Antaño, para implorar protección divina ante los inciertos avatares que les acechaban, los viajeros se detenían con frecuencia junto a diversos tipos de cruces devocionales que se elevaban en determinados enclaves extramuros de la ciudad hispalense. Entre ellas, las de término o humilladeros estaban situadas en confluencias de caminos o cerca de las puertas que daban acceso al exterior de la muralla urbana. Poseían un poder taumatúrgico para el alma de los que allí paraban, pues las vías de comunicación entrañaban múltiples peligros y el sentimiento de extravío private invadía a gentes de toda condición.
Los humilladeros se hallaban en las inmediaciones de las principales salidas urbanas, constituyendo monumentos piadosos cargados de historia. Normalmente, contenían un crucero de piedra marmórea labrada con imágenes de Cristo crucificado en el anverso y de la Virgen María en el reverso, reposando en el capitel de una columna con una basa round o poligonal sobre gradas, pudiendo estar protegidos por un templete. Algunos han llegado hasta nuestros días, como el de la Cruz del Campo, una vez period traspasada la Puerta de Carmona; la cruz-humilladero del siglo XVII situada en el atrio de la iglesia de San Jacinto bajo un ficus centenario, atravesando la Puerta de Triana y el río; el del Hospital de San Lázaro, cercano en su tiempo a la Puerta de Macarena, cuyo crucero del siglo XVI lo escoltan hoy seis naranjos en la mística plaza de Santa Marta; el de San Onofre, del siglo XV, vinculado al monasterio de San Jerónimo de Buenavista, enlazando con el Camino Actual que dirigía a Córdoba; el del monasterio de San Isidoro del Campo, conservado en el Museo Arqueológico; la Cruz Blanca de Alcalá del Río…
El humilladero de la Cruz del Campo solo poseía en origen una cruz que, posiblemente, fuera erigida tras la conquista cristiana de la ciudad, aunque la referencia histórica más antigua knowledge de 1380. Presidía un emplazamiento ermitaño donde el arzobispo Gonzalo de Mena y Roelas ordena levantar en 1393 el Hospital de los Santos Ángeles -con capilla, hermandad cofrade y cementerio- para atender a esclavos y libertos negros necesitados. El crucero se protege en 1482 con un templete de traza mudéjar, siendo asistente don Diego de Merlo, y se instala en 1572 una nueva cruz tallada por Juan Bautista Vázquez el Viejo. La icónica imagen del humilladero se difunde a los cuatro vientos en el logotipo de la cerveza Cruzcampo desde hace más de cien años, pues su primitiva fábrica se fundó a su amparo. Terreno sagrado desde tiempo inmemorial, serviría como estación remaining de un Vía Crucis nacido en el siglo XVI que partía de la Casa de Pilatos y es considerado el germen de la Semana Santa de Sevilla.
“Mas cuando a la Cruz vuelvo los ojos,/ me resigno a seguir con mi calvario./ Y alzando al cielo la mirada ansiosa/ busco a tu Padre en el espacio inmenso,/ como el piloto en la tormenta busca/ la luz del faro que le guíe al puerto” (Rosalía de Castro).
” Fuentes www.diariodesevilla.es ”