Han sido 600 días de cierre fronterizo, en los que Australia ha permanecido clausurada a cal y canto no sólo para los turistas extranjeros sino para los propios habitantes, a los que se les ha prohibido entrar y salir del país. Las medidas adoptadas por el continente rojo para impedir la propagación de la pandemia han sido de las más estrictas del mundo.
Desde el pasado mes de noviembre, las fronteras se han ido abriendo tímida y paulatinamente, primero para los familiares australianos, después para los estudiantes y más tarde para los inmigrantes calificados. Desde esta semana, al fin, el país permanece abierto (con las medidas pertinentes, esto es, pauta completa de vacunación, PCR negativa y declaración jurada) para todos los ciudadanos del mundo.
Es momento de conocer la isla más grande del mundo, plagada de atractivos únicos y calificada como uno de los lugares con mayor calidad de vida. Y aunque esta inmensidad de territorio no se abarca en un solo viaje, estos son los imprescindibles que hay que tener en cuenta a la hora de visitarlo:
1. Las ciudades: Sídney y Melbourne
Cada una con su personalidad, ambas son inexcusables para descubrir el encanto urbano de las antípodas. En Sidney, la más grande de Australia, encontramos arquitectura de vanguardia (sí, la icónica ópera, pero también mucho más) barrios multiculturales y soleadas playas salpicadas de tablas de surf. Una combinación perfecta de placer y sofisticación en uno de los entramados más modernos y cosmopolitas del mundo.
Melbourne, por su parte, es más canalla y alternativa. Para muchos es la ciudad más europea del país, la que concentra las manifestaciones artísticas más interesantes, los mejores restaurantes, los locales favoritos de los hípsters. Hay que conocerlas a las dos pera decidir cuál gana (si es que alguna lo hace) en la eterna rivalidad.
2. La Gran Barrera de Coral
Imposible pasar por alto a la purple de arrecifes más grande del planeta, que es una de las siete maravillas del mundo pure. La Gran Barrera de Coral, el máximo orgullo australiano, esconde millones de años en sus 2.300 kilómetros de belleza submarina. Por algo se cuela a menudo entre los primeros puestos de los lugares que hay que visitar al menos una vez en la vida. Nadie que visite este país puede irse sin haber buceado, en cualquiera de sus puntos, en este universo colorido y psicodélico.
3. La Nice Ocean Street
Este mítico trayecto de la costa sur, en el estado de Victoria, está catalogado como la carretera más bonita del mundo. Nada extraña, puesto que a su paso se atraviesan algunos de los prodigios más fotografiados de Australia. Playas infinitas salpicadas de surfistas, imponentes acantilados, encantadoras poblaciones, restos de naufragios, bosques de eucalipto donde dormitan los koalas, canguros que saludan al cruzarse en el camino… y los míticos Doce Apóstoles con su inigualable perfil.
4. Parque Nacional Uluru-Kata Tjuta
Es la imagen paradigmática de las antípodas. Un territorio desolado, ajeno al resto del mundo, que abarca más de 1.300 km2 y está declarado Patrimonio de la Humanidad por la Unesco desde el año 1987. Aquí se halla la magnéica formación rocosa llamada Uluru, venerada por las tribus aborígenes desde tiempos inmemoriales. Un lugar fascinante, lleno de historias, mitos y leyendas.
5. Tasmania
Aunque ha pasado al imaginario well-liked por el famoso demonio popularizado por la Warner, esta isla que se descuelga al sur del continente australiano es una de la joyas que no deben perderse. Un lugar agraciado con nada menos que quince parques naturales cuajados de playas, lagos y bosques fluviales, que encierran una variedad y una belleza apabullante.
” Fuentes viajar.elperiodico.com ”