Esteban Lizo siempre soñó con recorrer el mundo. Claro, aquello parecía imposible entre el trabajo, la familia y la vida cotidiana. Costó tomar la decisión de dejar todo, pero una vez que lo hizo, no hubo vuelta atrás. Renunció a su trabajo, se despidió de sus seres queridos y en 2013 comenzó la travesía más hermosa de su vida: a bordo de su moto Honda Falcón 400 -bautizada como Baraka- viajó por casi los países de América Latina.
Recién en 2019 volvió a la Argentina -a Córdoba, de donde es oriundo- y escribió un libro con todas sus vivencias. Ya preparado para salir de nuevo a las rutas, irrumpió la pandemia y no pudo seguir: le quedaron pendiente las 23 provincias nacionales, Uruguay y Chile. Ahora, rifará su moto para poder comprar otra que le permita cumplir su objetivo.
“Si fuera por mí, no me desprendería de ella porque me genera melancolía. Pero esta moto me ayudo a cumplir un sueño y me va a seguir ayudando, convirtiéndose otra moto para seguir viaje”, dijo Esteban en diálogo con TN.
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Es que para él, la moto fue su compañera rutera durante seis años y “tiene muchísima magia”. Sin embargo, ya tiene 300 mil kilómetros y para continuar la aventura, necesita un vehículo con mejores condiciones.
Cómo fue dejar todo y arrancar la recorrida por Latinoamérica
Según el testimonio de Eban, como le dicen sus amigos, lo más difícil fue tomar la decisión de “abandonar todo y viajar sin fecha de regreso”.
Ante la pregunta típica de la opinión de su familia, contó: “Cuando tomé la decisión de irme, lo primero que me dijeron mis papás fue ‘ya sabíamos que tarde o temprano lo ibas a hacer’. Se lo veían venir porque siempre me vieron viajar en moto. Mis hermanos y amigos me conocen y saben de mi ser aventurero”.
“Otros mala onda me decían ‘¿cómo vas a dejar tu zona de confort por un futuro incierto’, pero justamente hay que salir de la zona de confort porque no siempre es el mejor lugar para estar”, reflexionó.
Con 400 dólares -a una cotización muy diferente a la actual-, muchas ganas y pocos planes, emprendió la aventura. Visitó Paraguay, Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Nicaragua, Honduras, El Salvador, Guatemala, Belice, Méjico, Cuba, Venezuela, Guyana (excolonia Inglesa), Guyana Francesa, Surinam y Brasil.
En algunos destinos estuvo apenas un solo día; en otros, una semana y hasta un mes. México fue el lugar en el que más tiempo pasó, ya que había conseguido un buen trabajo. De cualquier manera, destacó que, prácticamente, no pagó hoteles ni alojamientos porque la gente le “abría la puerta de sus casas” y lo esperaba con un plato de comida.
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“Viajar sin dinero te abre la cabeza y te hace vivir un poco más a flor de piel las costumbres de cada país”, sostuvo.
Después de tanto tiempo fuera de casa, volver le resultaba una buena thought. “Cuando estábamos en pandemia extrañé viajar, pero disfrutaba tener privacidad, abrir mi heladera y sacar lo que quisiera o andar semi desnudo”, marcó.
“Volvería a todos los lugares”
¿Si volvería a alguno de los países que visitó? “A todos, sin dudas”, contestó Esteban y agregó que “siempre quedan lugares sin conocer”. Aunque admitió que ha tenido algunas malas experiencias, fueron las menos y no hubo nada grave.
Una de las experiencias que más le sorprendió -para bien- fue su paso por Guayana, Surinam y Guyana Francesa. “Ir ahí fue un viaje dentro del viaje, fueron lugares muy distintos al resto. Son países que no tienen nada de latino y conocer esos países fue como cruzar a otro continente”, detalló.
Y si tuviera que elegir un país para vivir, aseguró que sería México: “Me gustaría porque es lo más parecido a la Argentina en cuanto a la gastronomía y las costumbres”.
Por otro lado, a futuro, el continente que más le atrae para conocer es África por “lo poco explorado y el grado de aventura que representa”.
El libro de su vida: “A donde me lleve la vida”
En 2019, cuando volvió, se sentó a escribir sobre la apasionante experiencia que había vivido durante esos años: “No es una bitácora de viaje, es un libro inspirador”.
“Todos buscamos la felicidad, pero no nos damos cuenta de que la tenemos al alcance. Todos los días tenemos momentos de felicidad y debemos multiplicarlos. Para eso hay que animarse al cambio, a soñar y a enfrentar al miedo”, expresó Esteban.
En esa línea, manifestó: “Aprendí muchas cosas en el proceso. Una de esas es a ser poco material, vivir con lo que podes cargar en una moto y no mucho más, a no aferrarme tanto a las cosas”.
Por eso decidió rifar a su fiel compañera, aunque reconoció que pasó un duelo de separación previo. Ahora, espera que se vuelva una cadena de favores, para que la gane alguien que realmente la necesite y pueda ayudarlo a continuar su travesía.
Cuándo será el sorteo y cómo se puede participar
El sorteo es este sábado, 9 de julio, a la noche. Aunque se realiza en Villa Carlos Paz, puede participar gente de todo el país y no hace falta que estén presentes en el evento.
Cada número vale 500 pesos y será transmitido por las redes sociales. Para comprar uno o los números que quieran, pueden comunicarse con Esteban al 3548543772.
“Espero que termine en las mejores manos porque es mi manera de devolver un poco la ayuda que la gente me dio en estos años”, sostuvo.
” Fuentes tn.com.ar ”