No solamente de canon de belleza se nutre el sector: en algo tan caduco como la moda, la modernidad es otro excellent convertido en una obsesión que los diseñadores exploran una y otra vez sobre la pasarela. En las antípodas de la nostalgia, JW Anderson ha hecho hincapié en ella precisamente en una nueva propuesta masculina, la crucero 2023, en la que trata de indagar sobre las percepciones de lo que es moderno y lo que no.
El toque de sutil ironía, vuelve, de nuevo a las prendas del también director creativo de Loewe. Solo que en esta ocasión, en vez de globos y labios surrealistas, el creador británico ha apostado por elementos que en su día fueron el colmo de la actualidad, como manillares de bicicletas BMX o motivos de CD-ROMs. En ese alarde de finísimo humor, Anderson también le toma el pulso a aquellos que piensan que no hay nada más contemporáneo que un selfie – Y lo hace apostando por uno que se hizo hace 400 años. “La moda es un artefacto moderno”, comentaba para Vogue.com. “Pero no es un acto moderno”.
Para hablar de esta ilusión, el diseñador convirtió a Rembrandt en uno de los protagonistas de la colección. Lo hizo a través de dos jerséis de punto, en rosa y amarillo, en los que imprimió un autorretrato que se hizo el artista holandés hacia 1630. Él tendría unos 24 años, y se grabó a sí mismo con boina, y los ojos y la boca ligeramente entreabierta. Unos cuantos siglos antes de Instagram y Tik-Tok, Rembrandt fue algo así como el rey de los selfies: llegó a realizar cientos en técnicas que van del grabado al óleo, siempre mirando directamente al espectador.
Lo que comenzó como una exploración de sus propios rasgos y expresiones faciales (el elegido por Anderson es uno de los más elocuentes) se convirtió en algo más que un mero acto de narcisismo. “Sus primeras copias de autorretratos se mandaron por todas partes, por lo que todo el mundo sabría cómo era él, incluso si nunca hubiesen visto una obra suya. Como artista independiente, no como artista de corte, tenía que esforzarse más para ponerse en el mapa. Hacerse un autorretrato sugiere que eres ya famoso incluso cuando no lo eres”, comentaba el historiador de arte James Corridor, autor de The Self-Portrait: A Cultural Historical past, para la BBC. Rembrandt, que a pesar de una trayectoria de éxito pasó por unos años de bancarrota, también podría haber utilizado el selfie como una herramienta de autopromoción. Quizá los tiempos, en esencia, no hayan cambiado tanto.
” Fuentes www.vogue.es ”