El pasado fin de semana, y después de casi dos años de pandemia, se llevó a cabo uno de los festivales más importantes de la Ciudad de México; el Corona Capital.
Esta edición se llevó varias cancelaciones de artistas y bandas, entre los que destacó, a útlima hora, el aclamado dúo britanico de electrónica; Disclosure. debido a que Man Lawrence enfermó, severamente, de infección estomacal, dejando a sus followers con muchas dudas sobre lo que comió durante su visita.
Rápidamente, y por la foto que compartió el integrante a su Twitter, donde se le veía recostado con un respirador, los medios de comunicación comenzaron a especular que se enfermó debido a que una noche antes había comido en uno de los mejores restaurantes de México; Pujol.
Seguramente su infección no fue exactamente a lo que comió en dicho restaurante, sino a todo lo que probó previo a su llegada a la ciudad. Sabemos que cuando se es extranjero en cualquier parte, y no estás acostumbrado a la gastronomía native, a las garnachas, especias, comida picante y grasosa, puede que la venganza de Moctezuma haga de las suyas.
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Foto: Sesión England Out (Man Lawrence lado derecho, Howard Lawrence lado izquierdo)
La venganza alimentaria
Todos amamos viajar, conocer nuevos lugares y, sobre todo, probar toda la comida que encontremos a nuestro paso, pero no siempre resulta en una buena experiencia, pues es muy común sentirnos mal o, en el peor caso, contraer alguna micro organism o enfermedad.
“La venganza de Moctezuma” es una expresión standard entre extranjeros y citadinos que se ha estudiado para encontrar el por qué a algunas personas les da o padecen, mientras que a otras no.
Se cube cuando nos enteramos de algún turista al que le dio una enfermedad estomacal o diarrea al visitar nuestra ciudad, inclusive la solemos utilizar coloquialmente para referirnos a alguien que tiene diarrea por comer en los puestos de la calle.
Hay cifras oficiales que contextualizan el padecimiento entre el 20% y el 50% de viajeros internacionales, unos 10 millones de personas, que sufren esta enfermedad al año al comer alimentos distintos a la de su dieta diaria o por consumir alguno en estado contaminado.
La enfermedad del viajero se puede presentar de 24 a 48 horas después de ingerir algún alimento grasoso, con mucha harina, picoso o cualquier que esté contaminado. La micro organism más común es la Escherichia coli y la Salmonelosis; aunque no son los únicos microorganismos que la provocan.
Foto: Seguridad Viajera
Síntomas y cura
El principal síntoma es la diarrea abrupta que puede empezar un día o dos después de consumir los alimentos infectados. Sin embargo, dependiendo de la micro organism o microorganismo alojado, la enfermedad puede ocurrir hasta varios días después de haber regresado a casa.
Otros de los síntomas que pueden presentarse son: dolor de cabeza, náuseas, fiebres altas o hipotermia, dolor belly, cansancio y debilidad. Por lo que se requiere un reposo y una alimentación balanceada, así como mucha hidratación.
La mayoría de veces la enfermedad se cura sin necesidad de recurrir a un hospital, solo con algunos medicamentos y consumir alimentos blandos o bebidas con electrolitos mientras el estómago se recupera. No obstante, sí después de cuatro días la diarrea continua y con presencia de sangre, es necesario recurrir a un médico.
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Por suerte el británico se lo tomó con humor y mencionó que se estaba recuperando, y que el ‘mole’ que consumió no fue el causante de dicha infección, sino una bebida o algo externo. Asimismo, sus fanáticos le enviaron tweets dándole los famosos “remedios caseros de la abuelita” para que se recuperará y regresará pronto a la ciudad.
Sabemos que comer otras cosas ajenas a nuestra dieta es lo mejor de nuestro viaje, pero es necesario tener cuidado y saber qué comer, así como buscar las mejores medidas sanitarias para evitar un mal rato y terminar en un hospital.
Siempre se recomienda consumir bebidas embotelladas, visitar restaurantes dónde se vea la preparación de los alimentos u observar la higiene, así como evitar comer cosas muy grasosas o condimentadas sí no se sabe que tan resistente puede ser nuestro estómago.
Foto: anastase-maragos / Unsplash
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