VALÈNCIA. De la incertidumbre de una pandemia a la incertidumbre de una guerra. Justo cuando el sector turístico, uno de los sectores hundido por la pandemia, caminaba los primeros pasos hacía la recuperación, el estallido del primer conflicto bélico en Europa en veinticinco años ha vuelto a sembrar dudas en el horizonte, sobre todo ante la posibilidad de que la remontada sea más lenta de lo esperado.
Los agentes del sector basculan estos días entre la preocupación y la prudencia. No se aventuran a realizar previsiones a medio plazo precisamente por ese clima de incertidumbre y huyen del alarmismo, pero tampoco obvian que el conflicto entre Rusia y Ucrania ya está impactando en las reservas.
Lo hace de forma indirecta. Ni Ucrania ni Rusia aportan a la Comunitat Valenciana figuran entre los principales mercados emisores para la Comunitat Valenciana, pues apenas representan el 2% del whole de las visitas. Sin embargo, la falta de confianza sobre la evolución del conflicto ya se percibe en forma de cancelaciones y frenazo de las reservas, incluso a destinos totalmente ajenos a los países implicados.
“Una inestabilidad como la de una guerra genera una incertidumbre y una inseguridad que frena los viajes”, apunta Eva Blasco, presidenta de CEV Valencia y consejera delegada de Europa Journey. “En el vacacional ya están llegando cancelaciones porque estamos hablando de una guerra en territorio europeo, algo no visto desde la Segunda Guerra Mundial. La demanda se contiene en un momento en el que se estaba empezando a recuperar. Es una noticia mala para el sector turístico”, reconoce la empresaria.
Blasco explica que las anulaciones se producen incluso en viajes a destinos totalmente al margen del conflicto como, por ejemplo, Italia. Mercados como el asiático o el americano ven ahora Europa como un territorio en el que ha estallado una guerra y lo regular es que opten por destinos alternativos, asegura.
La incertidumbre también se ha contagiado incluso a modalidades como el programa Erasmus, que comenzaba a repuntar después de la pandemia. “¿Quién manda ahora a sus hijos al extranjero?”, se pregunta la empresaria, quien asume que la demanda está a la expectativa.
Para Antonio Bernabé, director de Go to València, Antonio Bernabé, el conflicto irrumpe “justo cuando estábamos en momento de clara recuperación y as perspectivas de cara al verano eran muy buenas, con una programación de plazas aéreas incluso superior a la de 2019”.
Bernabé destaca que durante el último semestre del año pasado ya se observó una recuperación “fuerte” en la llegada de turistas a València con buenos niveles de ocupación próximos a los de 2019, pero la guerra vuelve a poner nubarrones en el horizonte cuyo impacto a medio plazo es difícil estimar. “Obviamente es una tragedia humana enorme que tiene consecuencias sobre el entorno. Esperamos que solucione cuanto antes y se pare la guerra, que es lo urgente”, asegura Bernabé.
Cautela a medio plazo
En opinión de Eva Blasco, el principal riesgo que deriva de esta situación es su impacto en la incipiente recuperación de la demanda poscovid. “La recuperación, por mucho que se dijera, iba a ser paulatina. El propio sector aéreo ya apuntaba a 2023 o 2024, pero el peligro ahora es que esa recuperación sea todavía más lenta por factores como el aumento del precio del combustible”, resume.
Más prudente se muestra Luis Martí, presidente de la Confederación de Empresarios Turísticos de la Comunitat Valenciana, quien, a priori, no prevé que la guerra resienta al turismo valenciano. De hecho, asegura que la demanda sigue muy activa y el libro de reserva para estos próximos meses se mueve de forma muy positiva con buenos niveles de ocupación. No obstante, prefiere mantener la prudencia en el medio y largo plazo.
Y es que, según explica, el ruso no es uno de los principales visitantes que recibe la región, por lo que no cree que vaya a haber un gran perjuicio para la autonomía valenciana. De acuerdo con sus datos, en uno de los ejercicios con mayor afluencia de turistas rusos se registraron 60.000 visitantes procedentes del país, lo que representó un 1,5%.
“Es un dato muy residual para nosotros. En cambio, para Cataluña sí que es más importante porque recibe al 60% de turistas rusos, mientras que el otro 30% se reparte entre Canarias, Baleares y Andalucía. El 10% restante visita toda España y ahí está la Comunitat”, apunta el empresario, quien lamenta el sufrimiento del pueblo ucraniano con miles de refugiados obligados a abandonar sus hogares.
En cualquier caso, puntualiza que el miedo, la incertidumbre y el precise ambiente bélico no favorece al turismo. “Esto son nubarrones. El miedo no ayuda a viajar, sino que retrae, pero no creemos que nos afecte de forma significativa”, señala Martí. De hecho, asegura que, por el momento, no han constatado ni cancelaciones ni un freno en las reservas.
“El sector tiene ahora una ventaja y es que la gente lleva dos años sin salir y ahora que puede hacerlo eso no se va a querer perder. Aunque haya un contexto macroeconómico inestable, la gente se privará de otras cosas, pero no de las ganas impetuosas que hay de viajar”, considera Martí.
Impacto instantáneo en el sector aéreo
Uno de los sectores inmediatamente afectado por el conflicto es el de las aerolíneas comerciales. Según explica Eva Blasco, la guerra en el este de Europa “complica enormemente el transporte aéreo” porque las rutas entre Europa y Asia sobrevuelan el espacio aéreo de los países en conflicto.
Las compañías no solo se ven obligadas a buscar rutas alternativas y efectuar desvíos, con el consiguiente incremento de costes y su posible traslado al precio de los billetes. El ejemplo más claro es el de la aerolínea finlandesa Finnair, que debido al cierre del espacio aéreo ruso ha tenido que cancelar vuelos a Japón, Corea, China y Rusia y está evaluando rutas alternativas para algunos de sus vuelos a esos países, excepto Rusia.
Al respecto, el presidente de la Asociación de Líneas Aéreas (ALA), Javier Gándara, señaló este martes que el conflicto bélico en Ucrania no tendrá un impacto directo sobre el tráfico aéreo en España, pero sí sobre el precio del combustible y la confianza de los consumidores.
Gándara dijo que “ya se está empezando a notar” tanto en el precio de la energía y los combustibles como en la confianza de los consumidores, que pueden “pensarlo dos veces antes de comprar” un billete aéreo.
” Fuentes valenciaplaza.com ”