Son las 5:30 de la mañana en el cabo de la Vela y la vista sorprende a los primeros rayos del día colándose por los resquicios que comienzan a verse en las paredes y el techo de la cabaña. La estructura no es de cemento ni de ladrillo, sino de tablas hechas con el corazón del cactus (yotojoro, en lengua wayuunaiki) que se entretejen y se amarran.
En este punto de La Guajira, en el hospedaje Kayuusipaa, se comprende que incluso el encontrar dónde dormir está ligado a la labor de entrelazar concepts, colores, texturas, vidas. Esto es lo que hacen y han hecho siempre artesanas y artesanos del departamento.
(Lea también: ¡Mirabel, la heroína de ‘Encanto’, estará en los desfiles de Magic Kingdom!).
Este lugar, ubicado a 20 metros de la playa, hace parte de la Ruta Tejeduría Wayúu, que Artesanías de Colombia ha puesto en marcha dentro del proyecto Colombia Artesanal (www.colombiaartesanal.com.co) para unir el turismo con la maestría de los oficios artesanales.
Esta es una de 12 rutas (hay otras en departamentos como Nariño, Putumayo y Boyacá) con las que se muestra el enorme potencial económico que puede desarrollarse en Colombia, gracias a un turismo sostenible que les brinde bienestar a las comunidades locales. Según el reciente ‘Informe de impacto económico’, elaborado por el Consejo Mundial de Viajes y Turismo (WTTC, en inglés), se estima que esta industria generará en el país 443.000 nuevos empleos en los próximos 10 años.
(Siga leyendo: Easyfly: aterrizó el primer vuelo comercial en Paipa, Boyacá).
“Al cabo llegan muchas personas de Alemania, Francia y otros países. El turismo sirve para que quienes visitan La Guajira conozcan más de nuestra cultura wayú”, opina Conchita Ospina, maestra artesana que aloja a sus huéspedes en cinco cabañas de yotojoro en Kayuusipaa –nombre que significa ‘la tierra del cactus kayuus’–.
“Tengo un telar armado. A las personas les gusta ver las mochilas ya terminadas, y hago demostraciones de cómo se inicia la mochila, cómo se arma el telar, el chinchorro”, cube Conchita, quien acoge a muchos visitantes por recomendación de otros.
Este sitio, al igual que la Ruta Tejeduría Wayúu, no es para cualquiera. Quien quiera ir en busca de bar abierto hasta la madrugada, aire acondicionado o recreación en la piscina se sentirá fuera de lugar. Venir aquí obliga a reflexionar sobre comodidades que en la ciudad se dan por sentadas, como el agua potable. En el cabo de la Vela, el agua llega en carrotanques desde una planta desalinizadora. Y cuando esta se daña, se debe contratar un camión cisterna desde Uribia por 500.000 pesos.
Por eso, en Kayuusipaa los viajeros se bañan con totuma y aprenden a ahorrar agua. “Yo me baño con medio balde. Lo lleno y me queda para bañarme al otro día. Cuando me lavo el pelo sí uso un balde entero”, cuenta Conchita. “Yo nací y crecí en la sequía, voy a morir en la sequía y en la otra vida voy a tener mucha agua porque allá en Jepirra (el paraíso wayú) hay mucha agua y mucha comida. Lo que falta aquí en la tierra abunda en Jepirra”, cube.
Lea también: ¿Cuáles son los mejores destinos en Colombia para viajar con niños?
Pensamientos que se unen
En las mochilas planeamos los diseños (kanás), que son tomados de la naturaleza.
El componente espiritual es esencial en el pueblo wayú, que concibe su creación desde Mareigua. Así lo explica la maestra artesana Ángela Vanessa Ibarra, quien en la ranchería Iwouyáa, 17 kilómetros al sur de Riohacha, asegura que todas las mujeres wayús son tejedoras.
“Mareigua es Dios. Creemos que Mareigua creó a la gran madre noche y al gran padre claridad; que la gran madre noche tuvo dos hijos gemelos, la tierra y el mar; y que el gran padre claridad también tuvo dos hijos gemelos, el Sol y la Luna. Que el Sol fecunda al mar y del mar nace Juyá, que es la lluvia; y Juyá a su vez fecunda la tierra. De ella nacen las plantas, los animales. Luego, los wayús, que traduce ‘persona’ ”, ilustra Vanessa.
Para ella, tejer significa unir pensamientos y manos con el fin de transmitir sentimientos. “En las mochilas planeamos los diseños (kanás), que son tomados de la naturaleza. Elaboramos los chinchorros, donde pasamos la mayor parte de nuestras vidas”, cuenta.
(Lea también: Así es Jantar Mantar, el observatorio astronómico de hace 300 años).
En este viaje, en el kilómetro 53 de la vía a Uribia, los visitantes también conocen a Carmen Palmar, una maestra cuyas palabras en wayuunaiki son traducidas por su hijo. Carmen se levanta siempre a las 3 de la mañana, hace el café y ordeña los chivos antes de empezar a tejer. Ella, al igual que sus colegas artesanas, está feliz de compartir con los turistas.
Colombia Artesanal
Colombia Artesanal es un proyecto de Artesanías de Colombia que busca dar a conocer las historias y el trabajo de artesanos de todo el país a través de 12 rutas que están asociadas a corredores turísticos. Las rutas, que se pueden conocer en la página www.colombiaartesanal.com.co, se encuentran en Atlántico, Antioquia, Amazonas, Bogotá, Bolívar, Boyacá, Cundinamarca, Eje Cafetero, La Guajira, Putumayo, Nariño y Santander.
JUAN URIBE
Especial para EL TIEMPO
Instagram: @juanuribeviajes
También puede leer:
– Disney vende tour en jet privado para visitar sus parques temáticos
– Con París en obras los turistas despliegan su ingenio para tomarse una foto
” Fuentes www.eltiempo.com ”