“Llegué a la dirección como se llega a casi todas las cosas buenas de la vida: andando, medio sin pensarlo, entrando en mundos y lugares que me hacían sentir bien”, cuenta Lara Arellano, directora que actualmente forma parte del roster de Argentinacine. “Llegué a la carrera porque amaba contar historias y amaba las imágenes. En Diseño de Imagen y Sonido de la UBA encontré el espacio y el recorrido académico para poder empezar a darle forma a una profesión que reuniera esos intereses y esa vocación”, agrega.
Los inicios de su carrera estuvieron ligados a la música y a los videoclips. Realizó sus primeros trabajos cuando aún estudiaba. Corría el año 2000. Fue presentadora de videoclips en el canal de música MuchMusic, donde hacía entrevistas, presentaba exhibits y hablaba de música. “Era el momento de oro del videclip y yo estaba rodeada de ese mundo tan creativo ligado a la música y a las imágenes ―recuerda Arellano―. Todo ese clima me llevó a filmar videos para bandas. De manera muy emprendedora, empecé a producir mis propios videoclips y todo eso fue creciendo. Era una locura porque yo hacía todo, desde firmar el contrato con la discográfica, hablar con los músicos, escribir los guiones, hacer el casting, producir el rodaje, filmar y terminar el online y el master. Era guionista, directora, productora, posproductora, hacía literalmente todo”.
Pero entonces llegó el momento de producir dentro de estructuras más grandes, que le permitieran dedicarse sólo a dirigir y focalizar allí toda su energía.
―¿Cómo llegaste a la publicidad?
―Cuando period chica, ver televisión period ver publicidad. En las tandas, entre programa y programa, encontraba algo que me parecía mucho más atractivo que el contenido de televisión mismo. Me acuerdo de que decían “vamos a la pausa” y eso period para mí la mejor parte. Ahí, en esas pausas, encontraba historias cortas, llenas de magia, de humor, de creatividad. Historias que te hacían reír, llorar y que estaban súper bien hechas, bien contadas. Supongo que algo de eso quedó impregnado y que condicionó en buena parte las decisiones que me llevaron a elegir esta carrera. Llegué a la publicidad de la mano de los videoclips. Yo estaba filmando mucho y necesitaba una estructura más solida para producir los movies. En ese momento entré a una productora de publicidad y arreglé una primera representación como directora. Todo fue muy rápido, porque en el transcurso de algunos meses pasé de dirigir movies a dirigir publicidad.
―¿Cómo fue iniciarte en publicidad como directora mujer? Imagino que no había muchas por entonces…
―Cuando empecé a filmar prácticamente no había directoras de publicidad. Period un momento en que encontrar mujeres dirigiendo en el mercado native period algo raro y poco frecuente. Es bastante paradójico, porque por un lado interiormente nunca sentí que mi género podría condicionar en algo a mi carrera, pero por otro, me daba cuenta de que estaba haciendo algo bastante fuera de la norma, fuera de lo común. Quizás tuve mucha suerte de encontrarme con personas que no tuviesen prejuicios de género, pero las oportunidades me llegaron. En 2005 filmé mi primer comercial. Period una película para autos, para Peugeot, y la filmé yo sola, sin codirección. Y digo que es paradójico porque mentiría si pensase que esas diferencias de género no existen. Claro que existen, claro que no es lo mismo ser varón o mujer en esta industria, y quizás las cosas hubiesen sido mucho más fáciles si hubiera sido varón, pero bueno, es tan contrafáctico que sinceramente ni lo pienso.
―¿Sentís que tuviste alguna traba por eso?
―Recuerdo cuando empecé a dirigir publicidad un director hombre me dijo: “Estás loca, te vas a morir de hambre, te va a costar mucho, no hay directoras mujeres”. Yo pensé: “Si no hay, hay que lograr que haya”. Los lugares se hacen, y si no hay espacio, ese espacio se conquista. Algunas mujeres conquistamos ese lugar. Hoy viendo todo el recorrido, todo lo que hice, todo lo que filmé, puedo decir que junto con otras mujeres hicimos ese lugar, y eso es algo que me enorgullece mucho.
