Hay de ternera, de pollo, de cerdo y de canguro. También de pescado. Depende del país y las empresas. Sus fabricantes insisten en que no es synthetic, y aunque muchos dicen que es antinatural y muestran una actitud negativa incluso antes de probarla lo indudable es que lo que tiempo atrás parecía de ciencia ficción está cada vez más de cerca de ser realidad: la carne cultivada en laboratorio está a un paso de ingresar en los restaurantes de los Estados Unidos.
Por lo pronto, la Administración de Drogas y Alimentos (FDA) dictaminó que la carne producida en biorreactores por la firma UPSIDE Meals, con sede en California, es segura para el consumo humano. En lo inmediato, y pese a que deberán superar la resistencia de los consumidores, los ejecutivos de las empresas de carne cultivada son optimistas y, para difundirla, contrataron a cocineros de fama internacional para promocionarla.
Aunque entusiastas, los productores admiten que la llegada a los supermercados tardará más. ¿El motivo?: la necesidad de reunir inversores para aumentar la escala de producción y reducir su precio. Por el momento, la carne cultivada, que se deriva de una pequeña muestra de células recolectadas del ganado y luego alimentada con nutrientes en recipientes de acero llamados biorreactores, sólo es comercializada en la actualidad por vendedores minoristas en Singapur.
UPSIDE Meals espera llevar su producto a los restaurantes en 2023 y a las tiendas de comestibles en 2028. La compañía, no obstante, todavía debe recibir el visto bueno del Servicio de Inspección y Seguridad Alimentaria del Departamento de Agricultura (FSIS) de los Estados Unidos. UPSIDE no es la única compañía que apuesta a la carne cultivada. GOOD Meat, también con sede en California, tiene una solicitud pendiente de aprobación presentada ante la FDA, situación que comparte con Mosa Meat, con sede en Países Bajos, y Believer Meats con sede en Israel.
La cuestión regulatoria es apenas un primer desafío. El mayor problema al que se enfrentan las empresas es hacer crecer la incipiente cadena de suministro, que va desde los nutrientes para alimentar a las células hasta los biorreactores necesarios para producir grandes cantidades. Por ahora, la producción es limitada. UPSIDE tiene capacidad para generar 200.000 kilos por año. Una muy pequeña fracción de los 50.000 millones de kilos de carne convencional que produjo los Estados Unidos en 2021, según el Instituto de Carne de Norte América.
Si las empresas no pueden obtener los fondos necesarios para aumentar la producción, es posible que el producto nunca alcance un precio que pueda competir con la carne convencional. Hasta ahora, el sector de la carne cultivada recaudó casi US$ 2.000 millones en inversiones a nivel mundial, según datos recopilados por el Instituto para la Buena Alimentación (GFI), un grupo de investigación centrado en alternativas a la carne convencional.
Según la entidad –que promueve la carne, los lácteos y los huevos de origen vegetal, así como la carne cultivada–, se necesitarían cientos de millones de dólares para que GOOD Meat, por ejemplo, construya biorreactores del tamaño necesario para producir su carne a escala. Sin embargo, algunas empresas están aumentando la producción incluso antes de que sus productos hayan sido aprobados por los reguladores. Es el caso de Believer Meats, que planea construir una instalación en Carolina del Norte que se pondrá en marcha a principios de 2024 y que podría producir 11 millones de kilos al año. GOOD Meat, en tanto, planea aumentar su producción en California y Singapur hasta alcanzar los 15 millones de kilos anuales.
Mientras la Unión Europea (UE), Israel y otros países trabajan en marcos regulatorios, incluso cuando no aprobaron el producto para consumo humano, las empresas apuntan a superar la resistencia de los consumidos. El argumento es que el producto es más ecológico y ético que la cría y matanza de ganado convencional. También dicen que cultivar carne en un recipiente de acero cut back el impacto ambiental del ganado, responsable del 14,5% de las emisiones de gases de efecto invernadero, según la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO).
Más allá de los avances tecnológicos y de las ventajas que puedan suponer la producción de carne de laboratorio, las empresas deberán superar la resistencia de los consumidores. Un estudio publicado en 2022 por la Revista de Psicología Ambiental, de la Universidad de Cambridge, señala que el 35% de las personas consultadas que consumen carne y el 55% de los vegetarianos afirman que la carne cultivada es “antinatural” y demostraron tener una actitud negativa, incluso antes de probarla.
Para saltar la valla, tanto UPSIDE como GOOD Meat planean estimular los paladares estadounidenses lanzando sus productos en restaurantes de alta gama. En otras palabras: apuestan a que el trabajo de los cooks haga de la carne cultivada en biorreactores un producto menos científico y más atractivo desde lo gastronómico.
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