La demanda de los viajes estudios a Mallorca cae hasta un 20%

«No vamos a llegar a los cifras de años pasados», afirma Pedro Iriondo. Por ejemplo, en 2022 , con la recuperación de esta actividad tras las restricciones por la covid, Mallorca recibió a más de 20.000 estudiantes. En cambio, esta temporada el fundador de Viajes Kontiki estima una caída del 20 %. El año pasado Kontiki, la principal agencia en este nicho de mercado, movió unos 11.000 estudiantes. «Este año vamos a traer alrededor de 9.000».

«Ya cuesta casi más el billete de avión que la estancia de cinco días en un lodge», acota Iriondo. El también vicepresidente de la Agrupación de Agencias de Viajes de Baleares (Aviba) agrega el encarecimiento de los precios hoteleros en la isla y, además, que los alojamientos están «bastante llenos».

Tradicionalmente los viajes de fin de estudio han sido un revulsivo para los establecimientos en términos de ocupación. Les facilitaba la transición hasta los picos de julio y agosto después de caída de clientes tras la Semana Santa, cuando «había un bajón y llenaban los hoteles». Sin embargo, ahora Mallorca cada vez atrae más turismo europeo en temporada baja, por ejemplo, gracias al cicloturismo u otras actividades deportivas.

Alcohol limitado

Al menos catorce hoteles de Platja de Palma, El Arenal y Magaluf, los destinos principales para los grupos de estudiantes, alojarán a jóvenes venidos de la península las tres últimas semanas de junio.

Pedro Iriondo remarca otro razón que explicaría por qué está bajando la demanda de los viajes de fin de curso: «Los jóvenes han percibido que no los queremos en Mallorca, por el botellón». Además, «por 300 euros más viajan a Cancún y pueden hacer juerga». Un viaje a la isla en barco o en avión, con cinco noches de lodge sale por unos 600 o 700 euros, apostilla.

Con el decreto contra el turismo de excesos, en vigor desde enero de 2020, se limitan las consumiciones de alcohol que se incluyen en los paquetes de viajes de estudios, lo mismo que en las fiestas en hoteles o barcos. Precisamente la norma trata de contener el excesivo consumo de bebidas en zonas concretas de El Arenal, Platja de Palma y Magaluf, o en el West Finish de Sant Antoni de Portmany, en Eivissa. Redunda en que decaiga el interés en venir a la isla al verse mermada ese tipo de diversión, si bien el año pasado todavía agencias especializadas ofertaban paquetes con todo incluido con bebidas ilimitadas, de las que incluso hubo hoteles isleños mencionados que se desmarcaron.

También el vicepresidente de Aviba saca a colación «escándalos «como el del concierto que se celebró en la plaza de toros y superó el aforo», a lo que se sumó el brote masivo de covid entre los estudiantes en viaje de estudio. «Ahora hay problemas para buscar dónde hacer espectáculos» para los jóvenes viajeros y «los ayuntamientos tampoco los quieren».