La geolocalización se ha convertido en una herramienta indispensable a la hora de hacer turismo. Con al auge de los ‘smartphones’, la mayor parte de sus usuarios utilizan aplicaciones vinculadas con la geolocalización de manera habitual, y más cuando se encuentran en una ciudad que visitan por primera vez. Pero su uso va mucho más allá de encontrar un monumento, un restaurante o una tienda. Las startups han entendido muy bien el potencial de esta herramienta y han ido surgiendo soluciones que están impactando en el sector turístico. Las empresas se han dado cuenta de que pueden mejorar sus beneficios y las instituciones públicas han encontrado un gran aliado para lograr una mejor experiencia del viajero y sobre todo para conseguir un turismo más sostenible en sus ciudades.
«La geolocalización beneficia a todo, tanto al usuario como a los organismos públicos y a las empresas, si manejan bien los datos. Las startups han empezado impulsando estas soluciones y ya existe mucha colaboración público-privada», explica Irene Marroquín, profesora y directora del grado en Inteligencia de Negocios de la Universidad CEU San Pablo. Hablamos de una herramienta que impacta en muchos sectores y se puede aplicar a infinidad de cosas, como podemos ver en el turismo. «Se utiliza el ‘big data’ y nos da infinidad de información, como el flujo de viajeros, o las visitas que han hecho durante sus estancias. Si lo sabes manejar bien, puedes hacer que el viajero pierda menos tiempo en las colas, haga más actividades, gaste más dinero y tenga una mejor experiencia, lo cual hará que recomiende más el destino», pone como ejemplo la docente. Gracias al ‘big data’ se puede también predecir los gustos del viajero y «de esta forma se pueden preparar itinerarios personalizados y realizar recomendaciones de lugares de ocio», añade.
Una información que es igualmente muy valiosa para los empresarios que quieren abrir un hotel, un restaurante o una tienda. «Te permite saber por donde van esos flujos de viajeros, las zonas más concurridas», matiza Marroquín. Además, con el geomarketing, «si estudias bases de datos geolocalizadas, puedes tomar decisiones para mejorar las ventas. Y si conoces el tipo de turismo, por dónde se mueve… lanzas campañas de marketing personalizadas».
Los organismos públicos han empezado a ver las ventajas que tiene el uso de la geolocalización. «Si sabes cuando hay más o menos afluencia a lo largo del día o meses puedes adaptar sistemas bicis, transporte, parkings… lo adaptas según la zona horaria», indica la profesora del CEU San Pablo. Pero también tienen una gran ayuda para conseguir un turismo sostenible. «Puedes movilizar el turismo hacia las zonas que a ti te interesan, las que sean menos densas y de esta forma hacerlo más sostenible. O puedes diseñar una mejor red de transporte».
Pero a pesar de su potencial, para el usuario el uso de estas herramientas puede resultar algo invasivo e incluso temer por su privacidad. Irene Marroquín recuerda que cuando existe transparencia en el uso de los datos, que son anónimos, «no se vulnera la privacidad». Sin embargo, entiende los recelos de los usuarios porque «hay dudas sobre cómo tratan los datos y sabemos que compañías como Facebook han vulnerado los datos», añade.
Hace 13 años que surgió en el mercado Forwardkeys, una empresa de inteligencia turística que cuenta con analistas operando en todos los continentes y que tienen como clientes tanto sector público como privado. «Ayudamos a destinos a anticipar turistas y a entender el interés de estos para poder atraer turistas», explica Juan A. Gómez García, jefe de Inteligencia de Mercado de la firma. Con la recuperación del turismo tras la pandemia, han vuelto los problemas que existían antes en algunos lugares. Es decir, demasiados turistas en el mismo lugar y a la misma hora. «Es importante comprender quién llega al destino y cómo se comporta. Aquí entran los datos geolocalizados, que los recibimos a través del uso de aplicaciones móviles».
