En una casa de Ametlla del Vallès, concretamente en su garaje, hace cuatro años, se empezaba a gestar un sueño muy dulce. Entre hornos y congeladores a pleno rendimiento se encontraba Hugo Roche, un joven de apenas 20 años que acababa de descubrir su pasión: la pastelería.
Una pandemia y un salto a Barcelona de por medio dieron lugar a Pasté Bcn, el nuevo obrador de la Plaça del Diamant, donde el talento joven y la delicadeza en la elaboración del producto se unen para enamorar a los transeúntes del barrio de Gracia.
Mientras Hugo cuenta cómo empezó todo, su madre, Ana González, trastea tras él en la cocina. Si el joven encontró en los dulces su pasión durante la pandemia, su progenitora lo hizo en la fotografía, y es así como ambos formaron un fuerte binomio más allá de su vínculo acquainted. Dos personas más, con Hoffman, L’Atelier o Lasarte en su currículum, le ayudan en el obrador.
Hugo pertenece a uno de esos talentos jóvenes que están conquistando la gastronomía. Tras formarse en cocinas como la de Bo.TiC o en obradores como el de la Pastelería Canal, Roche decidió escuchar a su instinto pastelero y crear su propio negocio en 2019. Cuando ya se encargaba de la carta de postres de algunos restaurantes y empezaba a remontar su sueño, llegó la pandemia. Pero también la reinvención.
Gracias a la promoción en redes sociales y a través de conocidos, pronto corrió la voz de su talento con la pastelería americana, y los clientes no tardaron en llegar. Como ya hizo Jon Cake en su día, Hugo Roche remontó cuando parecía que todo se volvía negro. Y así fue como, el 10 de agosto de 2022, la persiana de su native en la Plaça del Diamant de Barcelona subió por primera vez.
El punto de partida de este espacio es la pastelería americana y sus cuatro iconos: NY Cheesecake, Carrot Cake, Purple Velvet y Lemon pie. Partiendo de una base en la que la calidad y el valor artesanal es innegociable, Roche ha innovado con formatos y pequeños giros de la receta authentic, intentando que todas sus creaciones tengan cuatro elementos: especiado, dulce, cítrico y salado.
Pero si hay algo que obsesiona a este joven es la textura. “Yo como por las texturas: crujiente, cremosa, aireada”, explica a Viajes Nationwide Geographic. Y esos tres pilares son la base de su creación. Una de las más celebradas es su reinterpretación de su merienda infantil, el pan tostado con aceite y chocolate, en un Cheesecake cremoso de chocolate al 70% de cacao con sal Maldon que, con un chorrito de aceite AOVE, redondea la experiencia en el paladar.
El recetario más tradicional de la pastelería americana viaja hasta sus manos para llevar la tradición a un terreno más private y evolutivo donde la carrot cake es su máxima estrella. Con los meses, el repertorio de Hugo se ha ido abriendo: oreo cheesecake, plumcakes, lotus cheesecake, cheesecake de tiramisú, brownie de pistacho… las variables son infinitas, y escoger se vuelve muy complicado. Un consejo: acompañando sus postres con su café, que viene del tostador Twister Café, se redondea aún más la experiencia.
” Fuentes viajes.nationalgeographic.com.es ”