NH se queda por ahora sola a la hora de pasar de los ERTE a los ERE. La cadena controlada por la tailandesa Minor anunció el pasado viernes el inicio de las negociaciones para hacer un despido colectivo en sus servicios centrales, donde 639 personas estaban en ERTE por causas productivas desde el pasado mes de julio. Meliá, Barceló y RIU (Iberostar declinó ofrecer información) van a seguir apostando por prolongar los ERTE de fuerza mayor y han incluido a una parte importante de su fuerza laboral en este mecanismo a la espera de que la demanda se reactive con la llegada de la temporada alta y la aceleración del proceso de vacunación. Según los últimos datos del Ministerio de Trabajo y Economía Social, enero se cerró con 440.000 empleos suspendidos en el turismo, un 59,6% del whole. De ellos, 113.000 correspondieron a los hoteles, un 25% del whole, tan solo por detrás de bares y restaurantes, con 244.000 trabajadores en ERTE.
Entre las grandes destaca Meliá. De los 8.000 trabajadores en España, tiene más de 5.000 con el empleo suspendido hasta el 31 de mayo, el límite fijado en la nueva prórroga aprobada por el Gobierno. “Creemos que las empresas que estamos más enfocadas en los segmentos de ocio o que combinan ocio y negocio en la playa tenemos una ventaja competitiva frente al urbano”, recalcan desde la hotelera dirigida por Gabriel Escarrer.
En su opinión, la recuperación de los flujos turísticos y del empleo no será rápida, si no progresiva, por lo que auguran que los niveles de actividad e ingresos previos a la disaster “no se recuperarán al menos hasta 2023 o 2024”. Muy lejos de las perspectivas más optimistas de algunos empresarios, incluido Gabriel Escarrer, el consejero delegado de Meliá, que cruzaban los dedos para que la recuperación pudiera ya iniciarse con velocidad de crucero en Semana Santa o verano.
En la misma situación que Meliá se encuentra Riu, con el 56% de la plantilla de España con el empleo suspendido (2.049 trabajadores). Las cuarentenas y los cierres de los grandes mercados internacionales, como Reino Unido o Alemania, unidos a las restricciones de movimiento entre comunidades autónomas (lo que impide el movimiento de los grandes emisores como Madrid o Cataluña) han llevado a la hotelera balear a una actitud conservadora. “En el año de la pandemia hemos aprendido a abrir y cerrar hoteles en cuestión de días cuando antes la operativa podía llevar semanas”, recalcan fuentes de Riu, que remarcan que no sacarán de los ERTE a los trabajadores hasta que no haya una perspectiva duradera de negocio. “Por ahora, la ocupación en algunos hoteles se está logrando con turismo nacional que teletrabaja de lunes a viernes o con colectivos inesperados”. En este último caso destacan el caso del lodge que tiene en Zanzíbar, que ha tenido que colgar el cartel de completo gracias a la llegada masiva de rusos y kazajos.
Barceló tampoco es ajena a la ausencia de turistas desde marzo de 2020. “Barceló solo tiene abiertos la mitad de sus hoteles en la actualidad, lo que ha hecho que tuviéramos que extender el ERTE para gran parte de la plantilla hasta el 31 de mayo, con lo que no habrá reactivación del empleo hasta esa fecha”. Una de las últimas decepciones fue el cierre de la gran mayoría de la planta hotelera en Canarias (17 hoteles entre Fuerteventura, Lanzarote, Gran Canaria y Tenerife) ante el cierre sobrevenido de los grandes mercados emisores, como Reino Unido o Alemania, y la mala situación sanitaria en el archipiélago
El turismo absorbe el 60% del ajuste
Estadística. Los datos oficiales del Ministerio de Trabajo reflejan que a 31 de enero había 739.000 empleos suspendidos con un ERTE en España, de los que 440.000 (un 59,6%) correspondieron al turismo.
Específico. El instrumento más utilizado fue el ERTE por sector específico, con 182.561 suspensiones. Este mecanismo reconocía al turismo como uno de los más afectados por el coronavirus.
” Fuentes cincodias.elpais.com ”