Los cruceros vuelven navegar viento en popa a toda vela tras dos años en los que tuvieron que hacer frente a la tormenta que supuso la pandemia. “Fue uno de los primeros sectores en parar y uno de los últimos en regresar por las restricciones que se ponían en los países”, explica Juan Rodero, director normal de Starclass, empresa que comercializa en España cruceros de lujo de 14 navieras. Con casi todos los grandes puertos del mundo abiertos, salvo Hong Kong, el 2023 se presenta, según Rodero, como un buen año para los cruceros de lujo.
Y como prueba de ello aporta el dato de que ya se han vendido en España un 50% más de este tipo de travesías que en 2019. Además, señala como un buen síntoma que de los 86 barcos que tienen prevista su construcción desde ahora hasta 2027, 44 serán de lujo. Y cita la entrada en el sector de nuevas empresas, por ejemplo The Ritz-Carlton, como una forma de atraer a nuevos clientes.
De cara a 2023 hay dos principales tendencias, explica Rodero, “destinos más lejanos y una duración mayor del viaje”. Entre los lugares con una creciente demanda se encuentran Alaska, Sudamérica, Australia y Nueva Zelanda, Medio Oriente, Japón y Asia. Y para qué elegir si se puede ver todo. No en vano, la joya de la corona de los cruceros de lujo sigue siendo la vuelta al mundo, con una duración de entre 155 y 169 noches, para la que ya hay reservas españolas hechas de cara a 2015.
Otra manera de ampliar horizontes son las expediciones, en barcos construidos para poder llegar a los lugares más remotos de la Tierra, como el Ártico o el Antártico, pero sin dejar de lado todas las comodidades y exclusividad. De hecho, de los 44 barcos de lujo que se van a construir hasta 2017, 12 serán de expedición. Embarcaciones que permiten a sus huéspedes sobrevolar en helicóptero el paisaje o usar un submarino para adentrarse en las profundidades del océano.
Pero no solo hay cruceros de lujo en alta mar, también los hay fluviales. Como la propuesta de AmaWatervays de surcar durante 49 días siete grandes ríos de Europa llegando a 15 países en lo que será el crucero fluvial más largo del mundo, y que tendrá solo 4 salidas entre 2023 y 2024.
Este tipo de viaje, cuyos camarotes más baratos parten de entre 500 y 700 euros la noche, supone solo 1% de los viajes en crucero que se compran en España. Un número de clientes no demasiado elevado, pero sí muy fiel, ya que para el próximo año, además de las ventas, se han disparado también los cruceristas que repiten. El perfil es, obviamente, una persona de alto poder adquisitivo, que no se deja llevar por el precio a la hora de elegir, sino por el destino, así como las experiencias, facilidades y exclusividad que ofrecen cada uno de estos barcos. Unas embarcaciones en las que suele haber, de media, un tripulante por cada huésped, lo que facilita un trato personalizado. “El servicio es el verdadero lujo. Da igual si el barco es impresionante y el más caro a la hora de construirlo. No se puede fallar en eso”, asegura Maco Gil, responsable de ventas de la compañía.
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