Hicieron un llamado al gobierno para que implemente impuestos saludables y sean las industrias del alcohol, tabaco, productos ultraprocesados y bebidas azucaradas quienes asuman los costos.
Estas industrias dañan la salud de la población y generan altos costos económicos que toda la sociedad debe pagar: 2% del PIB por alcohol, 1.78% en el caso de la obesidad y el sobrepeso, y 0.57% en el caso del tabaco.
Según encuestas, los impuestos saludables cuentan con gran apoyo social especialmente si lo que se recauda se utiliza para fines sociales.
Ciudad de México a 12 de agosto de 2025. En conferencia representantes de organizaciones hicieron un llamado al gobierno encabezado por la presidenta Claudia Sheinbaum y los Secretarios de Salud y Hacienda para que implementen impuestos saludables y sean las industrias del alcohol, tabaco, productos ultraprocesados y bebidas azucaradas quienes asuman los costos ya que en la actualidad la población es quien paga las consecuencias con enfermedades, muertes, accidentes, violencia, cargas al sistema de salud, entre otros. Según encuestas, los impuestos saludables cuentan con gran apoyo social especialmente si lo que se recauda se utiliza para fines sociales, de esto y más se habló durante la conferencia de prensa “Sociedad Civil apoya los impuestos saludables”.
Ivan Benumea, coordinador del Programa de Justicia Fiscal de FUNDAR dijo “estas industrias dañan la salud de la población y generan altos costos económicos que toda la sociedad debe pagar: 2% del PIB por alcohol, 1.78% en el caso de la obesidad y el sobrepeso, y 0.57% en el caso del tabaco. Los impuestos saludables pueden contribuir a revertir estos daños, y las empresas deberían pagar más Impuesto Sobre la Renta—su tasa efectiva es de apenas 3.8%— y comenzar a divulgar su información fiscal y financiera. “
Judith Senyacen Méndez Méndez, directora adjunta de investigación en el Centro de Investigación Económica y Presupuestaria A.C. (CIEP) destacó que los impuestos saludables aplicados a alcohol y tabaco en México sí funcionan y que un incremento del 10% en el precio del tabaco podría reducir su consumo en alrededor de 4.25%. México, en tabaco, aún no alcanza el 75% de impuestos en el precio final y en alcohol, presenta de los menores impuestos en el mundo. Estos hallazgos, respaldados también por evidencia internacional, confirman que los impuestos saludables son una de las medidas más costo-efectivas para reducir el consumo y mejorar la salud pública, siempre que se combinen con campañas educativas y que los ingresos fiscales se destinen programas de prevención y
atención.
Erick Antonio Ochoa, director de Salud Justa Mx, declaró “hoy el reto para México se llama ‘aumentar los impuestos a los productos de tabaco’, la política más costo-efectiva para reducir el consumo. Desde 2010 nuestro país no los ha incrementado y aunque se indexaron con la inflación en 2019 las consecuencias económicas y sociales son cuantiosas: cada año el tabaquismo provoca más de 63 mil muertes al año y es responsable de más de 429 mil nuevos casos de enfermedades como diversos tipos de cáncer, enfermedades cardiovasculares, enfermedades respiratorias, diabetes, etc. Además, los costos sociales se estiman en 194,600 millones de pesos con una recaudación que apenas cubrió 46.9 millones de pesos en 2024. Esto es mientras las tabacaleras ganan, gobierno y sociedad pagan.”
Luis Alonso Robledo, Vocero de la Red de Acción sobre Alcohol (RASA), declaró que el consumo de alcohol en México afecta la salud de millones de personas y representa una pesada carga económica y social que todos terminamos pagando. Los costos directos e indirectos de los daños asociados al consumo de alcohol —incluyendo gastos en salud, pérdida de productividad, violencia, accidentes y otros— alcanzan el 2.0 del PIB, es decir aproximadamente unos 552 mil millones de pesos cada año. Sin embargo, los impuestos que la industria del alcohol aporta están muy por debajo de lo necesario para cubrir estos costos, y al final la sociedad paga más en atención médica, pensiones por discapacidad, reparación de daños y pérdida de vidas. Es decir, mientras la industria obtiene ganancias millonarias, las familias mexicanas y las finanzas públicas absorben las consecuencias. Por ello, no podemos, como sociedad, seguir subsidiando, las ganancias privadas de una industria que obtiene beneficios a costa del bienestar de todos: urge aumentar los impuestos al alcohol en México.
El director de El Poder del Consumidor Alejandro Calvillo comentó, “el consumo de bebidas azucaradas y comestibles

ultraprocesados en México es el mayor en América Latina y uno de los mayores en el mundo. Nuestro país ocupa el primer lugar en el mundo en nuevos casos de diabetes causados por el consumo de bebidas azucaradas y el tercer lugar en nuevos casos de enfermedades cardiovasculares a causa del consumo de estas bebidas. Un impuesto del 20% reduciría en casi un millón los casos de obesidad y recaudaría 104 mil millones de pesos suficiente para aumentar en 60% los recursos para IMSS bienestar”.