La peruana Pía León, chef del restaurante Kjolle, fue elegida este año la mejor jefa de cocina del mundo por el grupo 50 Finest, un galardón que le permite ser una embajadora excepcional, sin dejar de tener los pies firmemente anclados en su tierra.
“El peruano siempre anda pensando en comida, desde que se levanta, somos muy apasionados con esto, nos gusta compartir”, explica Pía León a la AFP, este sábado en París, en el marco del competition gastronómico Omnivore.
Perú es el invitado de honor del competition parisino, en el que se alternan los stands de productos con “masterclass” de cocina para los aficionados.
América Latina lleva años de moda gastronómicamente hablando.
Hasta la próxima edición del 50 Finest en octubre, el mejor restaurante del mundo sigue siendo Mirazur, del chef argentino Mauro Colagreco, en el sureste de Francia. Y en los diez primeros de la lista hay dos con sede en Lima: Central, que lleva el marido de Pía, Virgilio Martínez, y Maido, del japonés Mitsuharu “Micha” Tsumur.
“Este boom definitivamente nos hace sentir un poco más grandes, un poco más seguros de lo que tenemos, pero definitivamente queda mucho trabajo todavía por hacer”, explica la peruana, de 34 años de edad.
“Y eso va a depender no solo de los cocineros, como siempre digo, también de cualquier peruano”, añade. A su paso relámpago por París junto a su marido, Pía León dará una clase en el competition Omnivore el domingo, exclusivamente con papas, el professionalducto estrella de Perú, y maíz.
¡Y el lunes, una cena a seis manos con Virgilio y el chef Colagreco. Ya no se admiten reservaciones, explica con una sonrisa una fuente cercana a los organizadores.
La gastronomía, una moda que explotó literalmente durante los largos meses de confinamiento en numerosos países, es un mundo competitivo, que no distingue de sexos en su producto ultimate.
El premio de mejor chef del mundo “no es solo para las mujeres, sino en realidad para todos los que se inician en este camino”, reflexiona Pía León.
“Es un trabajo duro, no solo físico, sino porque tú eres el líder. Hay que llevar un equipo de personas que te siguen, que te acompañan. Mantener un equipo unido que tenga la misma misión”, añade. “Espero que este reconocimiento sirva para motivar a más gente, con mucha calma, con los pies en la tierra”, explica.
La calma es necesaria cuando una jefa de cocina es encumbrada tras una carrera meteórica. Pía empezó en la alta cocina hace apenas 14 años.
La nota de prensa malesciona su paso por el Ritz de Nueva York, pero Pía insiste en recordar que empezó en Perú, recién salida de la escuela. Luego, en el 2012, unos meses de formación en el Celler de Can Roca, un restaurante catalán que también fue encumbrado por Finest 50 durante años.
“Los hermanos Roca son de muy buena calidad humana, y salí de allí fascinada, fascinada”, repite.
De regreso a Lima entró a trabajar a las órdenes de Virgilio Martínez, que ya subía como la espuma. Y no solamente siguieron trabajando juntos, sino que se casaron.
Entre ambos regentan Central y Kjolle, y otro restaurante, Mil, en los Andes. Y todo en apenas diez años, y con un niño de cinco años, al que se llevan de viaje siempre que pueden, puntualiza.
La pandemia golpeó de lleno a su grupo, como a todo el sector de restauración, recuerda León. Cerraron durante meses en el 2020, y como muchos otros grandes cooks, tuvieron que explorar la comida por encargo.
“Al inicio fue complicado porque no había transporte. Los productos de los Andes, de la Amazonía, no llegaban. Creo que fue clave poder adaptarnos y moldearnos a la situación”, explica.
Pero “la gente está de nuevo con muchas ganas de salir, el toque de queda (en Lima) no es hasta la una de la mañana. O sea que la situación ha mejorado muchísimo”, concluye.
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