La ola de reservas que se registró de abril hasta mediados de junio se frena. «Todo el mundo intenta ser prudente y ha bajado el ritmo»
Hablan de ‘efecto champán’. Después de dos años durísimos sin vender ni un billete de autobús y un invierno en el que nadie se aventuraba a reservar, las llamadas de teléfono y las visitas a las agencias de viaje explotaron desde abril hasta mediados de junio. Como la espuma al descorchar. «Hay muchas ganas de viajar, es como una liberación
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