Es as, no paramos de ganar. Como si no fuera suficiente con haber ganado el Mundial de ftbol, ahora la prestigiosa gua de gastronoma Style Atlas coloc a la Argentina en el puesto nmero 1 del mejor pancho del mundo. S: un selecto grupo de jurados y usuarios del reconocido portal definieron a nuestro choripn como el mejor sizzling canine del planeta. Y no solo eso: esa misma lista ya haba elegido unas pocas semanas antes a nuestro lomito como el tercer mejor sndwich del mundo. Y esta misma semana puso a la provoleta como el quinto mejor plato de queso en el planeta. De verdad, somos geniales.
Obviamente la noticia del choripn ocupando el primer puesto world repercuti en todo el pas: no hay diario ni radio donde no se haya comentado con orgulloso albiceleste. Las redes sumaron discusin pblica, con miles de usuarios locales festejando el logro. Y con otros tantos de pases vecinos menospreciando nuestro grandioso choripn frente a sus empalagosos panchos atiborrados de mayonesa y palta.
Lo mejor de todo, lo realmente maravilloso del asunto, es la enorme estupidez que implica todo esto. En especial, la estupidez de tomar medianamente en serio un premio tan berreta otorgado por un sitio tan olvidable cuyo nico propsito es generar engagement y clickbaits al por mayor. Es como esa zanahoria que se le pone al conejo para que corra, as funcionan estas listas: nos tiran una carnada esperando que reaccionemos… y ac nos ven, cumpliendo nuestro triste papel.
Lo mejor de todo, lo realmente maravilloso del asunto, es la enorme estupidez que implica todo esto. En especial, la estupidez de tomar medianamente en serio un premio tan berreta otorgado por un sitio tan olvidable cuyo nico propsito es generar engagement y clickbaits al por mayor. Es como esa zanahoria que se le pone al conejo para que corra, as funcionan estas listas…
Por qu amamos las listas y nos fascinan las de afuera cuando hablan de nosotros?
Los lectores amamos las listas. Hace unos aos la psicloga y escritora bestseller Maria Konnikova explic en The New Yorker esa atraccin magntica que los individuos sentimos frente a rankings y listados. Citando a expertos en neurociencia y psicologa, Konnikova asegura que las listas “llaman la atencin, organizan espacialmente la informacin y prometen una historia que es finita, cuya longitud ha sido cuantificada por adelantado”. As, “crean una experiencia de lectura fcil, en la que el trabajo pesado mental de conceptualizacin, categorizacin y anlisis se completa mucho antes del consumo real, un poco como beber jugo verde en lugar de masticar un paquete de col rizada. Y hay poco que nuestros cerebros anhelen ms que los datos adquiridos sin esfuerzo“, remata con indisimulada crtica.
A la hora de proveer informacin fcil y ya digerida, los medios de comunicacin estn hechos a medida, publicando infinitos rankings en infinitas pginas. En gastronoma esto se traduce en rimbombantes ttulos como “los diez mejores lugares donde comer pur de papa“, el “top 30 de restaurantes en Calamuchita” o las “17 comidas a probar antes del bobazo“. Hasta ac, todo bien, no es ms que un puado de notas perezosas sin pretensin de trascendencia. Lo llamativo es cuando estos listados son tomados en serio. Ms an, cuando luego son replicados por grandes medios de comunicacin sin cuestionar quines y cmo los arman.
Volvamos al caso de Style Atlas… qu es ese sitio? El portal se outline como un “atlas global de platos tradicionales, ingredientes locales y restaurantes autnticos”, donde rene “ms de 10.700 platos y la opinin de 50.000 expertos en gastronoma”. Nada explican sobre quines seran esos expertos, menos an sobre cmo hacen estos rankings, de dnde provienen los jurados o cuntos votos obtuvo cada plato. Hice la tarea, les pregunt dos veces, no tuve respuesta.
