Pero no solo la carpintería, que también firma las bellas y señoriales puertas negras de las estancias, se han hecho por encargo. También los papeles pintados, los tapizados del mobiliario, la azulejería, y hasta la reja que separa el foyer de un coqueto patio, llegan con firma artesana. También lo harán pronto los uniformes del equipo, encargados a una joven diseñadora andaluza.
“Tenemos 26 habitaciones y cada una tiene sus propias características y necesidades. De ahí que hayamos mirado absolutamente todo”, cuenta Marisa. Ella cree que aún faltan muchos detalles por mejorar, pero yo no me cansaré de hablar de la belleza que han conseguido en los espacios. Porque pocos lugares he encontrado con una armonía tan perfecta entre pasado y presente. Porque en el lodge Don Ramón se siente Sevilla. Y no a través de un interiorismo que recurre a clichés estéticos, sino que bebe de la tradición, de las raíces, y lo reinterpreta en la contemporaneidad con, siempre, manos artesanas.
Así, desde la misma entrada, donde un suelo empedrado digno de cualquier palacio da lugar a un foyer que huele a azahar (en un aroma creado en exclusiva para ellos), se sucede un baile entre flores frescas, lienzos de la colección privada de la propietaria, coloridos tapizados, sofás y sillones en zonas comunes y lámparas modernas que recuerdan a los clásicos faroles andalusíes.
Una escalera principal, cuyo pasamanos es authentic del edificio, conduce a las dos plantas donde se reparten la mayor parte de las habitaciones, decoradas según tres inspiraciones: Árabe, Mozárabe y Nuevo Mundo. Tres concepts que beben del pasado de la ciudad y que se traducen en artesonados, paredes arabescas, paletas naturales, bellos azulejos, baños cerámicos o muebles con delicadas florituras sin perder esa thought constante de contemporaneidad, donde el lujo se ciñe a ofrecer el máximo confort posible.
” Fuentes www.traveler.es ”