No es un secreto que nuestro país es una de las principales potencias para los pajareros del mundo, nombre curioso que reciben aquellos aficionados al turismo de viaje, ecológico, cuyo principal objetivo es el avistamiento de pájaros y aves. Una actividad que a nivel world gana más y más adeptos y que sitúa a Colombia como un destino imperdible, contando con más de 1.954 especies identificadas y clasificadas, casi 20% de las aves del planeta.
La variedad de climas, de pisos térmicos y la abundancia de zonas selváticas, de reserva y hasta geográficas hacen que en el cielo nacional vuelen más de 80 especies propias o endémicas, crucen en sus migraciones 200 más y en solo colibríes haya más de 60 tipos.
“Colombia se consolida como uno de los mejores destinos del mundo para el avistamiento de aves. Tenemos 1.954 especies, de las cuales 82 solo se encuentran en nuestro territorio. Llevamos cinco años ocupando lugares destacados en el Global Big Day, fecha donde los observadores de todo el mundo compiten en avistamientos. Tenemos 27 reservas naturales en 14 departamentos donde se puede realizar esta práctica de turismo ecológico y sostenible” destacó el viceministro de Turismo, Arturo Bravo.
Por los diversos climas y regiones, los departamentos con más especies son Cauca, Nariño, Antioquia, Boyacá y Meta, de acuerdo con informes del Instituto Humboldt, de Alemania. Las alturas andinas, las zonas nevadas y los profundos valles de los ríos, como Amazonas, Cauca o San Jorge, son lugares donde ellas encarnan la libertad y son los puntos más apetecidos por los pajareros locales e internacionales, desarrollando en algunos lugares industrias de ecoturismo con profesionales en la búsqueda, avistamiento y disfrute de las aves en su hábitat pure.
Y es que el turismo asociado con el avistamiento de aves ofrece al viajero una experiencia cultural. La oferta que han desarrollado los turoperadores incluye la guía de “pajareros” expertos, visitas a comunidades nativas y la participación con su gente y sus territorios y paisajes.
Para los expertos, cada pájaro es como una persona e identificarlos correctamente hace parte del encanto de ser pajarero. En Colombia, dada la variedad, es posible en el campo y en la ciudad encontrarse con especies de múltiples tamaños, colores y hasta graznidos.
Por ejemplo, se cuenta con águilas arpías, muy comunes en bosques húmedos; el cóndor, cuyo promedio alcanza de punta a punta de las alas más de 1.5 metros de extensión; mochileros, toches o turpiales, que hacen nidos como mochilas y están en las zonas Caribe, Pacífico, Andina y Amazonía; barranqueros; las silenciosas lechuzas y búhos, y las guacamayas y loros, que se ven por todo el territorio nacional.
Inicios del avistamiento de aves
El avistamiento de aves comenzó como una afición científica, donde zoólogos y naturalistas clasificaban las especies de acuerdo a las familias, nombre científico, nombre vulgar y hasta estatus de conservación. La famosa Expedición Botánica del sabio José Celestino Mutis fue hace más de 200 años, los primeros antecedentes por conocer e identificar las especies presentes en el virreinato, tarea que continuarían otros científicos e intelectuales. Hoy, ecologistas y pajareros son los encargados de disfrutar de la belleza de su colorido y canto.
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