No me extraa: armar un buen rating es tentador pero es tambin muy difcil de lograr. Hacerlo de manera seria requiere de especialistas (como lo hacen, con todas las crticas que se les puede hacer, la gua Michelin, los 50 Greatest Eating places o la revista Rolling Stone, entre otros); o, en su defecto, precisa de una enorme cantidad de votantes para obtener supuestos promedios que representaran a la “gente comn” (ese es el camino elegido por lugares como Journey Advisor o Google, entre otros). Pero Style Atlas no cumple con ninguna de estas dos caractersticas: no sabemos si hay un voto, cinco votos, cien votos o si es todo simplemente inventado; no conocemos quines son sus usuarios, cuntos son, ni siquiera nos explican la mecnica para poder votar.
No es el nico ejemplo, claro: est inundado de rankings sin sustento, en medios de todo el planeta. Hace unos meses, por ejemplo, una gua italiana 50 Prime Pizza incluy a una pizzera de Adrogu entre las 50 mejores del mundo.
Vamos Argentina! Tambin a ellos les pregunt cmo hicieron la eleccin: en este caso, s me respondieron con un hyperlink a su propia pgina donde explican que cuentan con 150 inspectores en Italia. Y que quede claro: ac no se trata de si esa pizza de Adrogu es rica o no lo es (para los que preguntan, s, es muy buena, y las chicas que estn detrs hacen un gran trabajo). Se trata de explicitar un sistema de premios tan antojadizo como absurdo.
Desconozco si esto es verdad o no, pero s s algo: tal vez tengan inspectores en Italia, pero les aseguro que no los tienen en Argentina. Acaso imaginan que una gua on line situada a much de kilmetros podra tener los inspectores necesarios en este culo del mundo para comparar las cientos de pizzeras de calidad que hay en el pas?
En el caso de las listas y titulares en el exterior, a esto se suma algo ms potente: esa fascinacin que tenemos en Argentina por cmo nos ven en el mundo, una necesidad casi romntica de gustarle a los extranjeros. De esto tambin sobran los ejemplos…
Entonces, por qu funcionan? Por qu las tomamos en serio e incluso definimos nuestras elecciones en base a ellas? Intento esbozar dos posibles respuestas: por un lado estas listas nos hipnotizan con sus ttulos grandilocuentes y directos: si ellas mismas se presentan como “los mejores platos del mundo”, entonces debe ser verdad. Hay algo ah de la famosa profeca autocumplida y las ganas de creerles. Somos como pequeos nios en un cumpleaos, cuando el mago nos cube abracadabra, esa frmula mgica que nos induce a creer en el truco.
En el caso de las listas y titulares en el exterior, a esto se suma algo ms potente: esa fascinacin que tenemos en Argentina por cmo nos ven en el mundo, una necesidad casi romntica de gustarle a los extranjeros. De esto tambin sobran los ejemplos: alcanza con que un diario de algn pas “importante” arme un rating sobre restaurantes locales para que los medios de la Argentina levanten esa nota y la pongan en primera plana. Da un poco de vergenza: se imaginan al New York Occasions publicando “los 10 restaurantes neoyorkinos que recomienda el diario La Nacin”?
Las listas son atractivas: facilitan la lectura, nos divierten, nos permiten incluso pelearnos en redes, el gran passion del siglo XXI. Que sigan dando vueltas. Y qu lindo sueo sera contar con un rating native, hecho por periodistas serios que tengan recorrido en el pas, que realmente sirva de referencia.
Mientras tanto, y ac me pongo la camiseta periodstica, si vamos a replicar listados varios, por favor, levantemos un poco la vara: exijamos un mnimo de idoneidad y criterio. No seamos tan dciles como ese conejo que persigue una zanahoria que jams alcanzar.
///
Foto de la nota: es gentileza de UNSPLASH (PH Choong Deng Xian).
///
Sobre el autor de la nota: Rodo Reich (@rodoreich) es periodista. A los 25 aos prob una sopa tailandesa que le rompi la cabeza y desde entonces reflexiona sobre gastronoma en medios como La Nacin, Brando, Pgina12, MALEVA y Radio con Vos. Tuvo un bar, un catering y cada tanto escribe algn libro.
‘ The preceding article may include information circulated by third parties ’
‘ Some details of this article were extracted from the following source www.cronista.com ’