Se impone el principio de máxima cautela. Y con él desaparece cualquier mínima posibilidad de que se flexibilice la movilidad en la UE. Así que no habrá Semana Santa. Los líderes europeos, que hoy vuelven a reunirse por videoconferencia, lo dejan claro en el borrador de la declaración que formalizarán esta tarde con apenas dos fases lapidarias. La primera: «Debemos mantener estrictas restricciones al tiempo que intensificamos los esfuerzos para acelerar el suministro de vacunas». Y la segunda: «Por el momento es necesario restringir los viajes no esenciales». Ya no desaconsejan, disuaden o desalientan; restringen.
La situación epidemiológica «sigue siendo grave» y las nuevas mutaciones del coronavirus plantean «desafíos adicionales». Esas son las razones de peso para que se mantenga la precaución. Y todo en un contexto de vacunación lenta. Porque en la UE solo un 4% de la población habría recibido al menos una dosis de los tres sueros autorizados (Pfizer, Moderna y AstraZeneca) frente al 26% en Reino Unido, el 14% en Estados Unidos o el astronómico 52% superado ya en Israel.
A ello se suma que la secuenciación de las nuevas variantes del genoma (británica, sudafricana y brasileña) en los PCR positivos, apenas alcanza de media el 1% -la Comisión Europea recomendaba hace menos de diez días llegar al 5% y ponía encima de la mesa 75 millones de euros para multiplicar el número de pruebas-.
Son los datos objetivos. Que se incorporan a una situación intrafronteriza algo caótica en la que al menos una decena de países (Alemania, Bélgica, Austria, Hungría, Finlandia o la propia España con Portugal, por citar solo a un puñado de ellos) siguen atrincherados para intentar lidiar con la alta transmisibilidad de las mutaciones. Eso sin contar con que tras meses de negociaciones tampoco se ha logrado llevar a la práctica que un take a look at PCR realizado en cualquier país de la UE, libre de cuarentenas en destinos que las imponen (tampoco en eso se ha logrado unanimidad).
Pasaporte de vacunación
Así que los viajes no esenciales seguirán vetados durante varias semanas más. Lo que no significa que el debate sobre los certificados de vacunación (pensando ya en el periodo estival) no vaya a estar de nuevo en el Consejo Europeo digital de hoy. Su presidente, Charles Michel, aboga «por continuar nuestro trabajo para definir un enfoque común» sobre un asunto clave para países en los que el turismo es un sector económico clave. España es uno de los que más está apostando por la fórmula. «Cada vez son más los que la apoyan. Queremos una base técnica y materials que permita abordar medidas para facilitar la movilidad con criterios comunes. Soy optimista al respecto», aseguraba una fuente diplomática.
Aunque la fórmula pueda llegar a prosperar por el valor que tendría para incentivar la movilidad y en consecuencia toda la industria turística se asume que «en este momento aún es demasiado pronto».
La clave es imprimir mayor velocidad a la vacunación. Y aunque ahí están todos de acuerdo, España, Bélgica, Dinamarca, Polonia y Lituania pidieron ayer por carta a Michel una discusión seria en el Consejo para garantizar que la UE puede inyectar fondos suficientes para reforzar la producción de vacunas en plantas ubicadas en la UE para acabar con los problemas de suministro. «No podemos perder esta batalla», advierten.
” Fuentes www.elcorreo.com ”