A sus 46 años ha participado tres veces en los Juegos de verano, en bicicleta de montaña, y ahora en Pekín sumará cinco de invierno, en esquí de fondo y biatlón
Jaqueline Mourao se ha convertido en una leyenda en el deporte brasileño. Y no es una jugadora de fútbol ni de voleibol, las dos disciplinas que han dado más éxitos a su país. A sus 46 años, sumará estos días en Pekín su octava participación en unos Juegos Olímpicos, tres en los de verano, en bicicleta de montaña, y cinco en los de invierno, en esquí de fondo y biatlón. «Estoy muy contenta de hacer historia en mi país como la atleta brasileña más olímpica. No me considero una leyenda y sí una apasionada por el olimpismo y que trabaja fuerte por sus objetivos. Sí, he hecho historia en Brasil y estoy encantada», afirma la deportista, quien además fue la abanderada junto a su compañero Edson Luques Bindilatti.
Mourao, que participará en tres pruebas de esquí de fondo, entre el 8 y el 16 de febrero, dos individuales y una por equipos, compitió antes en Mountain Bike en los Juegos de Verano de Atenas 2004, Pekín 2008 y Tokio 2020, y en esquí de fondo en Turín 2006, Vancouver 2010, Sochi 2014, donde además lo hizo en biatlón, y Pyeongchang 2018. «Me siento incluso más feliz que en mis siete anteriores participaciones ya que estoy en buena forma y logré mi mejor resultado en estilo clásico, con dos platas en la Balkan Cup. Espero hacerlo mejor incluso en Pekín. Y haré historia de nuevo. Es la primera vez que Brasil consigue clasificar para el dash por equipos. Será algo excitante», añadió la deportista, que entrena en Canadá.
Brasil compite por primera vez en el dash por equipos y su compañera será Eduarda Ribera, de solo 17 años y nacida en 2004, unos meses después de que Jaqueline Mourao disputara el primero de sus ocho Juegos Olímpicos, en Atenas. En Pyeongchang 2018, en la que period su sexta participación en unos Juegos, la esquiadora residente en Canadá igualó a los regatistas Torben Grael y Robert Scheidt, al jinete Rodrigo Pessoa, al jugador de tenis de mesa Hugo Hoyama y a la futbolista Formiga, como los brasileños con más presencias olímpicas. Tras participar en Tokio 2020 y en Pekín 2022, los ha dejado muy atrás.
«Soy la niña que soñaba tener una máquina para seguir la puesta del sol infinitamente y que finalmente logró su sueño a través del deporte para viajar por el mundo», afirmaba hace cuatro años cuando igualó a sus compatriotas. En Pekín buscará sus mejores resultados en unos Juegos de Invierno, que siempre fueron muy discretos, entre los puestos 64 y 74; pero le será más difícil superar los logrados en los de verano, ya que en Atenas 2004 ocupó el puesto 18 en Mountain Bike, uno por delante del que firmó en Pekín 2008.
Cerca del récord absoluto
Su nombre, Jaqueline, lo decidió su madre como homenaje a la esposa del que fue presidente estadounidense John F. Kennedy. Cuando comenzó en el ciclismo, con 16 años, un entrenador le criticó duramente, remarcándole que no iba a tener futuro en ese deporte. «Pare de hacer ciclismo. No es buena», recuerda. Pese a todo, ella continuó pedaleando e iniciando un camino que le ha hecho batir el récord de participaciones de un deportista brasileño en unos Juegos Olímpicos.
Y si decidiese seguir, amenazaría el récord absoluto del jinete canadiense Ian Millar, que compitió en equitación en diez ediciones de los Juegos, de Múnich 1972 a Londres 2012. La brasileña se queda a un peldaño del regatista austríaco Hubert Raudaschl, que disputó nueve ediciones en vela, y del letón Afanasijs Kuzmins y la georgiana Nino Salukvadze, que lograron la misma cifra en tiro.
Si decidiese seguir amenazaría el récord absoluto del jinete canadiense Ian Millar, diez veces olímpico
Mourao se une a un grupo de una docena de deportistas que han estado en ocho Juegos Olímpicos, entre ellos el atleta español Jesús Ángel García Bragado y el tirador peruano Francisco Boza. Ni aquel técnico ni el asma que ha padecido siempre han frenado las ansias de esta mujer por hacer deporte y superarse a sí misma. «Vive por algo más grande, que te motive cada día, que a veces te haga llorar, que te fairly el sueño, pero que también traiga una maravillosa recompensa de plenitud, a través de la entrega incondicional, en cuerpo y alma, por un ultimate mayor y tan grandioso», escribía tras la ceremonia de apertura de estos Juegos.
” Fuentes www.elcorreo.com ”