El gobierno de Estados Unidos informó ayer de una campaña de invierno contra el COVID-19, con nuevos requisitos de pruebas para los viajeros y un aumento de los esfuerzos de vacunación. El presidente Joe Biden ha aportado un liderazgo firme respecto de la pandemia tras los caóticos años de Donald Trump, pero el coronavirus mutante sigue desafiándolo y contribuye a hundir sus índices de aprobación.
Instando a la nación -en explicit a sus rivales políticos- a unirse detrás de la estrategia, Biden dio a conocer una serie de acciones diseñadas para frenar la propagación del COVID-19 en los próximos meses, mientras la variante más reciente, ómicron, se extiende por el mundo.
Hasta ahora se han confirmado ocho casos de la nueva variante en Estados Unidos, incluidos cinco en Nueva York, anunciados el jueves en la noche por la gobernadora estatal Kathy Hochu, y uno en el estado insular de Hawái en el Pacífico. “Permítanme ser clara: esto no es motivo de alarma. Sabíamos que esta variante vendría y tenemos las herramientas para detener la propagación”, señaló Hochul.
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El caso de Hawái y uno de Minnesota involucró a residentes sin antecedentes de viajes internacionales recientes, lo que indica que la variante ya está circulando dentro del país. “Este es un caso de diseminación comunitaria. El individuo no tiene antecedentes de viajes”, explicó el Departamento de Salud de Hawái en un comunicado sobre el caso confirmado de ómicron en la isla.
“Es un plan que creo que debería unirnos”, dijo Biden, hablando desde la sede de los Institutos Nacionales de Salud, en las afueras de Washington. “Sé que el COVID-19 ha sido muy divisivo. En este país, se ha convertido en un tema político (…), lo cual es una triste constatación. No debería serlo, pero lo ha sido”, agregó.
Las medidas incluyen el requisito de que todos los viajeros internacionales entrantes se sometan a una prueba de coronavirus un día antes de volar. Esto se aplicará a todos los viajeros, tanto estadounidenses como extranjeros, independientemente de su estado de vacunación. Para los viajeros nacionales, Biden anunciará la ampliación de la obligación de utilizar mascarillas en los aviones, trenes y otros medios de transporte público hasta mediados de marzo.
La portavoz de la Casa Blanca, Jen Psaki, dijo a los periodistas que las pruebas y los requisitos de vacunación podrían añadirse eventualmente también a los vuelos nacionales. “Nada está fuera de la mesa”, dijo.
El aluvión de medidas pretende, en parte, asegurar a los estadounidenses que Biden está haciendo todo lo posible para evitar que la pandemia haga descarrilar la impresionante recuperación económica de Estados Unidos y las fiestas de fin de año.
Además de anunciar las medidas, Biden escribió una columna para la edición del viernes del periódico nacional USA At the moment, de gran circulación, para calmar el “malestar” de los estadounidenses acerca de la nueva variante y COVID en basic.
“Lo derrotaremos con ciencia y velocidad, no con el caos y la confusión, tal como lo hicimos en la primavera y nuevamente con la variante delta, más poderosa en el verano y el otoño”, escribió el presidente. Biden y sus asesores han subrayado repetidamente en los últimos días que no se volverán a producir cierres masivos. Pero la Casa Blanca también se enfrenta al reto de que muchos estadounidenses no son receptivos a los llamamientos de Biden a la acción colectiva.
A pesar de los intentos cada vez más creativos de animar a la gente a vacunarse, cerca del 40% del país aún no está completamente vacunado. Alrededor de 110 millones de personas con derecho a recibir vacunas de refuerzo aún no han aprovechado la oportunidad.
Las autoridades dijeron que se pondrá en marcha un aumento de la promoción de las vacunas y sus refuerzos, con una campaña nacional dirigida a los beneficiarios de la asistencia sanitaria pública llamada Medicare. Por otro lado, el gobierno de Biden tratará de asegurar que las escuelas no vuelvan a los cierres masivos.
“Estamos ampliando nuestros esfuerzos para vacunar a los niños, a partir de los cinco años”, dijo. Y a los padres preocupados por las variantes ómicron y delta, pidió: “Hagan que sus hijos se vacunen en uno de los 35.000 centros del país”.
En otro refuerzo de las políticas existentes, la Casa Blanca fomentará el uso de kits de pruebas caseras al anunciar que el seguro médico cubrirá el 100% de su costo. Para los que no tienen seguro médico, habrá un aumento de la disponibilidad de los kits gratuitos. En la actualidad, los kits se venden por unos 25 dólares, mientras que en otros países europeos están disponibles de forma gratuita o a bajo costo.
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Mientras tanto, la Casa Blanca subrayó que las restricciones impuestas por la administración a los viajeros de ocho países del sur de África por el creciente temor a la variante ómicron no eran un “castigo” a esas naciones, sino una medida de seguridad.
“Estamos en contacto diplomático con los líderes de estos países sobre las medidas que hemos tomado”, dijo Psaki, en referencia a la prohibición impuesta la semana pasada a las llegadas de pasajeros procedentes de Botsuana, Zimbabue, Namibia, Lesoto, Suazilandia, Mozambique, Malaui y Sudáfrica.
“Esto no pretende ser un castigo, son medidas recomendadas por nuestros funcionarios de salud pública y por expertos médicos”, afirmó durante su rueda de prensa de rutina. “Nadie quiere que esto sea permanente”, mencionó.
Fuente: AFP.
” Fuentes www.lanacion.com.py ”