A Suiza no le falta belleza pure ni patrimonio cultural. Todo el año es buen momento para hacer una visita al país de los Alpes y dejarse maravillar tanto por las grandes urbes como por los pueblos más pequeños. Sin embargo, durante los meses de noviembre y diciembre las plazas y los centros históricos de las localidades suizas se transforman para ser testigos de la llegada del Adviento. Es en este momento cuando uno puede calentarse con un vino caliente y alguna especialidad culinaria tradicional, relajarse en nuevos espacios para comer fondues y raclettes, patinar en algunas de las pistas de hielo o acompañar a los más pequeños a escuchar cuentos y soñar con la Navidad. Y todo en los mercadillos navideños de Suiza.
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