Buenos Aires es la mejor ciudad de Latinoamérica para estudiar una carrera universitaria y la número 22 en todo el mundo, según el rating de la consultora QS (Quacquarelli Symonds). El mismo rating posiciona a la Universidad de Buenos Aires (UBA) como la mejor casa de estudios superiores de Iberoamérica, título que se le otorgó por séptima vez consecutiva. La calidad de su oferta académica no se discute. Pero, ¿qué si te decimos que esa es sólo una de las múltiples razones por las que estudiar en territorio porteño es una experiencia más que imperdible?
La Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires, calificado entre las mejores del mundo
La energía vibrante, la noche infinita, la calidez de las amistades y el hedonismo son cualidades de esta capital urbana que la posicionaron en boca de jóvenes de todo el mundo. Bailar hasta las siete de la mañana, recorrer galerías de arte y museos contemporáneos, tomar un latte en algún café de especialidad o probar tragos de autor en los más excéntricos bares hacen a la experiencia universitaria.
Existen zonas que hospedan una envidiable movida joven. Desde restaurantes hasta plazas, sobran escenarios perfectos para el encuentro estudiantil. A continuación, los cinco barrios ideales para universitarios en “la ciudad ideal para los universitarios”.
1- Palermo, el barrio más cool
Ya que estamos en tema con los rankings, qué tal este: Palermo fue elegido como “uno de los barrios más cool del mundo” por la revista turística británica Time Out, en 2018. Diseñadores, artistas y emprendedores dejan su huella en las calles palermitanas que, lejos de asociarse al gris del pavimento, llenan de shade el ambiente. El arte urbano, las incontables tiendas de moda tanto classic como contemporáneas, los hoteles boutique, las librerías, los speakeasy (bares secretos), los generosos metros cuadrados de verde, las discotecas, las universidades y la gastronomía pisan fuerte por la zona, donde no existe baldosa que carezca de vida.
Con aires bohemios, este es el barrio más extenso de la ciudad y tiene numerosas regiones a destacar. El centro es la Plaza Serrano (en la zona del Soho, la más turística), espacio que, los fines de semana, cobra vida con la feria de artesanías. Si lo que buscás son postales clásicas de la ciudad, no puede faltar una parada en el Planetario Galileo Galilei o en el Rosedal.
Por su parte, El Paseo de la Infanta -pegado al inmenso verde del Parque Tres de Febrero, mejor conocido como “los Bosques de Palermo”– presenta un corredor lleno de barcitos y coordenadas culinarias una al lado de la otra. Una especie de patio al aire libre compartido entre las alternativas que, en la famosa hora del after workplace, se vuelve todavía más interesante.
La zona de Cañitas tampoco se queda atrás. No es estrictamente un barrio, pero su popularidad native le ganó un nombre propio y concentra en aproximadamente veinte cuadras un cúmulo de cervecerías, restaurantes y propuestas emergentes. El paladar agradecerá una visita. En el territorio de Palermo Chico es tarea fácil distinguir a los protagonistas: el Museo de Arte Latinoamericano de Buenos Aires (MALBA), de los más importantes de la ciudad; y el bellísimo Jardín Japonés. Por último -y para seguir con el recorrido foodie-, no puede faltar una caminata por Palermo Hollywood.
2- Recoleta, un lujo cultural
Si te decimos que su atracción principal es el cementerio que lleva su nombre quizás no nos creas que también es una de las áreas con mayor vitalidad de Buenos Aires. Una vitalidad muy elegante, por cierto. Edificios sumamente fotografiables con una impecable arquitectura francesa; cafecitos en esquinas, plazas y parques concurridos; bares notables; universidades; paseos comerciales donde explota el glamour; imponentes hoteles de lujo; jardines escondidos; rooftops; y palacios. Pequeña combinación, ¿no?
Si de imperdibles hablamos, no puede faltar la inconfundible Floralis Genérica, gigante obra de acero en medio del agua de una fuente que, como una flor actual, abre sus pétalos con el sol durante el día y los cierra a la noche. Grupos de amigos pasan sus tardes debajo de su estructura. Al lado, la Facultad de Derecho de la UBA, una pieza arquitectónica espectacular. ¿Un dato? Desde arriba del puente que está a su lado se consigue una muy buena panorámica del edificio.
La obra Floralis Genérica sea bre con el sol y se cierra por la noche
La cultura también juega un rol importante. Sitios como el Centro Cultural Recoleta -espacio interactivo que conecta tradición y vanguardia y que convoca a jóvenes a explorar su costado artístico- o el Museo Nacional de Bellas Artes (MNBA) con un patrimonio de obras de artistas tanto nacionales como internacionales, hacen al recorrido.
