Rusia no solo está comprando drones (aviones no tripulados) a Irán para lanzar ataques contra objetivos militares y civiles en la guerra de Ucrania. También ha comenzado las gestiones para adquirir a su socio persa misiles balísticos. La razón no es que Moscú se esté quedando sin existencias de misiles Iskander dentro de sus propios arsenales, tal y como se asegura desde Ucrania. Expertos militares como Vijainder Ok. Thakur asegura que estos proyectiles son de peor calidad que los rusos, pero sin embargo resultan más apropiados para su lanzamiento en territorio ucraniano.
The Washington Publish ha revelado que Irán está preparándose para enviar misiles tácticos Fateh-110 y Zolfaghar de corto alcance a Rusia. Los dos misiles pueden atacar objetivos a 300 y 700 kilómetros, respectivamente. El Fateh-110 es un misil tierra-superficie que entró en servicio en 2002 y desde entonces ha sido lanzado en varios conflictos, incluida la guerra de Siria, donde Irán ha tenido un papel protagonista en defensa del gobierno de Bachar al Asad. Por su parte, el Zolfaghar es más peligroso ya que tiene un alcance mayor, lo que permitirá a Rusia lanzar ataques desde su propio territorio contra objetivos ucranianos.
Esta nueva estrategia tiene mucho que ver con el envío a Ucrania de sistemas NASAM (Sistema Nacional Avanzado de Misiles Superficie-Aire) por parte de Estados y del sistema antiáreo IRIS-5 de Alemania, dos armas que sin duda tendrán efectos en el curso de la guerra. Estos dos sistemas no tienen capacidad operativa contra los misiles balísticos iraníes, que carecen de la vectorización de empuje (TVC) y que se dirigen a la antigua, con aletas y conductos de cable, por lo que su trayectoria es predecible. Tampoco poseen capacidad de evasión de los misiles antibalísticos (ABM). Sin embargo, añade Thakur, los proyectiles iraníes han demostrado ser eficaces en otros conflictos en Oriente Medio en los que Teherán está involucrado.
Los misiles rusos Iskander –que vuelan a una velocidad hipersónica con un alcance de 500 kilómetros- están diseñados para impactar contra objetivos de muy alto valor defendidos por sistemas ABM. Por este motivo, Rusia estaría haciendo acopio para reservar decenas de unidades ante un hipotético conflicto directo con la OTAN en un futuro. Pero hay otro motivo. Las fuerzas armadas rusas son conscientes de que los avanzados sistema de defensa que EEUU ha enviado a Ucrania son capaces de neutralizar buena parte de los misiles rusos
Si finalmente Irán acaba suministrado misiles Fateh-110 y Zolfaghar se abrirá un nuevo escenario más propicio para una nueva escalada. La administración de Joe Biden recibe presiones de Ucrania y otros países para que envíe armas ofensivas al gobierno de Volodimir Zelenski, desde aviones de combate hasta baterías de misiles Patriot.
Rusia ha comprado desde este verano decenas de drones iraníes. Los modelos más usados en Ucrania están siendo los Shahed-191 y Shahed-129. El primero puede cargar 8 misiles Sadid-1 y tiene una velocidad de crucero de 300 km/h, una autonomía de 4,5 horas, un alcance de 450 km y una carga útil de 50 kg. Alcanza los 8.000 metros de altura. El modelo 129, por otra parte, incorpora 4 misiles de precisión contra tanques. Al contrario que otros países, Rusia va con cierto retraso en la industria de los drones con fines militares. Si bien tiene en proceso de desarrollo varios diseños avanzados, ninguno de ellos está aún en producción, como el Orion-E, el Helios-RLD, el Grom y el Molniya.
” Fuentes www.larazon.es ”