Con el verano recién comenzado, el sector de los alojamientos turísticos de Castilla y León encara la temporada alta con unas previsiones que se asemejan a las de antes de la pandemia. Los que parten con mejores pronósticos son los alojamientos rurales de la Comunidad, que las elevan hasta el 65%. Aquí se aprecia un descenso frente a los veranos de la pandemia, especialmente el último, pero sin embargo señalan que las cifras son muy parecidas a las registradas en época preCovid.
Desde la Asociación de Turismo Rural de Valladolid, Luis Chico recuerda que el verano de 2021 se vivió algo excepcional, cuando «se concentró todo». Asegura que debido a la «incertidumbre» que causaba aún la pandemia, los turistas se decantaban por reservar en sitios próximos, lo que supuso un gran éxito de las casas y los hoteles rurales.
Por el contrario, defiende que las previsiones actuales «son normales», si bien matiza que la mayor ocupación se concentra en los fines de semana. Como ejemplo, señala que los grupos de estudiantes, que se reunían en casas rurales y generalmente entre semana para celebrar el last de las clases, ahora vuelven a decantarse por destinos de costa e, incluso, fuera de las fronteras españolas.
Señala, asimismo, que las zonas que mejor encaran julio y agosto son las provincias del sur de Castilla y León, Salamanca, Segovia y Ávila. Esto se debe, bajo su criterio, a la proximidad con la capital. «El que los alojamientos estén cerca de Madrid siempre es un issue a tener en cuenta. Es un valor añadido», señala.
Sin embargo, no es la única ventaja de estos territorios, si no que además cuentan con capitales que son Patrimonio de la Humanidad y de las que se hace mucha publicidad y, como apunta Chico, los turistas de inside siempre prefieren desplazarse a destinos donde tengan una oferta cultural, de ocio y gastronómica atractiva.
De hecho, reconoce que estos elementos, junto con el enoturismo, son los grandes polos de tracción con los que cuenta el turismo rural castellano y leonés. «La visita a las bodegas es un elemento principal en Castilla y León», asegura.
Aún así, también apunta que Soria y Zamora también son destinos atractivos para los turistas, especialmente por aquellos que prefieren pasar sus vacaciones en contacto con la naturaleza. La oferta, por tanto, es amplia, ya que «Castilla y León ofrece grandes posibilidades», y eso se traduce en que los fieles al turismo de inside sigan siendo un público relativamente estable.
Aún con estas previsiones, la fecha que los gerentes de alojamientos rurales tienen marcada en rojo en el calendario es el 15 de agosto, que precisamente este año cae en lunes y permite a los turistas disfrutar de un puente de tres días en los que los destinos próximos son los más valorados. Unas jornadas en las que, según estima Chico, puede rozarse el 90% de ocupación.
También se valora la celebración de fiestas patronales, que en esas fechas tienen lugar en un sinfín de municipios y que suponen un atractivo más para quienes proceden de las ciudades o de fuera de la Comunidad, que pueden disfrutar del folclore y del patrimonio cultural.
Pese a todo lo anterior, el escenario de los alojamientos rurales para este año no está exento de obstáculos. Luis Chico hace suyos muchos de los que también lamentan los hoteleros de Castilla y León, principalmente aquellos que tienen que ver con la disaster económica. Así, reconoce que los precios han tenido que aumentar, aunque de forma discreta para seguir ofreciendo una tarifa competitiva, y confirma que los combustibles son un nuevo hándicap para programar cualquier viaje de ocio.
Por eso, señala que no abundan los turistas que proceden de muy lejos, y hace especial hincapié en la caída drástica de reservas por parte de los extranjeros. Por el contrario, que su oferta sea de un turismo de proximidad invita a que acudan viajeros de municipios más cercanos.
En cualquier caso, ya son pocos los que no hacen números antes de irse de vacaciones, y es por eso que Chico asegura que «tampoco hay grandes estancias».
Los hoteles son los que cuentan actualmente con menos plazas reservadas, tan solo un 35%, conscientes de que la vuelta a la normalidad es sinónimo de una mayor demanda de turismo de costa.
La presidenta de la Asociación de Hoteleros de Castilla y León, Piedad Sánchez, señala que esta ocupación tiene mucho que ver con las preferencias de los turistas. En este sentido, asegura que mientras los destinos de costa suelen reservarse con más antelación, aquellos que eligen el inside de España apuran más los tiempos. Por eso, confía en que estos viajeros «de última hora», como ella misma los outline, sirvan para remontar las cifras.
No obstante, parece ya muy difícil igualar los registros del último verano, cuando el turismo de inside fue el elegido por gran parte de los turistas. La incertidumbre que todavía existía por la pandemia de coronavirus volvió a poner de relieve el turismo de proximidad, que ahora pierde tirón ante el deseo de muchos de disfrutar de una oferta más dirigida al sol y la playa. Tampoco hay que olvidar los destinos internacionales, que vuelven a entrar en la ecuación después de que las restricciones, en su inmensa mayoría, hayan quedado atrás también en otros países.
Sin embargo, la verdadera preocupación que mantienen los hoteleros es, como reconoce Sánchez, la difícil situación económica predominante. La subida generalizada de los precios ha hecho que los turistas vuelvan a mirar su bolsillo antes de programar un viaje, y ante eso es difícil mantener precios competitivos en un sector que afronta la inflación y la subida de los suministros con, quizá, mayor apuro que otros.
De hecho, desde la Asociación de Hoteleros de Castilla y León confirman que, evidentemente, ha sido necesario reajustar los precios al alza para mantener la rentabilidad. En cualquier caso, Sánchez precisa que esta subida es mínima, y que además se mantiene acorde con la oferta de otras comunidades autónomas.
Finalmente, otro de los factores que juega en contra de los hoteles de Castilla y León es la subida constante del precio de los combustibles, que hace que los turistas analicen detenidamente cualquier desplazamiento por carretera. Lo que en veranos anteriores period un mero trámite, ahora se ha convertido en un gasto importante a tener en cuenta dentro del presupuesto vacacional, que a su vez repercute en la venta de alojamientos.
A este respecto, Piedad Sánchez detalla que para compensar los desmesurados tickets de las estaciones de servicio, muchos viajeros han optado por acortar sus estancias con menos pernoctaciones, lo que también hace mella en el steadiness de los establecimientos.
Las relatadas anteriormente son circunstancias que generan incertidumbre entre los hoteleros, que ven como julio y agosto se acercan sin que las previsiones sean todo lo buenas que esperaban. Aún así, serán los que se decidan a última hora por el turismo de inside los que maticen las cifras de la temporada.
” Fuentes diariodecastillayleon.elmundo.es ”