Las tradiciones, la riqueza cultural y la biodiversidad del río Magdalena, que han inspirado a escritores, poetas, pintores y juglares, y que le pusieron marco al universo mágico del nobel Gabriel García Márquez, lograron captar la atención de dos compañías internacionales de turismo, que están decididas a conquistar turistas extranjeros, apalancadas en este patrimonio.
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Se trata de la firma de cruceros fluviales AmaWaterways, que desde hace dos décadas surca con sus barcos de lujo ríos de Europa, Asia y África, y Metropolitan Touring, reconocido operador turístico de Suramérica que, entre otros productos, cuenta con tres cruceros oceánicos de pasajeros en islas Galápagos.
A comienzos de julio, estas compañías anunciaron que en diciembre del 2023 navegará, por la cuenca baja del río Magdalena, un crucero, el primero de esta alianza en América Latina. Aunque todavía es pronto para aportar detalles exactos, se sabe que el barco, con capacidad para cerca de 100 pasajeros, será diseñado y armado en Colombia, teniendo en cuenta las características del río, y que se llamará AmaMagdalena.
La ruta detallada de siete noches, que incluye la visita a hábitats naturales y municipios ribereños, está por definirse. Aun así, se ha hablado de un recorrido que plantea zarpar desde la bahía de Cartagena, navegar por el canal del Dique, tomar el cauce principal del río Magdalena en el municipio de Calamar (donde se detendría), dirigirse a la mítica Mompox (uno de los principales destinos del crucero), y desde allí poner rumbo a Barranquilla.
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El anuncio fue recibido con emoción y optimismo, por lo que esta iniciativa puede representar en términos de proyección internacional para el turismo colombiano y de desarrollo económico y social para esta zona olvidada del país. Pero también con cierto escepticismo, dadas las falencias en infraestructura y las condiciones de pobreza de las poblaciones ribereñas, a las que se suman los problemas de navegabilidad del río.
Hay que aclarar que nada de esto logró espantar a estas compañías. Antes de lanzarse a semejante proyecto exploraron sobre el terreno, sopesaron todas las posibilidades, entraron en contacto con autoridades nacionales y locales para darle forma y viabilidad a la iniciativa y visitaron los pueblos de la ribera.
Después de todo eso, Rudi Schreiner, presidente y cofundador de AmaWaterways, conocido en la industria world de los viajes y el turismo como ‘el padrino de los cruceros fluviales’, le dio un rotundo sí al destino: “Desde mis primeros días universitarios explorando el río Amazonas –afirmó durante el lanzamiento del proyecto, el 8 de julio de este año– no he sentido la emoción de descubrir un nuevo destino tan rico en biodiversidad y cultura como lo encontré en el río Magdalena, en Colombia. Estoy absolutamente cautivado por la rica historia, la vida silvestre y la cálida bienvenida que espera a nuestros huéspedes cuando nuestro acogedor barco zarpe en diciembre del 2023”.
La thought es garantizar una experiencia sostenible, completa y muy cómoda. le apuntamos a público norteamericano, pero ya notamos el interés de turistas latinoamericanos por este producto
Janet Bava, directora de mercadeo de la compañía, lo reafirma: “A diferencia de otros ríos de América Latina, encontramos, junto a la riqueza natural del Magdalena, cultura expresada en historia, música, gastronomía, gente amable y cálida; es un destino que nos asegura poder ofrecer muchas experiencias a nuestros pasajeros”.
El AmaMagdalena –adelanta Bava– navegará en las noches y en los días se detendrá para que sus viajeros puedan explorar; será un buque con huella de carbono muy cercana a cero, para no afectar los ecosistemas: “La idea es garantizar una experiencia sostenible, completa y muy cómoda a nuestros viajeros; le apuntamos a público norteamericano, pero ya notamos el interés de turistas latinoamericanos por este producto”, cube.
Así nació esta historia
Camilo Calderón, gerente basic de Metropolitan Touring en Colombia, cuenta que el proyecto se remonta a varios años atrás, mucho antes de que esta empresa de origen ecuatoriano entrara en contacto con AmaWaterways.
Cuenta que Metropolitan llegó a Colombia hace unos diez años, cuando empezaron a verse mejoras en la seguridad del territorio. Y tras consolidar una masa importante de pasajeros, hace unos cinco años, decidió explorar posibilidades para generar un producto de turismo propio en Colombia. En esa búsqueda visitaron muchos sitios, entre ellos, el río Magdalena.
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La empresa recorrió el afluente desde Honda, Tolima, hasta su desembocadura, pasaron por cada población, por las ciénagas, “nos empapamos de la cultura y la biodiversidad y acabamos enamorados del río”, recuerda Calderón, que junto con sus socios de Metropolitan Touring empezaron a madurar la thought del crucero.