―¿Notás cambios entre tus inicios y ahora?
―Creo que desde que empecé a filmar, 16 años atrás, las cosas fueron cambiando mucho. Hoy hay muchas mas mujeres dirigiendo publicidad. Lo que queda pendiente es que los grandes lugares puedan ser también pisados por grandes mujeres. A veces pienso ¿cuantos premios a mejor dirección ganaron en los festivales del mundo mujeres? Te aseguro que muy pocos. “El mejor” sigue siendo un lugar casi exclusivamente masculino. Bueno, quizás eso es lo que nos queda conquistar en los próximos años. Me encantaría ver más mujeres en esos grandes lugares, mujeres de trayectoria, mujeres con una gran carrera.
―¿Cómo te definirías en este momento como directora?
―Mi perfil es trabajar en historias de humor, pero no cualquier tipo de humor, sino la ironía. Gran parte de mi trabajo consiste en encontrar los puntos fuertes desde donde construir dobles sentidos. Me interesa mucho ese humor inteligente que trabaja sobre la vida actual, las catástrofes cotidianas, las fricciones en nuestros vínculos más básicos. Creo que reírnos de eso es algo maravilloso, liberador, casi un servicio social. No creo en la publicidad que promete magia, que construye imágenes ideales y sonrientes. La thought de la belleza y la perfección ligada a la publicidad es un paradigma caduco y vacío. Ya nadie cree la mentira de la perfección.
―La ironía como respuesta a la “mentira de la perfección”…
―Tener una mirada irónica de la vida es algo que me acompañó siempre y hoy me siento feliz de poder trabajar con esa especie de ego de antiheroína que tengo. Me río de lo que no sale bien, me río mucho de mí misma y soy muy wise a ese tipo de humor. Encontrar a los personajes para que las historias entren en un cuerpo, para que los actores les pongan voz, encontrar las maneras de narrarlas, hacerlas crecer y plasmarlas. Los proyectos que más disfruto son los que caminan en ese sentido, en que es posible trabajar como equipo en esta dirección, enque hay suficiente espacio para probar, improvisar, experimentar. Disfruto trabajando con buenos actores, que traen en su ADN esa chispa para la ironía, para hacer reír al otro, pero no desde el chiste fácil, sino desde algo genuino, bien inside. Esa risa que sale desde el centro de tu ser, porque te ves algo que te refleja. Ves tu propia caída, tu imperfección, la catástrofe de la vida cotidiana. ¿Y qué vas a hacer con eso? ¿Llorar? No, te vas a reír para exorcizar todo eso que te cube que tenés que ser perfecto. Es realmente liberador.
―¿Sentís que a lo largo de tu carrera fuiste poniéndote metas o más bien dejás que fluya?
―Sí, me fui poniendo metas que eran como grandes orientaciones de dónde quería estar y qué quería hacer, pero también, junto con esas metas, fui dejando que las cosas pasaran, a veces con más fricciones y a veces con mucha más fluidez. Las mejores cosas de mi carrera llegaron con ese estado intermedio entre la regulación y la improvisación, algo así como elegir bien el camino y después dejarse llevar.
―Cuándo miras un comercial tuyo de hace diez o quince años, ¿qué sentís?
―Dirigir es una profesión de riesgo, en el sentido de que siempre estás empezando de cero. No importa lo que hayas hecho, no importa los años de experiencia, siempre estás como empezando. En ese estar como empezando encontrarte con tu trabajo de hace quince años es algo raro. En algún lugar podés darle dimensión al peso de la experiencia, de cada uno de los desafíos que fuiste viviendo y de la carrera que fuiste armando; pero, por otro lado, es extraño que te construyas como director o directora desde esa mirada retrospectiva. Esta carrera te hace mirar siempre para adelante, inventándote una y otra vez. A veces es agotador; a veces, encantador; esta profesión es una práctica casi zen de ser sólo en el presente. Esto no quiere decir que la trayectoria o la experiencia no exista, pero el peso no está puesto solamente ahí. No conozco ningún director que un día haya dicho listo, llegué, ya estoy hecho, y no haya muerto en ese mismo instante. Todos estamos siempre naciendo de nuevo; quizás naciendo con alguna memoria, pero naciendo al fin.
