
La navideña representa una de las épocas más emocionantes del año y Guanajuato tiene múltiples actividades, paisajes y propuestas culturales, donde cada visitante puede disfrutar de su estilo de viaje ideal: desde aventuras en la naturaleza, gastronomía local y festivales, hasta recorridos históricos y experiencias de bienestar.
Guanajuato se posiciona como uno de los destinos más atractivos del país para vivir las celebraciones de fin de año. Esta temporada, disfruta de sus seis Pueblos Mágicos: Dolores Hidalgo, Salvatierra, Yuriria, Jalpa de Cánovas, Mineral de Pozos y Comonfort.

Dolores Hidalgo: cuna de historia, música y sabor
Fue el primer Pueblo Mágico del estado y es un destino profundamente ligado a la historia nacional. Durante diciembre, se transforma en un escenario festivo con música tradicional, cantinas emblemáticas y recorridos nocturnos por su Centro Histórico. Los visitantes pueden disfrutar la riqueza de su cocina tradicional y probar helados exóticos como mole, ceviche, chicharrón y el garambullo, fruto endémico de la región. El recorrido puede complementarse con visitas a talleres de talavera y cerámica mayólica, así como con catas de vino en los viñedos ubicados en los alrededores del municipio.

Salvatierra: tradiciones vivas y arquitectura monumental
Salvatierra mantiene vivas sus tradiciones decembrinas con pastorelas, desfiles, espectáculos comunitarios y recorridos por sus puentes y conventos históricos. Su oferta gastronómica es una de las más destacadas de la región, se recomienda degustar las tradicionales largas y el mole de guayaba, dos especialidades emblemáticas de la región. A pocos minutos del centro de la ciudad, Rancho El Mezquite ofrece una grata experiencia en contacto con la naturaleza, puedes convivir con caballos dóciles y realizar agradables paseos.

Jalpa de Cánovas: el encanto navideño entre haciendas y nogaleras
Un pequeño y encantador Pueblo Mágico considerado como uno de los paisajes rurales más bellos del estado, Jalpa ofrece posadas comunitarias, recorridos guiados por su ex-hacienda y degustaciones de productos regionales como nuez, membrillo y tequila artesanal. Parte de su gastronomía es el delicioso mole de nuez, el caldo de zorra y las enchiladas con cecina. Un lugar perfecto para escapadas románticas o familiares en un espacio tranquilo. Puedes pasear y ver la presa de Jalpa o visitar algunas de las haciendas que están alrededor de la ciudad.
Yuriria: espiritualidad, arquitectura y lagos para contemplar

Su imponente ex-convento agustino y el lago, el cual es perfecto para recorrer en lancha, crean escenarios excepcionales para la fotografía y la contemplación. Durante diciembre, el pueblo se ilumina y cobra vida con eventos artísticos, actividades invernales y un ambiente colonial acogedor, ideal para disfrutar en familia. Las artesanías de tule como cestería y tapetes, son distintivas de la región. El destino cuenta con dos áreas naturales protegidas: la Laguna y el Lago Cráter, espacios que invitan al contacto con la naturaleza. Un destino tranquilo y familiar, perfecto para descansar y vivir una agradable escapada invernal.

Mineral de Pozos: bienestar para iniciar el año renovados
Pozos ofrece temazcales, spas con hidromasaje de cerveza o vino, rutas de mezcal y recorridos por antiguas minas, además de íntimos conciertos en restaurantes o bares. En conjunto, conforman un ambiente ideal para quienes buscan tranquilidad y una verdadera desconexión. Otra interesante actividad, es la visita a los relajantes campos de lavanda, donde puedes conocer los productos derivados de esta planta y disfrutar de experiencias como cabalgatas y senderismo. Es el destino perfecto para iniciar el año con una energía renovada.

Comonfort: artesanía, sabor y tradición

Comonfort es el Pueblo Mágico más reciente del estado, en diciembre se ven mercados artesanales donde se encuentran piezas únicas, ideales para regalos navideños. Es reconocido nacionalmente por la elaboración de molcajetes. Su mayor tesoro culinario es la tortilla ceremonial, símbolo de gratitud por la cosecha y elemento central en los festejos patronales. Esta tortilla se estampa con sellos teñidos con muicle, una planta de tonos morados, que aporta el carácter ritual y ancestral a esta ofrenda tradicional.