Autor : Héctor Javier Barrera Palacio

Fernando Mojica Rojas y Rodrigo Grisales Aza se comunican a diario con sus seres queridos y sienten como si estuvieran dando reportes de su trabajo en cada conversación.
Foto : Jhon Jolmes Cardona Núñez
Un boyacense y un leticiano decidieron materializar el sueño que tenían y están a punto de darle la vuelta al país pedaleando.
Fernando Mojica Rojas dejó atrás las excusas que le impedían materializar su sueño de viajar en bicicleta por cada rincón de Colombia para conocer sus paisajes, su cultura, su gente, su gastronomía y muchas otras maravillas de este territorio y se dio a la tarea de emprender la aventura de su vida.
Desde hace 6 años es coronel retirado del Ejército y también se dedica a ser coach, a brindar charlas para motivar a los seres humanos a lograr sus metas; y ¿qué mejor que enseñar con el ejemplo y lograr las propias? Se preguntaba él. Mojica Rojas, de 53 años de edad, es de Boyacá, pero está radicado en Villavicencio y allí hacía 50 kilómetros diarios en bicicleta, aunque un día se exigió un poco más e hizo 170. Ese fue el aliciente para probarse a sí mismo que podía lograr un sueño que mantuvo represado por años y que se sentía impulsado a cumplir como diera lugar.
Entonces compartió la concept por sus redes sociales para ver quién se animaba y se le unía. Este veterano reveló que, al menos, 80 personas se mostraron dispuestas y hasta mantuvieron extensas conversaciones con él, pero al remaining solo Rodrigo Grisales Aza, un contador público, de 55 años de edad, que se dedicó a promover el turismo en Leticia y es pionero del ciclismo de montaña en el Amazonas, fue el único que decidió seguirle los pasos en esta aventura a la que llamaron Pazeando por Colombia.
“Nos encontramos hace más de un año en un programa en bicicleta en el Cocuy y quedamos contactados por las redes sociales y cuando publiqué él se enteró y se animó a materializar este reto”, recordó Mojica Rojas.
Escribió PaZensado con Z porque cuando arrancaron el país estaba en una relativa paz, ya en el camino se encontraron la realidad de los bloqueos del paro nacional, pero aseguran que la gente les facilita todo para que avancen.
El comienzo de esta extensa travesía fue el pasado 1 de febrero, cuando salieron de Villavicencio a trasegar por los mejores destinos de Boyacá, los santanderes, Cesar, La Guajira, Magdalena, Sucre, Bolívar, el Urabá antioqueño y Chocó.
“La mayoría de ciclistas anhelan hacer algo así”, expresó Grisales Aza, compañero de esta gesta ciclística de Mojica Rojas. “Todo el mundo nos pregunta si somos pareja, yo les digo que sí, pareja de bicicleta”, afirma entre risas el hombre que hace algunos años daba órdenes a otros militares.
Cuando la realidad desbarata los planes
Como buen estratega Mojica Rojas tenía todo milimétricamente calculado, pero se han encontrado con que no tienen management de nada.
El exmilitar aseguró que por eso se dedicaron a vivir felices y que el día los sorprenda en cada sitio al que llegan, porque los planes los desbarata la realidad y los mejores programas son lo que no se planean, como se los ha enseñado las experiencias.
“Ya había hecho salidas de este estilo, pero más cortas, máximo de 7 días y este viaje fue un reto personal que he venido logrando, como si estuviera escalando una montaña y ya le falta muy poco para llegar a la cumbre”, comparó Grisales Aza.
Los cálculos de ellos indican que se han gastado $50.000 por día, la mitad para comida y la otra mitad para alojamiento, aunque a veces se ahorran este último gasto porque a Mojica Rojas, por su condición de coronel retirado, lo hospedan en algunas bases militares.
Además, han hecho lo que ellos llaman un tour gastronómico, pues han degustado los platos y las bebidas propias de las distintas regiones que han visitado, la realidad les ha enseñado que “a donde van coman de lo que hay”; han recorrido 110 municipios en 96 días, con un promedio de 60 kilómetros diarios, a veces más, pero es el trayecto aproximado que encuentran entre un pueblo y otro, pedalean 5 días y descansan 2 a la semana.
Aunque al comienzo terminaban extenuados, con el tiempo se fueron acostumbrando y ahora el día que no salen a pedalear sienten que el cuerpo se los pide, que les hace falta; y de tanto pedalear ahora sus piernas están más fortalecidas y se volvieron, como sus ciclas: unos todoterrenos para andar por Colombia.
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De hecho, muchos amigos y familiares apostaban dinero entre ellos a que este par de ‘locos’ no iban a aguantar mucho y en corto tiempo iban a desistir de lograr semejante hazaña, pero perdieron el tiempo y la plata, porque ellos ahora les dan ‘sopa y seco’ a más de uno con sus caballitos de acero.
Se han sentido más seguros recorriendo los pueblos que las grandes ciudades, ya que en estas han sentido susto de ver la gran cantidad de carros cerca de ellos. Afirman que es fácil identificar cuando están llegando a un municipio, por el montón de basura que muchos incultos suelen dejar en las entradas y también notaron que en la costa caribe no hay mucha cultura del aseo porque por las carreteras se ven los desechos plásticos que las personas tiran desde los vehículos.
“Cualquier sitio de Colombia es maravilloso, todos tienen sus encantos, pero nos impactó mucho un pueblo que se llama La Playa de Belén, es entre Ábrego y Ocaña, Norte de Santander, es para nosotros el más hermoso de Colombia, es un pesebre y si me preguntan qué lugar visitar antes de morirse, recomendaría que fuera este. Allá hay un atractivo muy particular, que son los estoraques, son las formaciones que esculpe la naturaleza cuando el agua y la erosión llegan y quedan montañas de piedra o arena con formas llamativas. Allá la gente cuida mucho sus casas y sus jardines”, describieron estos aventureros de la cicla y añadieron que ese pueblo es tan hermoso.
El pasado miércoles Fernando Mojica Rojas y Rodrigo Grisales Aza llegaron a Armenia con 4.000 kilómetros de trayecto cumplidos para hacer una pausa, un día de receso que les permitiera recuperar las energías para seguir con rumbo a Ulloa, Valle del Cauca, de ahí esperan pasar al Cauca, Nariño, Putumayo, Caquetá, Tolima y Cundinamarca, recorrido que, según sus previsiones, estarían culminando, con 7.000 kilómetros transitados, a mediados o finales de julio.
Con estas acciones buscan motivar a la gente a que cumplan sus metas, porque están convencidos de que sí se pueden lograr y, de paso, disfrutar la vida; solo se necesita decisión y acción, lo demás llega como sorpresa en una Colombia en la que cada región parece una nación distinta, pero siempre encantadora y esperando a ser descubierta por gente que se atreva a explorarla.
” Fuentes www.cronicadelquindio.com ”