La lectura es una actividad obligada para jóvenes alumnos, y como buena capital universitaria, su Biblioteca Nacional debía estar a la altura: es la más importante de Latinoamérica, por concentrar aproximadamente dos millones de libros y su moderna fachada no pasa desapercibida. Dentro del predio de la Biblioteca, uno de los bares más cool de la ciudad invita a tomar un rico gin tonic para coronar la jornada de estudio. Por último, un párrafo que narra sobre libros en Recoleta no puede ignorar al Ateneo Grand Splendid, la librería que la Nationwide Geographic clasificó como la más linda del mundo en el 2019. Un antiguo teatro convertido en el paraíso del lector.
3- San Telmo, la meca del tango y el espíritu classic
Existen barrios modernos y vanguardistas, y existen otros tradicionales donde caminar por sus calles es lo más parecido a viajar en el tiempo y donde la magia classic está intacta. Pueden intuir cuál de los dos es el caso de San Telmo. Forma parte del Casco Histórico de la ciudad y su ADN incluye aires románticos, la mística del tango presente en el aire, calles empedradas, patios con aljibes, cervecerías, numerosos hostales, restaurantes clásicos -localmente llamados “bodegones”– y antigüedades: San Telmo llenó de estilo la cara más folclórica del espíritu porteño.
El corazón de este barrio lo tiene la Plaza Dorrego (la segunda más antigua de la ciudad) que, al igual que Serrano en Palermo, es sede de una gran feria los domingos que se extiende por las calles Humberto Primo y Defensa, hasta el Parque Lezama, y parte del Pasaje Giuffra. En ella abundan las antigüedades, los objetos extravagantes y las piezas retro.
Gastronomía, historia, arte y entretenimiento se fusionan en el barrio de San Telmo
La abundante oferta gastronómica invita a probar tanto recetas clásicas como alternativas con una vuelta de tuerca. El Mercado de San Telmo es el predilecto a la hora de llenar la panza y tachar imperdibles a la vez. El edificio mantiene su estructura interna unique, y dentro los puestitos de comida se fusionan con otros que ofrecen reliquias.
Para seguir con íconos porteños, podemos enumerar la Casa Mínima -la más angosta de la ciudad-, la galería del viejo lodge (cuna del arte native que esconde uno de los patios más bellos), el Museo de Arte Moderno, la instagrameable y colorida Galería Photo voltaic de French y El Viejo Almacén, que se remonta al año 1798 y hoy es uno de los preferidos a la hora de presenciar un present de tango mientras se degustan las creaciones de su restaurante de cocina internacional.
4- Belgrano, para una movida más native
Más alejado del movimiento eléctrico de las coordenadas anteriores, Belgrano propone una energía residencial para sentirte como un verdadero native. Su atractivo recae justamente en ser menos turístico y ofrecer un recorrido de encuentros y reuniones al aire libre, tanto en sus numerosas plazas como en las mesas dispuestas en las veredas. Sin dudas, uno de los barrios preferidos por los jóvenes argentinos.
Ateneo Grand Splendid, un antiguo teatro convertido en una fascinante librería
Obviamente, su historicidad también marca en el mapa lugares icónicos como el Barrio Chino -infaltable cruzar su arco de acceso en Juramento y Arribeños-; la Avenida Cabildo, que constituye uno de los principales paseos de compras; o la pintoresca zona de Barrancas de Belgrano, llena de flores, esculturas y la joyita: su glorieta, base para que bailarines de folclore y tango atraigan a multitudes durante las tardes de domingo.
Pero en materia de brindis entre amigos, uno de los rincones que ganó mayor relevancia en el último tiempo es la Plaza Parques Nacionales Argentinos, en el territorio de Bajo Belgrano. La bebida de turno, un picnic connoisseur bajo las copas de los árboles y listo: el plan de finde que estabas necesitando. Su terreno verde fue rodeado por locales foodies y bares súper stylish, y naturalmente se convirtió en uno de los espacios más elegidos por estos pagos.
5. Núñez, el barrio que es tendencia
Quizás lo hayas escuchado nombrar, porque es la casa del mítico Estadio de River Plate, sede de uno de los eventos más pasionales del país: el superclásico futbolístico Boca vs. River. Pero no es la única razón por la que este terreno se destaca. Contagiado de la esencia de la Zona Norte de Buenos Aires, pero con la energía vibrante de la Capital, sus calles residenciales vieron nacer emprendimientos efervescentes que hoy son de los más codiciados de la escena porteña.
Cafés de especialidad, bares con mucha onda, restaurantes de autor y los wine bar toman como propios refugios de la zona y se llenan de jóvenes listos para deleitarse con los sabores novedosos e innovadores que caracterizan a las alternativas.
¿Qué tienen en común? Lejos de tratarse de cadenas o franquicias, son todos espacios independientes creados por emprendedores jóvenes que llegaron para renovar la zona y convertirla en una de las más emergentes. Y lo lograron.
” Fuentes www.hosteltur.com ”