La 1 de TVE emite esta noche, a las 22:25 horas, un nuevo programa de ‘Comando al sol’. En esta ocasión, se pierde esta semana en bosques milenarios, en despobladas tierras de brañas y osos. Viaja a las entrañas de los pueblos, busca la arquitectura imprescindible y los tesoros gastronómicos de la desconocida montaña palentina.
La ría más ancha del Cantábrico da acceso a Viveiro, un lugar para pasear por acantilados imposibles, comer una de las mejores merluzas de pincho o asistir al Resurrection Fest, un competition musical que altera la rutinaria tranquilidad de esta pequeña localidad de 15.000 habitantes. Bares y restaurantes llaman la Marea Negra a los asistentes, un mar de gente vestida de oscuro que, al contrario de lo que el nombre pudiera sugerir, trae vida, negocio, alegría y dinamiza la localidad. “Al principio había reticencias por las pintas que trae la gente, son melenudos, and so forth. pero es una inyección importantísima para el pueblo” cuenta Víctor, dueño de un bar.
Después, recala en las Rías Altas gallegas, se asoma a escarpados acantilados, disfruta de las tranquilas playas de Viveiro, abraza al árbol más grande de España y salta en uno de los festivales de música más multitudinarios de Europa.
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Carne de cordero, ajo, pimienta, cayena, laurel, vino blanco y mucho calor… Así se hacía el guiso del pastor tradicionalmente y así se sigue haciendo 50 años después en la fiesta de la montaña palentina. Sebastián madruga para preparar en la calle 26 ollas de caldereta de cordero. Por dos euros adquieren una cazuelita de barro y turistas llegados de toda España acuden a comer free of charge y disfrutar la naturaleza.
Muy cerca, en Cervera de Pisuerga, se encuentra la casa de Piedad Isla. Una vecina avanzada a su tiempo que convirtió su vivienda en el museo de un mundo que ya ha desaparecido. Arados, badilas, cocinas económicas, rastrillos, celemines, pupitres de la escuela de los años 60… Piedad recorrió en moto su tierra e hizo más de 130.000 fotos que ahora los abuelos enseñan a sus nietos para que la memoria no se pierda. En el pueblo vecino, Olleros de Pisuerga, Abel, uno de sus 40 habitantes, enseña a decenas de turistas una ermita excavada en la roca. Conocida como la catedral del arte rupestre, recibe trece mil visitas al año y es uno de los edificios románicos que posee Palencia. La provincia atesora la mayor concentración de románico de Europa.
” Fuentes www.elperiodico.com ”