Especializados en las planificaciones de vuelo que hacen las compañías, cuentan con información muy valiosa, como el número de personas que viajan en una reserva, la fecha de llegada y de salida, el motivo de la estancia, las escalas… Y todos estos datos tienen más valor gracias a la geolocalización. «Los implementamos de forma innovadora con alguno de nuestros destinos. Se gestiona aglomeraciones, se decide la localización de parking, de un mercado itinerante…», pone como ejemplo. Uno de los proyectos en los que ha trabajado ForwardKeys es en la ciudad de Valencia, para estudiar el comportamiento de los cruceristas. «Queríamos entender por dónde se mueven, si están en la ciudad después de comer, qué atracciones se benefician y cuáles pasan desapercibidas», explica Gómez García.
«Con los datos de geolocalización, cruzados con otros y aplicados por especialistas, se pueden sacar muchas conclusiones para adaptar las acciones. La precisión de los datos es increíble y el cruce de datos es muy importante porque nos da posibilidades infinitas», indica el jefe de Inteligencia de Mercado. Reconoce que el sector turístico tradicionalmente ha sido lento a la hora de adoptar la tecnología en muchas variables y que hay baches para abrazar el uso de los datos. Sin embargo, «está habiendo una revolución en el uso de los datos, que ha acelerado la pandemia. Hay necesidad de conocer al viajero, anticiparse a él. Se usa de forma amplia y cada vez más de adoptan los datos geolocalización», matiza. Y recuerda que en esta fiebre del uso de los datos también se cometen ciertos errores. «Los destinos y las empresas deben definir cuáles son las necesidades que tienen y los problemas. En ese momento entra la compra de datos con el asesoramiento de empresas que se dedican a ello. Es una cuestión de ser estratégicos y realistas a la hora de usar los datos y meterse en aventuras», puntualiza.
Filón para startups
En plena pandemia los hermanos Javier y Luis Alberto Melero crearon Aumentur, un guía turística inteligente. «Como turistas nos resultaba extraño que en 2020 no hubiese una solución tecnológica que te acompañase en los viajes. Se nos ocurrió usar el móvil, convertirlo en el acompañante lugareño del sitio que vaya explicando a los visitantes los secretos y lugares de interés», cuenta Javier Melero. La solución que han creado es una plataforma en la que cualquier destino turístico, monumento o museo puede ofrecer la información a sus visitantes sin necesidad de desarrollar ningún software. «Somos una única aplicación para todos los destinos y así se facilita que el visitante se instale una aplicación porque sabe que la va a usar», añade.
De momento esta herramienta tecnológica ofrece información de 3.500 puntos de interés en España, en cuatro idiomas. Gran parte de ellos están en Andalucía, de donde son, y cuentan con un convenio con la Junta, pero se están expandiendo por otras ciudades y poco a poco esperan llegar a otros países. En la plataforma los clientes pueden incluir sus contenidos y actualizarla en tiempo real. «No se tienen que preocupar de la tecnología sino centrarse en crear rutas atractivas y en monitorizar lo que hace el visitante. Ofrecemos un ‘big data’ muy valioso», explica Melero.
La geolocalización también es el motor de CityMe, un proyecto de Guido Schinocca, amante de los viajes y del turismo, que en 2018 se lanzó a crear esta aplicación en la que se encuentran guías turísticas virtuales. «Está en el ‘smartphone’, son guías con personalidad del lugar, con sus acentos, que ofrecen historias, leyendas, datos y recomendaciones de los sitios», explica su fundador. Cuenta con 700 audios por ciudad (más de tres horas de contenido), a los que se tiene acceso al descargarse la aplicación.
«Mediante geolocalización, vas caminando, te apuntas a unos 30 puntos de interés y el audio te salta solo. Así no te pierdas ningún detalle interesante. El 80% del contenido tiene que ver con arte, cultura e historia y el 20% restante con gastronomía y planes», indica Schinocca. La app tiene dos formatos y en el premium se ofrece información detallada por barrios. Algunos de los contenidos son de pago. Tras incluir varias ciudades españolas, tienen también París y Londres y están preparando la guía virtual de Nueva York. Es otro ejemplo más de cómo la tecnología de la geolocalización está cambiando ya el rumbo de la industria turística.
” Fuentes www.abc.es ”