El camino hacia la conducción autónoma ha avanzado en los últimos años de forma que sistemas que hace no mucho tiempo se podían calificar como de ciencia ficción están ya presentes, de serie o como additional, en gran cantidad de modelos del mercado. Y no se trata solo de facilitar las labores de conducción para que el vehículo nos lleve de un sitio a otro mientras que el conductor se dedica a otro tipo de tareas, como trabar o ver una película durante el trayecto. Se trata también de mejorar en materia de seguridad.
Todos los vehículos que se vendan a partir del año 2022 en la Unión Europea deberán ir equipados de serie con dispositivos como un asistente inteligente de velocidad, una caja negra, una señal de frenado de emergencia o un detector de marcha atrás. Son los denominados Sistemas Avanzados de Ayuda a la Conducción o ADAS (siglas en inglés, Superior Driver Help Methods).
Tecnología ya existente que cada vez utilizan más vehículos y que no ha dejado de evolucionar, mejorando su funcionamiento. Los sistemas ADAS más comunes son el Management de Crucero Adaptativo, Asistencia de Mantenimiento de Carril, Limitador de Velocidad Adaptativo, Aviso de Ángulo Muerto, Aviso de Colisión Frontal, Aviso de salida o Cambio Involuntario de Carril, Aviso de tráfico trasero cruzado y la Frenada de emergencia automática; pero hay muchos otros.
Asistentes de velocidad, cajas negras… la tecnología que será obligatoria para acabar con la siniestralidad vial
Unos sistemas que, según un estudio llevado a cabo por el Parlamento Europeo, permitirán evitar hasta 25.000 muertes y más de 140.000 heridos graves en Europa en los próximos 18 años. Y que forma parte del programa «Imaginative and prescient Cero» con el que se espera reducir en 2050 a cero las muertes ocurridas por accidente dentro de la Unión Europea. El año 2022 será la primera etapa, para luego seguir incorporando otros sistemas de serie en los años posteriores. La DGT ha estimado que, si todos los automóviles equiparasen estas ayudas a la conducción, se evitarían o reducirían las consecuencias de un 57% de los accidentes en España.
El Consejo Europeo de Seguridad en el Transporte (ETSC) pone el foco en la velocidad como una de las principales causas de accidentes y sus consecuencias. Por eso propone controlarla para que se cumplan los límites vigentes a través de la tecnología. Más exactamente mediante el Asistente de Velocidad Inteligente (ISA). El ISA es un sistema que conecta el Management de Crucero Adaptativo (ACC) con el sistema de Reconocimiento de Señales por medio de un software program, controlando su posición en la vía en relación con el límite de velocidad que rige en cada tramo. Una tecnología para ayudar a los conductores a respetar siempre esos límites, transmitiendo la información al conductor e interactuando con el vehículo. Pues no solo avisa, sino que limita automáticamente la velocidad del vehículo.
Otro de los dispositivos que contempla la Union Europea es la cámara trasera con detector de objetos y personas, que ayuda a maniobrar marcha atrás reduciendo riesgos de atropello. Las más completas asisten al aparcar mediante líneas auxiliares de guía que marcan la trayectoria, orientando sobre la dirección adecuada en sintonía con los puntos de giro del volante. Se activa cuanto el conductor inserta la marcha atrás o conectando el sistema al pulsar un botón en el inside.
Los sistemas ADAS disponen de «ojos» (cámaras, radar, ultrasonidos y lidar, principalmente) que recogen información en función de sus capacidades técnicas. Por ejemplo, las cámaras reconocen colores y tienen un amplio rango de 50 a 500 metros, y de hasta 180º; y reconocen personas, animales y objetos a través de algoritmos de su software program e inteligencia synthetic. El radar, sin embargo, localiza objetos estáticos y en movimiento en los alrededores del vehículo, y determina su velocidad relativa, distancia y posición.
Toda la información recogida se envía a la unidad de mando del sistema, que fusiona todos esos datos y genera un reconocimiento fiable del entorno del vehículo: la vía, otros vehículos, peatones, animales, señalización…. Esa información se contrasta con los datos del movimiento del propio vehículo (velocidad, situación, aceleración, frenada, giro…) y con las acciones del conductor, para detectar situaciones de riesgo y actuar en consecuencia, ya sea alertando o tomando el management del coche.
” Fuentes www.elcorreo.com ”