―Hace unos años, justo antes de la pandemia, mencionabas en una entrevista que los directores suelen ser “migrantes crónicos” por el gusto de viajar a filmar. ¿Cómo viviste la pandemia desde el punto de vista profesional? ¿Cómo fue el proceso de adaptación en las filmaciones?
―La pandemia fue muy difícil en ese sentido, ya que obviamente viajar se convirtió en algo bastante complicado. Cada país con su norma, su cuarentena, sus restricciones. Pero la pandemia me metió en otro tipo de viajes. Si no se podía viajar hacia afuera, el viaje tendría que ser hacia adentro. Recorrer distancias internas es por cierto un muy lindo viaje. De un día para el otro todos nos encontramos haciendo cosas de manera que jamás habríamos imaginado posible. Pasar determinados desafíos al estilo de The 5 obstructions, de Lars von Trier. ¿Cómo filmar una película sin filmar una sola imagen? ¿Cómo dirigir a un actor por zoom? ¿Cómo marcar a un camarógrafo clandestino por Whatsapp? Algo que hice en la cuarentena estricta, y que fue una experiencia de la que aprendí mucho, fue contar una historia sin una sola imagen filmada, todo archivo. No period una película de viñetas, period la historia de alguien a lo largo de su vida, por lo cual period un gran desafío. El guión se iba adaptando a las escenas que encontrábamos, haciendo coincidir una cosa con la otra. Si uno puede pensar el proceso de rodaje de una película como la pintura, en la que vas haciendo aparecer las escenas, este proceso fue como esculpir una piedra gruesa enorme. Hicimos aparecer la historia de todo un materials bruto. Realmente fue muy lindo de hacer.
―Contá un poco sobre “Mientras paseo en cisne”.
―Es un corto que filmé hace ya muchos años. En él quería contar una historia en la que, principalmente, lo que pasara estuviese fuera de cuadro. Es un corto de casi una toma única y todo lo que pasa, no pasa en esa toma. Fue un lindo trabajo con el que gané el premio a mejor cortometraje del BAFICI.
―¿Qué stability hacés de tu recorrido profesional? ¿Qué siguiente paso te gustaría dar?
―Estoy contenta con mi recorrido en todo este viaje que hice hasta acá. Estoy muy contenta de estar en una productora como Argentinacine, en la que me siento cómoda trabajando, donde encuentro no sólo compañeros, sino también grandes amigos, y principalmente, encuentro un espacio rico en un montón de intereses que tengo. Argentinacine es una productora con un sello, con una marca, y yo me siento muy cómoda en ese clima. De cara al futuro, mi visión es profundizar en lo que hago. Me siento muy cómoda con este estilo de películas, en las que el humor, la dirección de actores y la narrativa son tan importantes. El paso que me gustaría dar es afianzar eso como un sello propio, que mi trabajo esté fuertemente afianzado en este tipo de proyectos.
―¿En qué proyectos estás trabajando actualmente?
―Estoy trabajando principalmente para el mercado native en Argentinacine. Todavía cuesta un poco agilizar la dinámica con otros mercados por todas las restricciones que todavía estamos atravesando. Por otro lado, estoy investigando y aprendiendo mucho acerca de narrativas transmediáticas. Estoy haciendo algunos cursos sobre narrativas inmersivas e interactivas. Creo que en muy poco tiempo esta va a ser la única forma en que accedamos a historias, por lo que estoy entrenando mi cabeza para dejar de pensar en un sentido lineal de atrás para adelante, para empezar a pensar en crimson, es decir de un punto en todas las direcciones. Si bien las agencias tienen bastante experiencia en trabajar contenidos para redes en un sentido transmediático, creo que todavía no vimos muchos proyectos que acaparen todo el potencial de este tipo de narrativas. Me interesa mucho investigar en ese sentido. ¿Cómo dirigir una historia multiplataforma? Qué linda pregunta.
REEL DE LARA ARELLANO
” Fuentes www.adlatina.com ”