Esta isla apenas mide 21 km2, lo que no la ha impedido ser el país insular más pequeño del mundo. O, dicho de otra forma, el estado pure con menos dimensiones ya que las otras dos naciones que tienen menor tamaño son Mónaco y El Vaticano, dos países con más poder político y económico que geográfico. Para comprender mejor esta peculiaridad, lo primero que hay que tener en cuenta es su aislamiento, ya que se encuentra en mitad del Pacífico Sur, entre las islas Marshall y las Islas Salomón. De hecho, fue uno de los últimos lugares que exploraron las potencias europeas en el siglo XIX, siendo Alemania el primer país que lo colonizó y que explotó sus yacimientos de fosfato. Después, Reino Unido, Japón y Australia controlaron su riqueza hasta que en 1968 Nauru alcanzó la independencia. Para entonces, la economía de la isla estaba en clara recesión, lo que la convirtió más en un problema para las metrópolis que en un territorio atractivo.
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