James Michael Grimes vio la muerte de cerca. El joven, de 28 años y originario de Alabama (EE. UU.), quería celebrar el inicio del Día de Acción de Gracias a finales de noviembre. Con este propósito subió al crucero Carnival Valor en Nueva Orleans, rumbo a Cozumel, en México. En ese momento no imaginaba que tendría que luchar por su vida y que quedaría varado en medio del Golfo de México por 20 horas.
En una entrevista para Good Morning America, de ABC Information, el joven contó su increíble experiencia, que fue catalogada por la Guardia Costera como “el milagro de Acción de Gracias”. Su estancia de vacaciones transcurría con normalidad, hasta que, en un momento que hasta el día de hoy no logra explicarse, cayó por la borda del crucero. En medio de la nada y sin poder pedir ayuda, esperó casi un día entero a que lo rescataran, mientras se enfrentaba a medusas, e incluso mencionó que varios tiburones nadaron cerca de él.
James disfrutaba de su estadía en el Carnival Valor. Period apenas su primer día y veía junto a su familia los espectáculos. De acuerdo con su relato, no estaba ebrio, ya que solo había tomado algunas bebidas cuando le dijo a su hermana que iría a acostarse. En ese instante, el reloj marcaba las 11.00 de la noche.
Lo que pasó después luce borroso en su memoria. “Lo siguiente que supe es que estaba en el agua sin ningún bote la vista”, compartió en la entrevista, por lo que no tiene thought de cómo fue a terminar en las salvajes aguas del mar.
Al día siguiente, su hermana descubrió que no estaba en ninguna parte del crucero e inmediatamente reportó su desaparición. En cuanto las autoridades se enteraron, implementaron un operativo para encontrarlo. El Carnival Valor regresó a su ruta inicial y lo notificó a la Guardia Costera.
Mientras ese operativo se montaba, Grimes luchaba por sobrevivir para volver a ver a su familia. Su mente trataba de mantener el objetivo en la mira. Creía que “era muy joven para morir”, así que trató de ser positivo. Esa fue la actitud que tomó y mientras nadaba, se enfrentaba a la fuerza del agua y veía pasar a los animales marinos: “Sentí que me dieron una segunda oportunidad en ese momento”, reveló.
La Guardia Costera de Estados Unidos le dijo ABC Information que la única manera de caerse por la borda period si se subía a la barrera de seguridad con la que cuentan todos los cruceros. Aseguró que todas estas embarcaciones tienen áreas públicas reguladas por los estándares más estrictos de seguridad, por lo que el misterio crece y aún se desconoce cómo fue que James terminó en el agua.
Pese a su experiencia, no sufrió heridas de gravedad. Una vez que lo rescataron, lo transportaron en avión a un hospital para que recibiera atención médica. Esas horas marcaron una diferencia en su vida. Tras este “milagro”, como él lo califica, ahora tiene la convicción de que “está destinado a hacer algo en este mundo”.
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