El consumo de los extranjeros en el tercer trimestre será un 53% menor al de 2019, pero en el cuarto solo estará un 15% por debajo
Todos los organismos apuntan a que de la recuperación del turismo depende la mayor parte del crecimiento de España durante este año. Y las cifras no van mal: durante el verano el gasto de turistas nacionales ha sido mayor al previsto, aunque la demanda extranjera se ha resentido por las nuevas variantes del virus y las mayores restricciones a los viajes de muchos países típicamente emisores de turistas a España como Alemania y Reino Unido.
Pero con el fin del verano se abre un panorama nuevo. La temporada de otoño-invierno ha sido históricamente la alta en regiones tan turísticas como Canarias debido a la llegada de miles de turistas nórdicos, alemanes, italianos y británicos más allá de septiembre. Los españoles vuelven a sus rutinas y ya no se puede contar con esos ingresos para los hoteles y restaurantes como ha ocurrido en julio y agosto, por lo que todo depende del volumen de llegadas de extranjeros.
En 2019, antes de la pandemia, llegaron 84,5 millones de turistas a España, un año de récord. Se espera que estos niveles no se repitan como mínimo hasta 2023, pero este año será el inicio de la recuperación, con cálculos que vaticinan la mitad de este volumen. Las previsiones de la patronal turística Exceltur apuntan a que el consumo turístico de los extranjeros en el tercer trimestre sea un 53,3% inferior al de 2019, mientras que en el cuarto ya solo esté un 15,5% por debajo. Así, el PIB turístico llegará a rozar los 82.000 millones de euros este año según sus previsiones, todavía un 47% por debajo que los casi 155.000 de 2019, pero muy por encima de los solo 53.000 millones con el que se cerró 2020.
Incluso las cifras pueden ser mejores dadas las últimas noticias de Reino Unido, que ha anunciado que los vacunados ya no necesitarán PCR previas para entrar en el país tras sus vacaciones. De esta forma, el coste y la burocracia de los viajes se simplificarán mucho a partir del 4 de octubre. Ya no tendrán que hacerse un take a look at previo a la partida y al regreso servirá uno de antígenos, más barato que la PCR.
Además, han eliminado su sistema de semáforo para catalogar a los países en función de su incidencia, donde España había estado siempre en ámbar, y solo quedará la lista verde –donde está nuestro país– y la roja, a los que se exigirá una PCR a la ida y dos a la vuelta. Esta relajación de medidas ha sido recibida con agrado entre el sector turístico, y más ahora que los estudiantes británicos tienen una semana de vacaciones en octubre y las familias podrán viajar más fácil.
Por tanto, todo indica que se cumplirán las previsiones del Ministerio de Turismo de acabar el año con el 50% del volumen de turistas de 2019. En su último informe sobre el asunto, el Banco de España concluye que se ha observado un «mayor dinamismo» en las últimas semanas, lo que haría prever una «brecha negativa» en torno al 54%. Aún así, cree que la evolución del sector está determinada por la pandemia, pero también por «cómo se materialicen ciertos cambios estructurales en los hábitos de los turistas o de los viajeros de negocios», debido a la mayor implantación del teletrabajo.
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Empujón de demanda interna
En el mismo sentido apunta el propio Fondo Monetario Internacional (FMI), que preguntado por este periódico reconoce que «aún existe gran incertidumbre en torno a la recuperación del turismo extranjero en 2021». Pero calcula que en julio las llegadas y gasto de visitantes a España fue un 45% comparada con la de 2019, en línea con lo previsto, y que habrá «cierta recuperación» en la segunda mitad del año, aunque «el principal impulsor de la recuperación económica seguirá siendo la demanda interna».
Parte de esta demanda interna viene de los viajes del Imserso para jubilados, que si nada se tuerce comenzarán en octubre. «Supondrán un claro empujón para el sector en una temporada complicada para ellos», explica José Ángel Montes, analista en Solunion España. Aún así, reconoce que en términos absolutos el impacto es «limitado» y que tanto hoteles como agencias ya están ofreciendo paquetes destinados a la misma población.
Por ello, los hoteleros seguirán acogiéndose a los ERTE para evitar la destrucción de «miles de empleos» ahora que ha pasado «el espejismo de la época estival». Desde CEHAT advierten de una temporada otoño-invierno «muy complicada» con establecimientos que tendrán que volver a cerrar por falta de turistas. Por ello, el sector turístico será uno de los grandes beneficiarios de la prórroga de los ERTE, aunque a partir de noviembre tendrán nuevas condiciones y diferentes ayudas en función de la formación.
Viajes de proximidad pero aumentando el presupuesto
Los españoles han viajado este verano cerca de casa, incluso millones de ellos se han convertido en turistas en sus propias comunidades. Tras la aparición de la covid, los españoles han recorrido de media 12 kilómetros menos en sus viajes, un 13,6% por debajo que antes de la pandemia, según datos del portal turístico Weekendesk. Por comunidades, los murcianos (53 km) y los catalanes (56 km) son los que han elegido destinos más cercanos, mientras los extremeños (139 km) y los madrileños (132 km) son los que han viajado más lejos este verano.
Pero viajar cerca de casa no ha significado gastar poco. Más bien al revés. La media para estas vacaciones fue de 242 euros por persona, un 11% más que antes de la pandemia. Además, los datos indican que la estancia media también aumentó un 7%, lo que revela escapadas más cerca pero más prolongadas.
Los datos recabados por la agencia on-line eBooking son incluso más altos, calculando un gasto por cada español de 315 euros en alojamiento en estas vacaciones, un 50% más que el verano pasado. La inmensa mayoría (83%) se ha quedado en España, y quienes se han animado a viajar al extranjero han decidido visitar ciudades vecinas como Lisboa, Oporto y Roma. Los navarros son los que más han gastado estas vacaciones y los valencianos, los que menos.
” Fuentes www.elcorreo.com ”