Se pueden tomar dos fotografías a diferentes horas, una en pleamar y otra en bajamar, y parecerá que se trata de dos playas diferentes y no de la misma. No es un truco de magia, sino que se trata de naturaleza, un fenómeno geológico conocido como tómbolo. Y no uno cualquiera, el de la playa de Covachos es uno de los más bellos y perfectos del mundo. De hecho, se suele usar en los libros como ejemplo del fenómeno. Así pues, con marea alta, el Cantábrico se muestra potente y muerde con bravura al islote de Castro, al que no se puede acceder. Sin embargo, con la marea baja ocurre lo contrario. Entonces el mar se retira y deja a la vista una estrecha línea de area suave que actúa como puente que une al islote con la costa. Todo ello convierte a esta playa próxima a Santander en uno de los paisajes más hermosos de la Costa Quebrada de Cantabria. Eso sí, mejor informarse del calendario de mareas. No sería la primera vez que alguien tiene que ser rescatado de la playa (o no playa).
” Fuentes viajes.nationalgeographic.com.es ”