Si usted es de esas personas que siempre se están quejando porque nunca tienen el dinero suficiente para estudiar, viajar, salir con su familia a un buen restaurante o cumplir ese anhelado sueño de tener una vivienda o su vehículos propio, quizás sea el momento para que se pregunte si en algún en alguna oportunidad ha pensado en la opción de iniciar un ahorro o empezar a invertir, con el fin de ir formando un capital que le permita cumplir con esos deseos o, en el peor de los casos, atender alguna emergencia.
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Según los expertos en finanzas personales, aplazar esta decisión es lo que lleva a que nunca se cuente con el capital para atender esas necesidades, por eso, el momento es ahora, hay que dejar atrás esas excusas y empezar un plan de ahorro o inversión con pequeñas cantidades ya.
No obstante, y cualquiera que sea el camino que elija para empezar a formar un capital para esas metas, lo primero que debe establecer es la finalidad de ese ahorro o inversión, así como seleccionar qué tipo de mecanismo es el más adecuado para llevar a cabo esa importante labor.
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Según Fabio Chavarro, gerente Corporativo del Grupo Juriscoop, “el ahorro y la inversión pueden ser acciones complementarias y ligadas la una a la otra, pero con diferencias”, y agrega que lo que los hace distintos es: el objetivo que tenga la persona de cara al futuro, el producto elegido, el nivel de riesgo que quieran aceptar y la rentabilidad de los productos.
Por un lado, la acción de ahorrar permite acumular dinero de manera segura, es decir, guardar una plata para conseguir un objetivo en el futuro o tener un fondo de emergencia disponible en todo momento ante cualquier eventualidad; y por otro lado, invertir consiste en poner una cantidad de dinero “a trabajar” para obtener ingresos adicionales y buscando rendimientos mayores.
Según Chavarro, si el objetivo de la persona es a corto plazo y necesitará el dinero en cualquier momento, lo mejor es ahorrar. Productos de ahorro, tales como las cuentas de ahorro, el ahorro programado o los depósitos a plazo son productos muy seguros, que ofrecen una rentabilidad moderada pero segura, que te permiten disponer del dinero en un
Por ejemplo, si la persona está pensando en continuar sus estudios y realizar una especialización, puede fijarse una meta de ahorro en un año e ir ingresando mes a mes una cuota fija con la que conseguir su objetivo en el plazo establecido.
El directivo de Juriscoop sostiene que si lo que la persona cuenta ya con algo de capital y lo que busca es incrementarlo y no lo va a necesitar en un periodo corto, lo mejor es invertir en productos seguros tales como los CDT, los fondos de inversión, las acciones, la finca raíz y bonos, entre otros.
Sin embargo, el experto advierte que se debe tener en cuenta que dentro de las diferentes opciones de inversión existe un riesgo para el inversionista, pues hay unas más seguras que otras. Cuanta más rentabilidad se busque, mayores riesgos habrá que asumir. “Efectivamente a través de una inversión, y a diferencia de un ahorro, se puede ganar bastante pero también existe la posibilidad de perder el dinero invertido” aclara Chavarro.
El Tiempo
” Fuentes www.eltiempo.com ”