del Desembarco, la abadía del Mont-Saint-Michel, la patria del Camembert y la sidra. La región de Normandía está en las oraciones de todo viajero, más aún en primavera cuando la luz inunda cada palmo de la región francesa. Para los amantes de la bicicleta, las opciones son irresistibles: las dos ruedas son una de las formas más cómodas de explorar el mítico Mont Saint-Michel, por ejemplo, al que llegan hasta tres ciclovías distintas. Para explorar la región, una opción atractiva es hacerlo desde una cabaña. Le Paquebot, a pocos kilómetros del encantador Honfleur, es un pequeño hotel en primera línea de mar qu, emula a los transatlánticos que unían Le Havre con Nueva York hace cien años. Más información en es.normandie-tourisme.fr
Atacama: travesía en el desierto
Dicho así, esto de travesía en el desierto no suena del todo atractivo, pero es en realidad una propuesta fascinante de la compañía chilena Explora, especialista en viajes remotos. Consiste en una aventura transfronteriza entre las montañas de terracota del chileno Atacama, el desierto más árido del planeta, y el gigantesco salar de Uyuni, en Bolivia, explorando en 4×4 y con un guía experto todos los increíbles países entre medias. Este viaje en movimiento, durmiendo en los lodges de Explora, puede durar siete u once días. Más información en www.explora.com
Eslovenia, corazón verde
Con salida al mar Adriático y las majestuosas montañas de los Alpes Julianos, en este pequeño país late el corazón verde de Europa. Es un misterio que Eslovenia siga siendo una desconocida, sobre todo entre los amantes de la naturaleza. Desde los agrestes paisajes del Parque Nacional de Triglav al idílico lago de Bled, con su característica isla natural suspendida en medio del agua, pasando por maravillas geológicas como la cueva de Postojna, el segundo sistema de cuevas subterráneas más grande del mundo, Eslovenia ofrece al viajero una aventura tras otra. Una forma muy cómoda de explorarlo es a través del turoperador Soltour , y los viajes que ha organizado esta primavera. Más información en www.slovenia.info
Sudáfrica, el atlántico africano
Pegada a Ciudad del Cabo pero remota y salvaje al mismo tiempo. La playa de Long Beach dibuja ocho largos kilómetros de arena blanca. No hay amenities, solo naturaleza y un famoso pecio de 1900 semienterrado, el Kakapo. Avistamiento de ballenas, surf, eternos paseos… Las posibilidades son muchas en este paraíso atlántico, una de las paradas del itinerario por Sudáfrica que propone Last Word, un grupo hotelero liderado por mujeres con alojamientos boutique que nunca alcanzan más de diez habitaciones. Además de Long Beach, su propuesta incluye una inmersión en los viñedos de Franschhoek y una escapada al rey de los parques nacionales, el Kruger, donde se esconde el Last Word Kitara. El lodge (solo seis suites) es seguramente una de las formas más íntimas de vivir este tesoro africano. Más información en www.thelastword.co.za
Formentera, paraíso cercano
Si hay un destino para disfrutar a cámara lenta, es esta hermosa isla balear. Sus posibilidades son infinitas durante todo el año, aunque pueda pensarse que solo está abierta en verano. Nada más lejos de la realidad. La primavera es uno de los mejores momentos para disfrutar de Formentera, ya que la temperatura es ideal y se pueden exprimir todas sus caras, que son muchas. Naturaleza, gastronomía, relax, cultura, deporte, ecología, mar… Incluido el turismo astronómico, ya que la isla cuenta con uno de los cielos menos contaminados de Europa.
Esta es una época ideal para recorrer la ruta de los faros, los paseos en bici o la visita a espacios culturales como el centro Antoni Tur Gabrielet, donde se realizan talleres relacionados con la artesanía local. También abren todo el año algunos mercados como el de segunda mano o el payés de frutas y verduras, ambos en Sant Francesc. Sin olvidar que la nitidez de las aguas de la isla, gracias a las praderas de posidonia oceánica, hacen de Formentera el lugar perfecto para los amantes del submarinismo y de la fotografía subacuática. Más información en www.formentera.es
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