Pero el proyecto quedó truncado cuando Cormagdalena declaró la caducidad, a fines de marzo del 2017, del contrato con el consorcio Navelena, para recuperar la navegabilidad del Magdalena, lo que incluía el dragado del brazo del río en Mompox, Bolívar. “Este tramo –señala Calderón– es fundamental para nuestro proyecto, por esa razón tuvimos que aplazarlo”.
Pero el año pasado, el presidente Iván Duque anunció durante el taller Construyendo País, en Mompox, que se dragaría esa zona del río para facilitar su navegabilidad.
Rudi Schreiner había visitado otros afluentes, como el Amazonas, y no le interesaban mucho porque les faltaba el componente cultural
ProColombia le sugirió entonces a la empresa retomar la thought del crucero, y volvió al río, esta vez decidida a definir la ruta y elegir las poblaciones que harían parte del recorrido.
En ese punto, Calderón y sus socios se enteraron de que AmaWaterways estaba interesada en entrar con sus cruceros a Suramérica: “También les habían dicho que el Magdalena era la opción que se ajustaba a lo que buscaban; el propio Rudi Schreiner había visitado otros afluentes, como el Amazonas, y no le interesaban mucho porque les faltaba el componente cultural, que para él es vital. Unos amigos en común le contaron que nosotros llevábamos años explorando el Magdalena. Ahí empezaron los contactos y comenzamos una agenda de trabajo que incluyó recorridos, a comienzos de este año, por el río. Quedaron encantados y nos propusieron sacar adelante este proyecto juntos”, cube Calderón.
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Tanto Janet Bava como los demás ejecutivos de Ama-Waterways son conscientes de los peros que pesan sobre el proyecto, pero insisten en que no tienen ninguna duda, como compañía, de que van a sacarlo adelante: “Tenemos más de dos años todavía para poner a punto este producto con el que no solo están comprometidas ambas compañías, también distintas instancias del Gobierno colombiano, que nos han hecho sentir que son las más interesadas en él”, explica.
Flavia Santoro, presidenta ejecutiva de ProColombia, entidad que ha apoyado este proyecto desde el comienzo, lo califica como “un hito para el turismo en Colombia; lograr que el río Magdalena, el caudal más importante del país, se convierta una vez más en epicentro para el turismo nacional es un gran paso que estamos dando en medio del plan de reactivación de la economía”.
Explica que se trata de un esfuerzo público-privado que se ha venido afianzando. “Nosotros apoyamos este proyecto brindando información de alto valor, inspeccionando y validando los destinos ribereños para diseñar el mejor itinerario junto con el Ministerio de Comercio, Industria y Turismo, Cormagdalena y, por supuesto, las empresas Metropolitan Touring y AmaWaterways”, explica Santoro.
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Pedro Pablo Jurado, director ejecutivo de Cormagdalena, le ha medido el pulso a todo este proceso y no puede ocultar la emoción que le despierta por el impacto que va a tener en las comunidades ribereñas y el río mismo: “Todo se ha articulado no solo con respeto por el medioambiente, sino también pensando en la inclusión social. Va a jalonar desarrollo económico en esos municipios y va a validar la importancia que para los pobladores tiene preservar y cuidar el río”.
Jurado participó, a comienzos de año, en los recorridos técnicos de los que hicieron parte ambas compañías, ProColombia y los ministerios de Hacienda y Comercio, Industria y Turismo.
Lo evidenciado y la información recopilada fueron fundamentales –asegura– para estructurar con rigor técnico el modelo de inversión inicial de 25.000 millones de pesos en este proyecto.
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“Con estos recursos no solo dragaremos, durante este segundo semestre, el brazo del Magdalena en Mompox –que contempla la remoción de un millón de metros cúbicos de sedimento–, sino que se pondrán en marcha obras iniciales de infraestructura en los municipios, como sitios de amarre para el crucero”.
En cuanto a la navegabilidad del resto de la ruta inicial estipulada, Jurado explica que a través del canal del Dique esta es casi ininterrumpida: “Cabe anotar –afirma– que esta embarcación, que no tendría un calado profundo, podría navegar sin problemas desde el cauce principal del río hasta la desembocadura en Barranquilla; su diseño especial tiene en cuenta estas condiciones”.
Finalmente, Jurado destaca el compromiso y el interés que han mostrado los alcaldes y las poblaciones, que recibieron las visitas técnicas con muestras folclóricas que incluyeron desde danzas hasta relatos sobre el río, “historias llenas del realismo mágico de García Márquez, que se nutrieron del río y todo su entorno”, cube.
SONIA PERILLA SANTAMARÍA
REDACCIÓN VIAJAR
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