Mientras la cúpula de la Armada y el Ministerio de Defensa, a bordo del rompehielos Irizar, viajan hacia el sitio del hundimiento del Crucero General Belgrano, la fuerza recuerda a la nave desde el lugar que partió hacia su última misión el 16 de abril de 1982.
A metros del muelle que lo recuerda con su nombre y un código QR que devuelve toda su historia, el crucero recibe sendos homenajes del arma que lo incorporó a finales de la década del 50, después de haber participado de la Segunda Guerra Mundial.
“Movilizada por un profundo sentido de respeto, la Flota de Mar cumple con su deber y su obligación institucional, mediante esta ceremonia”, dijo al público su comandante el contralmirante Carlos Maria Allievi.
Puerto Belgrano: actos por el Crucero Belgrano
“Es ofrecer un sentido homenaje a todos los tripulantes del Crucero ARA General Belgrano y en especial a los familiares de los tripulantes caídos en ese hundimiento”, destacó el oficial naval. Muchos de ellos asistieron, como todos los años, a la primera de las ceremonias con las que el Comando de Operaciones de Adiestramiento y Alistamiento de la Armada (COAA) recuerda el ataque inglés en la base naval de Puerto Belgrano.
Puerto Belgrano: actos por el Crucero Belgrano
Tuvo lugar a metros del edificio de la Flota de Mar y con el destructor ARA Hércules de fondo. Allievi recordó el nombre Fénix con el que se recibió al Crucero de la marina norteamericana y evocó su “resurgir de las cenizas”.
A metros del cenotafio que evoca a los caídos, donde se dejaron decenas de flores y nuevas placas, hubo también palabras de acompañamiento y evocación para los sobrevivientes, que no solo lograron eludir los dos torpedos que alcanzaron la nave, sino también las largas horas de incertidumbre a bordo de las balsas en las que lograron refugiarse, en medio del frío y un oleaje impiadoso.
La labor del Destructor ARA Bouchard fue clave en la tarea de rescate. Integrantes de su tripulación como Héctor García, asistieron al acto. “También fuimos alcanzados por el ataque del enemigo y por fortuna, logramos zafar”, dijo el veterano a Clarin, mientras period reclamado por sus compañeros para sumarse a las fotos grupales que se tomaban junto al recuerdo del Belgrano.
Crucero ARA “General Belgrano”.
“Nuestra misión en aquellos años era asistir al crucero y así lo hicimos con quienes sobrevivieron al ataque. Y esa labor continua hasta hoy acompañando a sus familiares y estando aquí con ellos”, agregó García, con emoción. Con los miembros de la tripulación del Bouchard con su gorra insignia y formando un círculo, para oír una arenga recordatoria, el grupo se desconcentró y marchó hacia la plaza Centenario.
En el amplio espacio, frente a una de las calles principales de la ciudad de Punta Alta, la base Puerto Belgrano, abrió sus puertas para que la comunidad pudiera sumarse al recuerdo del Crucero. Y el vicealmirante Álvaro Manuel González Lonzieme, sobreviviente del hundimiento, abrió su corazón para recordar al comandante del buque.
“El capitán Héctor Bonzo tuvo que tomar la decisión más díficil que le podía tocar, la de abandonar su buque”, citó, después de recordar cómo fue el impacto de los dos torpedos y la conclusión irrefutable de que el barco se iba a pique y solo les quedaba abandonarlo lo antes posible.
“Y un especial párrafo para el señor comandante que fue el último en abandonar el crucero”, destacó, antes de recordar la intensa actividad de promoción que Bonzo realizó por todo el país, para mantener vivo el recuerdo del Belgrano. “Perdón, por la emoción”, tuvo que solicitar el marino para explicar las largas pausas que hizo en su discurso, en el sentido tramo que le dedicó a su superior.
“En perfecto orden, las balsas fueron arrojadas una a una al costado del buque y abordadas por las dotaciones que pudieron llegar” describió el marino sobre el apresurado abandono del Crucero. Citó que algunas de las unidades de salvamento “eran atraídas por la proa del buque ya casi desaparecida, con puntas retorcidas de acero producto de la explosión del torpedo”, por lo que algunas se pincharon y sus ocupantes cayeron al mar.
“Una vez traspasada la proa, el viento, que ya soplaba fuerte y que presagiaba el temporal tan común en el pasaje de Drake, nos alejó del buque” siguió el veterano de Guerra con su evocación de las horas más difíciles desde que eligió la profesión. Desde su balsa, vio desaparecer al crucero. “Fue en forma vertical, de popa. La proa, o lo que quedaba de ella nos dio su último adiós llevándose a bordo a los valientes que murieron durante el ataque”, evocó.
De las horas de supervivencia a bordo de las balsas, que el temporal alejó a 60 millas del sitio del hundimiento y a la espera de ser divisados, González Lonzieme rescató varios actos solidarios y humanos. “Salvando camaradas que habían caído al agua, rescatando otros de balsas pinchadas, masajeando hombres congelados, cuidando hombres heridos y quemados”, repasó.
Describió con “enorme alegría” el momento en el que, al mediodía del 3 de mayo, apareció el avión de exploración que los encontró. Destacó el “excelente profesionalismo de la Aviación Naval” y que la nave debió operar “al límite de su autonomía y arriesgando su retorno a la base Río Grande” para asistirlos.
Igualmente, destacó la valentía de las dotaciones de los destructores Piedrabuena y Bouchard, aviso Gurruchaga y buque polar Bahía Paraíso que fueron en su rescate. “Lo hicieron, sabiendo que en el área había un submarino acechando”, valoró.
“Que más allá de las opiniones que tengamos sobre si fue acertada o no la decisión política de enfrentar a una de las potencias más importantes de la Tierra, estoy convencido que el espíritu de lucha y de entrega por una causa justa puestas de manifiesto por los que fuimos a combatir en esa guerra, seguramente fue el mismo que tuvieron las tropas que acompañaron al general San Martín, al general Belgrano, al general Güemes y al almirante Brown durante la guerra de la Independencia”, ligó al closing González Lonzieme.
Tras citar algunos de los nombres de sus 326 camaradas caídos en el hundimiento del Crucero, la ceremonia culminó con un desfile, precedido por la entonación de la Marcha de Malvinas y la de la Armada.
” Fuentes www.clarin.com ”