La ciudad se abre con barrios renacidos llenos de atractivos para visitar y nuevas experiencias como talleres de abanicos o excursions gastronómicos privados.
Tradicional, moderna, flamenca, torera, festiva, religiosa, luminosa, hospitalaria, cosmopolita, romántica… Todos estos calificativos caben para definir a Sevilla, la capital de Andalucía, una ciudad que personifica como nadie el tópico de lo “español” y lo “andaluz”, pero que también se ha puesto la capa de la modernidad con edificios como la Torre Sevilla o el Metropol Parasol, una estructura conocida como Las setas, que ha revitalizado el barrio de la Encarnación.
En Las setas se encuentra ubicado el mercado de abastos y cuenta con un mirador con 250 metros de pasarela para disfrutar de las vistas de Sevilla de una manera diferente. Además, en estas fechas se han colocado puestos navideños y un parque de atracciones para los niños.
La Encarnación, una zona de clase trabajadora que se encontraba deteriorada y repleta de tiendas anticuadas, se ha transformado ahora en uno de los barrios más cool de la ciudad. El área está repleta de librerías-cafeterías, tiendas classic, sitios donde tomar un brunch y gastrobares que sirven cocina innovadora.
Lo mismo ha sucedido con la vecina Alameda de Hércules, antaño foco de prostitución y drogadicción, que ahora es conocida como el Soho sevillano, donde se dan cita las vanguardias más alternativas con los restaurantes más stylish.
A DOS RUEDAS
Otra de las tendencias hispalense del momento es la bicicleta, una de las mejores formas de recorrer la ciudad, al tratarse de una capital con pocos desniveles y sin mucho tráfico. Si tiempo atrás había un cierto rechazo hacia las dos ruedas, la urbe cuenta ahora con más de 180 kilómetros de carriles para bicis y 250 estaciones, abiertas las 24 horas del día. Además, se han creado itinerarios temáticos para descubrir los lugares emblemáticos de la ciudad y cada vez hay más empresas dedicadas a organizar rutas en grupos o familias.
Uno de esos recorridos lleva hasta la isla de la Cartuja, a orillas del Guadalquivir, donde se instaló la Expo del 92, un nuevo polo de atracción turística. Allí se encuentra el conjunto arquitectónico Torre Sevilla – el rascacielos más alto de Andalucía- que ha sido muy criticado y alberga un centro comercial y el centro cultural del CaixaForum; el Teatro Central, donde se representan obras vanguardistas y el parque de atracciones de Isla Mágica. En la isla está ubicada además la Escuela de Hostelería de Sevilla, donde se puede comer a muy buen precio y con grandes vistas de la capital.
Tras la pandemia, los turistas demandan cada vez más experiencias diferentes que se salgan de las clásicas visitas a la Giralda, el Actual Alcázar o la Torre del Oro y así recorrer otras zonas que no sean los típicos barrios de Santa Cruz, El Arenal o Triana.
TOUR GASTRONÓMICO
Por eso, los hoteles ofrecen a los clientes cada vez más propuestas originales y personalizadas que sorprendan al viajero y le sumerjan en el estilo de vida de la ciudad como los tours gastronómicos privados. Por ejemplo, el lodge Querencia de Sevilla The Autograph Assortment pone a disposición de sus usuarios un taller de abanicos, organizado por la firma Margaret de Arcos, especializada en complementos artesanales creados en seda pure pintada a mano. Durante el taller se proporciona a los participantes una tela de seda y pinturas para que vayan coloreando el paño y, después, se les enseña la técnica para hacer las dobleces y colocar las distintas barillas del abanico.
Hay otros establecimientos, como el lodge Alfonso XIII del Grupo Marriott, que proponen la opción de alquilar un barco con un picnic para hacer un crucero privado sobre el Guadalquivir, una de las actividades más demandadas en la ciudad hispalense. El Alfonso XIII es un lodge destino y uno de los monumentos más emblemáticos de la ciudad y más querido por los sevillanos. Fue mandado construir por el Rey Alfonso XIII para que se alojasen los mandatarios internacionales que acudían a la exposición iberoamericana de 1929 con el objetivo de convertirse en el más grande de Europa.
Su terraza Ena es una de las más icónicas de Sevilla al estar rodeada por los majestuosos jardines del lodge y acaba de renovar la carta y en el bar americano se ofrecen las veladas musicales Romantic Latin Nights de jueves a sábado.
Sin duda, una de las mejores experiencias que se puede tener en la ciudad es ir de tapeo por las tascas típicas: La Flor de Toranzo, es una mantequería de origen cántabro, donde reinan sus famosos molletes de Antequera con distintos rellenos. En la Barra de Inchausti se encuentran los platos más populares del antiguo restaurante La Moneda como el calamar de potera relleno o su famosa sopa de galeras. La Bodeguita de Antonio Romero es una de estas tabernas que combina tradición y vanguardia, donde se pueden degustar los montaítos de pringá.
Y por muy típico que resulte, el recorrido por la ciudad no se puede terminar sin visitar alguno de los tablaos con más solera de la capital, como el Arenal o Los Gallos. Las peñas ofrecen también buenos espectáculos de flamenco y una de las más conocidas es la de Torres Macarena, por donde han pasado los mejores artistas del cante y del baile: de Fosforito a José Mercé y de Matilde Coral a Pepa Montes.
CÓMO LLEGAR. El AVE viaja a Sevilla a partir de 12 euros.
DÓNDE DORMIR. Hotel Querencia. Cuenta con una ubicación privilegiada, justo en frente de la Catedral. Desde 155 €. También en el Alfonso XIII. Este establecimiento de cinco estrellas es una institución en la ciudad. Tiene piscina al aire libre y buenos jardines. Desde 350 €.
DÓNDE COMER. Casa Román. En pleno barrio de Santa Cruz, destaca por su jamón ibérico de bellota. Casa Ricardo. Un bar con el sabor del costumbrismo de las cofradías sevillanas.
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