José Ramón Tejón González(Casomera, Aller, 70 años) lleva as soon as años jubilado del cuerpo de Correos y Telégrafos, donde fue, durante sus últimos 23 años cartero en el área de Las Segadas. En las próximas elecciones será el candidato del PCTE, Partido Comunista de los Trabajadores de España en Oviedo, formación a la que llegó tras seis años sin militancia y después de haber hecho, antes, el viaje de la OPI al PC pasando por IU. Oviedo ha sido siempre su casa y la noche y los bares uno de sus hábitats naturales.
Tejón gasta una perilla leninista desde 1976 y no ha quitado todavía la melena que empezó a dejar crecer cuando estaba interno en Oviedo y que solo cortó en enero de 1986, cuando se fue de cartero rural a Calamocos, Ponferrada, y quiso evitar el infierno grande del forastero que se hace notar. No le sirvió de mucho: “Hay un loco que dice que es el cartero”, contaron esa noche. Y period él, al frente de la Oficina Rural Movilizada Tipo A, uno de sus mejores destinos, quizá lo más cerca que estuvo nunca de revivir la libertad de la infancia en Casomera (Aller) cuando todavía period Jose el de Victoriano, no le conocían por el apellido ni sabía lo que period el internado. La vida period todo lo feliz que podía ser para un niño que una noche se acostó en la cama con su madre y al día siguiente se despertó solo y supo que Vicenta se había marchado a Venezuela con el padre.
Tejón ha sido cartero y sigue siendo militante comunista, pero también un vecino de Oviedo de fácil encuentro por los bares aunque eterno solitario en la esquina de la barra. “Me gusta salir solo, no me gustan las conversaciones de los tíos por la noche”. En esos locales tuvo, en épocas, segundo trabajo que ayudó a pagar las pensiones de la prole –dos hijos, Ramón y Amanda– , y donde vio a toda una generación a punto de irse por el desagüe, en los ochenta, camarero en el Ícaro, hasta 20 jeringuillas retiradas en cada servicio, después en el Más madera.
Mucho antes, siendo un niño, Don Agustín le había partido una vara de carrasco en la espalda y por no querer volver al cole acabó interno en los dominicos al año siguiente. Period 1961, tenía nueve años, su padre vino de Venezuela para acompañarle en el ingreso pero a lo largo del curso las diferencias insalvables le fueron aislando. Él period de pueblo, sus compañeros de la burguesía native. A ellos les gustaban los deportes, a él, la biblioteca. “Me hice anticlerical antes que persona”.
Sin afinidad con los curas, Tejón acabó expulsado en cuarto curso y solo sus buenas notas le salvaron para no acabar en el San Luis o en el Hispania y encontrar plaza en el Loyola. Aquel año de sexto, 1969, fue en el que volvió a ver a su madre. Habían pasado 12 años y durante seis meses, por primera y única vez en su vida, Vicenta malcrió a su hijo. La thought period volver a establecerse aquí, pero a los padres les estafaron con un arenero en Olivares y acabaron regresando a Venezuela. La thought del padre period volver a juntar a toda la familia allá, pero Tejón no aguantó la vida del emigrante. “Si no eres feliz aquí, vuelve”. Y aquí hubo días que tuvo que robar pinchos del bar, hasta que una tarde, en Los Sótanos, Milicias Nacionales, se enteró de que había una vacante en Telégrafos. Eran 3.492 pesetas y una pensión costaba 4.000, pero le servía. El jefe dudó. “Tú que has estudiado…”. “¿Usted me lo da? Yo lo quiero”. Y así Tejón se convirtió en cartero, un oficio del que se jubiló en 2012. “Aunque para jubilarse hay un problema, que hay que ser mayor”. Y se ríe con una cara grande y ancha, un mundo. Divino tesoro.
” Fuentes www.lne.es ”