Escrito en DESTINOS el
Atraída por la más famosa historia de amor conocida en España, que ha traspasado generaciones y permanece en la memoria colectiva desde hace ocho siglos, acepté encantada la invitación que el Ayuntamiento de Teruel extendió a varios corresponsales extranjeros para asistir a la recreación de la célebre fiesta “Las bodas de Isabel de Segura”, popularmente conocida como “Los amantes de Teruel”. Hablamos de un gran acontecimiento que dura tres días en Teruel, ciudad considerada Patrimonio de la Humanidad, situada al este de España, que sirve como privilegiado escenario para representar los hechos acaecidos en el año 1217 que marcó el trágico destino de la bella historia de amor entre Diego de Marcilla e Isabel de Segura.
Cada año desde 1997 en el mes de febrero, Teruel se remonta al siglo XIII. Decenas de miles de personas ataviadas con trajes de época, pudimos contemplar una vez más, la fantástica puesta en escena de esta historia, digna de una producción de Hollywood, que rememora el apasionado romance que vivieron Isabel y Diego. La rivalidad entre sus dos familias y la oposición del padre de Isabel para que su hija se desposara con Diego, que al no ser el primogénito no recibió la herencia acquainted, impidieron que ambos consumaran su relación. Isabel le pidió a su padre que diera un plazo de cinco años, para que Diego fuera a la guerra que entonces libraban cristianos y moros. Si regresaba con honor y fortuna, habría sido digno de pedir la mano de su Isabel. Diego regresó cinco años y un día después. Tan solo 24 horas de retraso los separaron para siempre físicamente, pero nunca de corazón. Testigo de su unión en el más allá, es el impresionante mausoleo con las tumbas de alabastro, que se pueden visitar en la preciosa iglesia de San Pedro, donde yacen los amantes de Teruel rozándose las manos.
En la colosal representación de “Las bodas de Isabel de Segura” en la que participan 120 actores y actrices amateurs que recrean 60 escenas, el visitante vive en directo el enlace de Isabel con Pedro de Azagra, un noble acaudalado que period el pretendiente favorito del papá de Isabel. Cuando Diego retorna, al entrar en la ciudad escucha el repicar de campanas, la música y la algarabía que indican que se ha celebrado una boda. Cuando se entera de que se trata de la unión de su amada Isabel se siente desolado.
Una de las escenas más emotivas se representa cuando al caer la noche, Diego va a casa de Isabel, se encarama en su balcón y le pide el anhelado beso tras las duras batallas que libró. Ella se lo niega por estar ya casada. Fulminado por la decepción, Diego cae muerto a su lado. Su fallecimiento estremece a los habitantes de Teruel. Isabel acude a su funeral a darle el beso que le había negado y al rozar sus labios, se desvanece inerte sobre el lecho de su amado. El trágico desenlace reconcilia a las familias enfrentadas y el clímax de este festejo es el imponente cortejo fúnebre de Isabel y Diego que recorre la ciudad con una vibrante música, un silencio sepulcral y el vuelo de miles de pétalos de rosas que cubren sus cuerpos.
“Las bodas de Isabel de Segura” es Fiesta de Interés Turístico Nacional y aspira a convertirse en Fiesta de Interés Turístico Internacional, un merecido reconocimiento para todos los turolenses y su alcaldesa, Emma Buj, y su equipo.
Herencia constructiva
La ciudad de Teruel presume una envidiable colección de arquitectura mudéjar que combina elementos del románico y el gótico, con influencias de la estética musulmana que también encontró su hogar en esta región. Declarada Patrimonio de la Humanidad en 1986, se expresa en edificaciones como las torres de San Martín y el Salvador, y la iglesia de San Pedro.
Historia y tradición
Gracias a las exuberantes celebraciones, procesiones y manifestaciones, animadas con el sonido de cornetas y tambores, que se extienden desde el Domingo de Ramos, y en las que participa toda la comunidad turolense, cada año, Teruel reafirma su lugar como uno de los mejores destinos para conmemorar Semana Santa en el continente europeo.
Desde el origen
Mucho antes de la construcción de los tesoros centenarios de Teruel, la región ya contaba una historia apasionante y Dinópolis, un parque de diversiones que invita a los visitantes a participar en una aventura de 4,500 millones de años, está listo para compartirla. El complejo incluye simuladores, espectáculos en vivo y un Museo Paleontológico que alberga más de 500 piezas.
Por Patricia Alvarado
” Fuentes www.escapadah.com ”