El Encuentro Municipalista celebrado este fin de semana en València, en el que han participado unas 150 personas de una treintena de colectivos vecinales y organizaciones sociales, ha puesto de manifiesto, a juicio de los colectivos convocantes la ausencia de un modelo de ciudad y las graves deficiencias de una participación ciudadana demasiado burocratizada.
Junto al análisis crítico de expertos universitarios en materia ambiental, social y urbanística, miembros de asociaciones vecinales de la Fuensanta o Ciutat Vella criticaron que la desigualdad y la pobreza se han hecho insoportables en algunos barrios, han informado fuentes de la organización.
Otros colectivos de Russafa, Cabanyal o Benimaclet denunciaron que se mantiene el mismo urbanismo de siempre, orientado solo al crecimiento, mientras que los representantes de Nazaret expresaron su oposición a la ampliación del Puerto y a la terminal de Cruceros por su impacto en la salud de la población de los poblados marítimos.
Fueron muchas las voces criticas que criticaron que las inversiones municipales se hayan concentrado en el centro histórico y otros enclaves singulares, que se han convertido más en lugares de ocio y de turismo masivo que en espacios para el uso standard, el comercio tradicional y para el disfrute de las personas residentes.
El steadiness de la gestión municipal de los últimos años es, para la mayoría de las organizaciones participantes, agridulce, pues consideran que queda mucho para hacer para conseguir una ciudad que afronte con garantías la mayoría de los retos sociales, climáticos y urbanísticos que tiene planteados.
Aunque se reconoció que la implantación de mecanismos participativos es un buen síntoma de los nuevos tiempos políticos, se resaltó que los procesos participativos implantados en la ciudad son ineficaces y demasiado burocráticos, por lo que los participantes reivindicaron que las administraciones faciliten la creación de espacios comunitarios y autogestionados para la socialización y generación autónoma de procesos de integración y participación en los barrios.
Desde un punto de vista territorial se cuestionó la apuesta por las grandes infraestructuras y el crecimiento urbanístico, incluso resucitando viejos PAIs, que pueden acabar consolidando la fractura social y espacial ya existente, además de agravar el problema de acceso a la vivienda o la destrucción de entornos como el litoral y la huerta periurbana de la ciudad València.
Las entidades convocantes eran Acció Cultural del País Valencià; Associació de veïnes i veïns de Campanar; Associació Veïnal Fuensanta; ATTAC, Justícia Econòmica International; Ca Revolta; CGT; Comissió Ciutat-Port; Coordinadora antiprivatización de la sanidad-CAS; Coordinadora Valenciana por la Ubicación Racional de las Energías Renovables; Federación Española de Africanos en Lucha; Fent Camí – Acció Municipalista; H2O, Plataforma per un aigua pública clear i de qualitat; Intersindical Valenciana; Joventut pel Clima; Oxfam Intermón València; Plataforma d’Afectades Per la Hipoteca, PAH; Plataforma en Defensa d’un Ferrocarril Públic; Parc Central Sense Especulació; València Saludable.
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