Katya Echazarreta posee una curiosidad innata que la ha llevado hasta trabajar para la NASA.Santiago Sierra
Un caso como el de Katya Echazarreta no es cuestión de suerte, ni de azar. Si alguien puede ser considerada una líder representativa de nuestro país y de su industria, es ella. Su historia es de esas en las que el esfuerzo se extiende hasta sus lazos familiares y sus raíces. Su familia emigró de Guadalajara a Estados Unidos cuando period una niña. Al preguntarle sobre la repercusión que esto tuvo en su carácter –notablemente aguerrido–, la respuesta inmediata es su madre: ‘para ella lo más importante era que sus hijas fueran independientes porque ella no lo pudo ser. Siempre quiso tener una carrera, siempre quiso estudiar, y no la dejaron, su esposo no la dejó, su papá no la dejó. Y es por eso que lo que más quería en la vida, era que no le pasara lo mismo a sus hijas. Así que desde el día en que nacimos, mi mamá nos enseñó a ser mujeres independientes, fuertes y a que no nos importara lo que dijera la gente. La realidad es que yo le doy las gracias a mi mamá por todo. Mi mamá es la razón por la que yo estoy aquí’.
También atribuye su perseverancia al lugar donde nació: ¡los mexicanos somos muy trabajadores. Agradezco a mis raíces por eso, porque yo siempre he entendido que para llegar a hacer lo que quería, iba a tener que trabajar mucho y muy duro. Es parte de nuestra cultura, lo ves como algo regular’. No obstante, el mayor reto para la astronauta comercial, no se encuentra en la complejidad de la ingeniería electrónica. Katya me explica que lo más difícil que una persona de su profesión puede hacer desde la Tierra, es enviar una nave al espacio, ‘y eso no es lo más difícil para una ingeniera. Lo más difícil es algo que no podemos controlar: somos mujeres, soy mexicana en una sociedad que piensa que no deberíamos es – tar en esos lugares, que no somos lo suficientemente inteligentes, capaces o, por alguna razón, nada más por ser lo que somos, no merecemos estar en esos lugares’. Y es que si bien noticias como las que protagonizó Katya Echazarreta siempre resultan inspiradoras, no es un secreto que aún hay mucho por hacer en términos de representación femenina en múltiples industrias. Datos revelados por la ONU en 2021 informaron que en la industria espacial, las mujeres representan entre el 20 y 22 por ciento de la fuerza laboral, cifra parecida a la de hace 30 años. Por eso la seguridad que Katya desprende al hablar no es coincidencia, es una cualidad adquirida (a diferencia de su curiosidad que es innata) en un entorno donde ha tenido que probar que es ‘la mejor, porque solo así te toman en serio, soy una persona muy segura, sé quién soy, sé lo que puedo hacer, sé que soy una buena ingeniera, sé que soy muy inteligente, sé que soy muy capaz, sé que yo merezco estar ahí y entiendo que muchos grupos son mejores porque yo estoy ahí, pero cuando lo digo, a veces me dicen cosas como: ‘tú ya no tienes humildad’, en cambio, cuando un hombre cube esas cosas, es un hombre increíble que sabe quién es’.
” Fuentes www.vogue.mx ”